Capítulo 9

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El Hyundai Excel rojo avanzaba a 60 kilómetros por hora por la carretera 31, en camino a la ciudad de Columbus.

Le agradaba el paisaje boscoso, le recordaba a las imágenes de los libros de geografía o los de turismo que encontraron en una gasolinera dos horas atrás. Había demasiado campo alrededor, demasiadas granjas, y en una parte del camino se encontraron con una bonita casa con un huerto de hortalizas. Yoongi le tomó algunas fotos antes de continuar con su camino.

Columbus estaba algo lejos de Indianápolis, hasta el momento llevaban tres horas en carretera, hasta que el paisaje comenzó a hacerse boscoso y las ramas de los árboles casi hacían una especie de techo sobre la carretera.

Hacía años que Yoongi no iba ahí.
Tomó una foto rápida del camino, incluso Momo le ayudó a bajar la velocidad en la que conducía para que saliera bien.

—Has tomado muchas fotos últimamente.

—Estoy probando la nueva cámara que me regaló mi padre. Dice que es muy buena —la revisó—. Nunca he sido buen fotógrafo pero siempre he querido una.

— ¿Ventajas de que se estén divorciando?

—Exacto —alzó una de sus comisuras.

—Deberías quedarte aquí en lo que ellos discuten, ya sabes, quedarte un tiempo en Indiana.

— ¿Y perderme el bello estrés que causa la ciudad de Nueva York?

Ambos rieron un poco.

En realidad, Yoongi no sabía cuánto tiempo se quedaría ahí. Los planes de su madre era que se quedara al menos hasta el final del verano, sin embargo, por cómo se había puesto su padre por la discusión de quién se quedaría con la casa, era seguro que su discusión durara mucho más. Ni siquiera habían iniciado el papeleo correcto para la separación porque los dos querían discutirlo bien antes de hacerlo.

—Me pregunto cómo el tío Andrew será capaz de pagar algo tan bonito —Momo bajo un poco los lentes para sol, mirando la cámara en las manos de YoonGi.

La cámara era de mediano tamaño, una Polaroid Súper color 635 CL. Una de lo mejor que se podía encontrar, y también algo caro.

—Supongo que se siente culpable, ya sabes, todo lo que pasó —se encogió de hombros.

Andrew ni siquiera era su padre biológico, era su padrastro, pero había sido la única figura paterna que Yoongi había conocido. Lo quería mucho, Andrew siempre fue muy amable y cariñoso con él. Era obvio que después del divorcio era poco probable verlo todos los días como antes.

—Qué curioso es el amor, ¿Cierto? —Le pregunta Momo, volviendo la atención al frente mientras se acomodaba los lentes de sol—. Un día amas tanto a una persona para decidir estar con ella por siempre, y luego ya no tienes ni la menor idea de quién es.

— ¿Lo dices por ese chico en Chicago?

Los labios se Momo se estiraron en una sonrisa.

—Nunca debí contarte sobre él. No es bonito que te recuerden a los ex novios.

Yoongi y Momo eran buenos amigos. Ella tenía el número de teléfono de Yoongi, y cuando fue a la universidad, ella les pasó el número de la casa en la que se estaba hospedando junto a otras tres chicas. Hablaban cada que podían. Un día, Momo lo llamó borracha para contarle sobre su novio en ese entonces que se había vuelto su ex novio porque la había engañado con una chica de su trabajo.

—Dijiste: "Lo amo tanto que creo que voy a morir, no quiero dejarlo'" —intentó copiar el tono de voz de ella—. "Yoongi, de verdad creo que lo hizo sin querer".

Stand by MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora