16 de Septiembre, 1989.
Jimin, de alguna manera, desde que tuvo conocimiento sobre la muerte, creía que él sería de los que morirían jóvenes. Tal vez viviría hasta los veinte y luego moriría en un accidente, o que le daría un infarto, un aneurisma, algo similar. Jamás pensó que podría darle cáncer.
—Aún no es peligrosa, la podemos tratar con quimioterapia y algunos medicamentos que le ayudarán a resistir la enfermedad.
Rosé tomó firmemente su mano y entrelazó sus dedos con los suyos.
—Sé cómo suena, y es grave, pero ya hay muchos tratamientos que pueden curar la leucemia promielocítica aguda, es tratable —les dijo el doctor.
—¿Pero...? —Jimin preguntó.
El doctor Grace suspiró y se rascó el mentón.
—Me preocupa el aumento de tus globulos blancos, cuando se tienen una enfermedad cómo la leucemia es normal que se reproduscan consecutuvamente. Pero los tuyos se reproducen demasiado rápido, uno tras otro, y todo en un tiempo muy corto. Tu flujo de sangre disminuye y eso ha hecho que en tan solo un mes pasaras de tener una anemia superficial a una grave.
—Pero... —Rosé parpadeó algo perdida—, el tratamiento, ¿cuando podría iniciarlo?
—Señorita Park, el tratamiento es muy costoso y...
—No pregunté eso —lo interrumpió—. Yo pregunté cuando se podría iniciar un tratamiento. Lo que cuesta es lo de menos.
Jimin volteó a ver a su hermana. Ellos no tenían dinero, no el suficiente.
El doctor Grace se sobó el mentón y suspiró.
—Me gustaría que Jimin iniciara el día sábado de esta semana. Hacerle más estudios, ver si podemos controlar el comportamiento de sus glóbulos blancos.
Jimin dejó de escuchar todo lo que el doctor le decía a Rosé.
Se suponía que sólo sería una revisión más, que les dirían que Jimin estaba bien y que su anemia había mejorado.
Pero no era así. Jimin tenía cáncer. Eso era lo único que le faltaba para terminar con la mala suerte que le traía a su familia.Miró su mano siendo tomada por las largas y delgadas manos de su hermana mayor. Ella apretaba su agarre en él cada que había una palabra que sonaba mortificante.
En el auto, Rosé comenzó a hablarle sobre los posibles tratamientos y cómo ellos saldrían adelante. Pero luego de unos minutos prefirió quedarse en silencio y poner la radio.
Jimin siguió mirando por la ventanilla de su lado, intentando ignorar la creciente sensación de asco por si mismo. Una que no sabía que se tenía. Intentó ignorar lo cansado que se sentía ese día, y los últimos días, cómo más hematomas adornaban su piel y el hecho de que habían varios días en los que sólo sangraba por la nariz o la boca. Todas esas cosas que se reservó para él porque creyó que no era importante y no quería preocupar a nadie en vano.
Llegaron a casa luego de un viaje tan largo, y Jimin se sintió mareado en el momento en que bajó del carro. Aún más cuando entró a su casa y las náuseas se hicieron presentes.
Entonces, lo sintió.
Corrió hasta el baño, alzó la tapa del inodoro y vomitó. Excepto que no era un vómito normal.
Era una especie de mocusidad, estaba roja por la sangre que salía de su boca.Rojo, todo era rojo.
Cuando el vomito se detuvo, cuando su estómago pareció vaciarse y su garganta ardía. Cuando sus ojos estaban llenos de lágrimas y la baba caía por su mentón. Y Jimin vio lo que había desechado.

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Stand by Me
FanfictionJimin y Jungkook no podrían ser más diferentes. Ninguno de los dos se habría hablado de no ser porque Jungkook estaba a punto de reprobar química y Jimin era el único que podía ayudarlo. Una vez sus caminos se cruzaron ya no fue posible separarlos;...