Capítulo 31

39.7K 3.5K 4.4K
                                    

1983. Indianapolis, Indiana.

—Lo siento, muchacho. De verdad que lo lamento —le dijo su entrenador, suspirando al final.

Chanyeol dejó su casco de lado y se sentó en la banca. Miró sus manos, sus dedos con callos y las palma con algunas cicatrices, la piel tersa. Jamás había pensado en cuidarse las manos por más que su hermana Rosé se lo había dicho, él creyó que eso sería estúpido si él se iba a dedicar a jugar fútbol americano.

—¿No fui lo suficientemente bueno, señor?

Nunca había estado inseguro de su habilidad y talento para el fútbol americano, él sabía que era extraordinario, había estado años preparándose para el momento en el que audicionara para un equipo. Por primera vez, Chanyeol dudaba que fuera un mínimo de bueno para un equipo profesional.

—Eres muy bueno, Park. Eres tan bueno que estoy seguro de que pudiste ganar un súper tazón. 

—Entonces, ¿por qué el señor Rivera no siquiera me consideró? —Hizo sus manos puños.

Benedit Rivera era un caza talentos para los equipos pertenecientes a la NFL, uno de los mejores. Chanyeol tenía cierta esperanza de sorprenderlo, porque si le agradabas a Benedit Rivera, le agradabas a todos los posibles entrenadores y dueños de equipos futbol, si no, estabas fuera.

—No eres... no eres la imagen de un jugador que se ve comúnmente en televisión, Park.

Chanyeol lo entendió con eso. Miró a su entrenador y sonrió sin gracia.

—¿Es porque no luzco cómo un hombre estadounidense? 

El hombre mayor se puso ambas manos en las cadera y se tomó un tiempo antes de decir.

—Alexander, ¿por qué crees que hay más entrenadores blancos que entrenadores negros en la NFL? —Le preguntó.

Chanyeol alzó la cara hacía su entrenador.

—Yo tenía todo para ser entrenador en la NFL después de mi retiro, pero ya no había espacio para otro entrenador negro, ya eran demasiados según las palabras de un director ejecutivo blanco. En mi lugar, contrataron a otro hombre blanco —se rio con calma y se sentó a un lado del chico—. En la sociedad americana ya no hay racismo, ya no hay xenofobia, así es por fuera, pero por dentro, hay muchas larvas asquerosas que creen que la gente como nosotros no es suficiente para ellos.

—Entrenador May, yo... tengo una familia entrenador. Tres hermanas menores, ellas quieren ir a la universidad, y tengo un hermanito menor que es brillante, que aspira a una universidad tan grande cómo lo es Harvard, yo... ¿cómo voy a pagar todo eso? ¿Cómo...? —Se sentía tan impotente que frotó sus manos una y otra vez contra la tela del pantalón de su uniforme deportivo— Me preparé toda la vida para este momento, y ahora, ahora no tengo nada.

—No es el fin, muchacho —le puso una mano en el hombro como forma de apoyo—. Si te rindes ahora, decepcionarás a tu familia, te decepcionarás a ti mismo. El fútbol no es todo lo que hay en el mundo. Eres un joven inteligente, sabrás que hacer.

El problema con Chanyeol, es que estaba decaído. Cuando estaba decaído, desde que conoció algo llamado 'alcohol', había comenzado a usarlo.

Una noche se encontraba tan ebrio en un bar mientras sus compañeros de equipo se hacían bromas entre sí, él apenas podía levantarse del asiento sin tambalearse.

Se sentía perdido, sin ninguna aspiración a futuro, había planeado su futuro como jugador de fútbol, había entrenado duro, había trabajado por ello, sin embargo, todo su esfuerzo había sido una perdida de tiempo y ahora no sabía que carajo iba a ser de él. Si tan sólo su padre no se hubiera muerto, si su madre jamás hubiera enfermado, él estaría bien, él no sentiría la presión de sacar a su familia adelante.

Stand by MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora