Capítulo 43

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6 de junio, 1989.

Jimin buscó sus zapatos por todo el cuarto, si tan sólo hubiera seguido el consejo de Yoongi de guardar todo en su lugar una vez llegara a casa, seguramente eso no pasaría.

Terminó por encontrar sus zapatos debajo del sillón de la sala, ¿Cómo habían llegado hasta ahí? Jimin no tenía ni la menor idea.

—Llegamos casi una hora tarde —Yoongi pasó por la sala, tomando las llaves del carro.

—Un momentito —le dijo Jimin desde el suelo mientras batallaba con el zapato. Lo peor de los converse altos es que el aflojar los cordones era algo difícil para que entraran los pies.

—¿Algún día vamos a llegar temprano a dónde sea que nos inviten? —abrió la puerta de la casa y se quedó bajo el marco de la puerta.

—No me presiones —le pidió el rubio, poniéndose el zapato derecho.

Una vez con los zapatos bien puestos y las agujetas amarradas. Se levantó y tomó su chaqueta.

—¡Ya nos vamos! —anunció a sus hermanos.

—¡Nada de embriagarse! —le dijo Rosé desde la cocina.

—¡Si se emborrachan, caminen! —recomendó Chanyeol.

Con eso ambos chicos salieron de la casa.

...

Jungkook iba a dar la primera fiesta de inicio de verano, fue casi un milagro que sus padres se lo hayan permitido con la única condición de que nadie subiera al segundo piso y que la casa estuviera totalmente limpia cuando ellos regresarán de su pequeña escapada matrimonial a dónde sea que hayan ido. Yuna se quedaba de pijama con una de sus amigas y tenía que pasar por ella mañana en la tarde. Así que tenía la casa sola por todo un día.

Para la fiesta ni siquiera tuvo que gastar su propio dinero, sus compañeros de equipo estaban tan ansiosos por festejar que ellos pusieron el alcohol y las frituras, y algunos bocadillos que pescar en la noche.

Creyó, erróneamente, que estaba bien sólo poner la casa y ya está. Pero había tanta gente que a veces chocaba con alguna que otra persona.

Su casa estaba más llena que sus partidos de fútbol importantes cuando jugaban en casa. Todo eso sólo complicaba su misión de buscar a Jimin, aunque, si era sincero consigo mismo, sabía que Jimin seguramente no había llegado todavía.

La ensordecedora música de AC/DC retumba en los altavoces y llama su atención cómo incluso chicos de la clase de Jimin (los "mega ñoños", cómo los llamaba Jungkook en secreto) estaban disfrutando de la fiesta al igual que sus infantiles compañeros de equipo que, o bailaban con sus chicas, o simplemente cantaban las canciones recargados en alguna pared o rincón de su casa.

Caminó por el corredor que llevaba a la sala principal, que llevaba a la puerta de entrada que estaba abierta que daba al flujo de personas que entraban y salían de su casa.

Miró hacia la puerta principal pero sólo lograba ver a varíos grupos de personas en su jardín principal. Entró a la cocina y miró a su gran grupo de amigos reunidos entorno a la isla de granito.

Joy y Taehyung parecen brindar y se toman un shot de lo que sea que estuvieran tomando.

—Vaya que tienes casa llena —le dijo Joyce, pasándole un vaso de plástico color rojo.

Jungkook lo miró para intentar adivinar que era la bebida. Terminó por encogerse de hombros y darle un trago, no había bebido en toda la noche.

—No creí que vendrían tantas personas cuando les dije que si me dieron permiso de usar mi casa —les dijo Jungkook..

Stand by MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora