Capítulo 36

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Desde que era un niño creyó que era una especie de estorbo para los demás. Y no importaba lo que los demás le dijeran, Jimin se sentía de esa manera, no todo el tiempo, pero a veces lo pensaba con regularidad.
Su madre había sido clara con eso desde que nació, los niños de las escuela habían sido más que claros que odiaban su presencia, y aunque sus hermanos no lo dijeran, creía que ellos pensaban lo mismo, que sus vidas estaban mejores sin él.

Pensaba que Rosé era la única persona que realmente lo quería, porque Rosé se lo repetía siempre y ella lo abrazaba, y siempre estaba ahí cuando Jimin estaba triste. Pero tal vez Rosé lo quería porque era su hermana, ¿qué tal si no lo fuera?

Jimin muchas veces se sintió fuera de lugar en su propia familia, no era igual a ellos, en sí, sus hermanos no eran iguales uno con los otros, pero siempre habían tenido algo que Jimin no, seguridad más allá del conocimiento, seguridad en si mismos, en quienes eran. Y Jimin los envidiaba tanto. Quería saber que se sentía, por una vez, quería saber que era estar seguro de uno mismo, saber quién eras sin sobrepensar las cosas. No sentirte una carga para los demás.

Sabía las cosas que le gustaban, sabía que tipo de ropa le gustaba usar, pero no creía que eso definiera a una persona.

Él no era hábil e imponente, un deportista nato como Chanyeol; no era tan bueno llegando a las personas siendo amado de inmediato, siendo dulce y carismático como lo era su hermana Rosé; no tenía habilidades con las plantas y un porte bonito y sofisticado como Momo; no era fuerte y seguro como Soojin. Él no tenía nada de eso, él sólo era inteligente, creía que sin su inteligencia realmente no era alguien especial.

La gente decía que su familia era especial pero sólo lo decían porque genéticamente eran diferentes a la mayoría de descendientes asiáticos. Una extraña combinación de ojos rasgados y cabelleras rubias y rizadas. Se preguntó si la gente podía ver más allá de eso.

Cómo cualquier chico de su edad tenía sueños, pero como cualquier chico de su edad tenía inseguridades. La más grande de ellas era ser una carga, no sólo para su familia, sino para todo el que estaba cerca, incluyendo a Jungkook. Sobretodo para Jungkook.

Estaba enamorado de Jungkook, lo hacía tan feliz, y hacía que todo se volviera mejor, pero al mismo tiempo, habían cosas que Jungkook no podía cambiar ni siquiera con su presencia o cuántas veces se lo repitiera a Jimin. No podía evitar que Jimin sintiera que sólo le traía problemas, que probablemente nunca sería lo suficientemente bueno para estar con él.

Eso no significaba que Jimin no lo quisiera, no recuerda querer tanto a otra persona. Es sólo que a veces, ni todo el cariño que sientes por alguien puede curar tantos años llenos de inseguridad.

Caminó hasta el estacionamiento de la escuela, y fue hasta dónde estaba estacionado el automóvil de Jungkook. Él estaba ahí, con Peter y Taehyung.
Se arrepintió al último segundo, quería irse, pero Jungkook fue más rápido y fue detrás de él.

— ¿Quieres hablar? —Jungkook preguntó.

—Creí que estabas enojado conmigo —le dijo Jimin.

—Estoy enojado —aceptó.

—¿Y aún así quieres hablar conmigo?

—Necesito una explicación, no sé si la merezca o quieras darmela, pero la necesito.

—Bien.

Ambos caminaron entre las personas. Caminaban al lado del otro pero Jimin nunca sintió a Jungkook tan distante.

Llegaron al pequeño cuarto dónde antes se reunían para el club del coro.

Todo era tan silencioso, Jimin jamás sintió que el silencio entre él y Jungkook fuera incómodo hasta ese momento. Sus manos estaban temblando, y tenía miedo de que Jungkook estuviera tan enojado con él como para dejarlo.

Stand by MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora