13 de febrero, 1989.
Jimin se rascó la cabeza mientras miraba la pizarra que tenía colgada en la pared de la cochera. Por más que lo pensaba y pensaba, no daba el resultado correcto.
Se suponía que los electro imanes normales debían estar conectados a una fuente de energía que alimentara su campo magnético, sin embargo, Jimin no quería nada conectado a su proyecto, quería utilizar una batería recargable para no tener que contaminar el medio ambiente comprando otra y no saber que hacer con la que tenían. Pero el nivel de energía que requerían las baterías recargables era muy poco para poder potenciar el nivel de magnetismo que daría su imán.
Mordió la uña de su dedo pulgar y luego sus hombros se desplomaron. Llevaba más de una semana ahí, intentando decifrar dónde conseguir una fuente de energía tan inmensa para satisfacer los niveles de su proyecto.
Yoongi detrás de él terminaba de construir el control del magneto. Tenía puesto los audífonos de su walkman, escuchaba a Blondie, y sus ojos estaban fijos en la tarjeta que interceptaría los cables para los mandos del control. Jimin había avanzado mucho con el control la noche anterior, y Yoongi se había propuesto terminarlo por completo.
—Veamos... si quiero que dure por lo menos tres meses sin necesidad de racrgarla pero que con potencia suficiente para activar el electro imán... —se recargó sobre la mesa, cruzándose de brazos— necesitaríamos...
—Lo que necesitan es al menos diez horas de sueño para que yo esté tranquila —lo interrumpió Rosé desde la puerta que daba a la cochera.
Jimin volteó a verla asustado. Yoongi alzó la cara miró a Jimin y luego siguió a dónde se dirigían los ojos de su amigo para también asustarse al ver a Rosé. Se quitó los audífonos rápidamente bajo el ceño fruncido y la mirada molesta de la mujer.
—¿Cuál fue el trato para que les prestara la cochera e hicieran su cosa esa? —Preguntó a Jimin.
—Al menos seis horas de sueño todos los días sin falta —contestó en un tono bajito.
—¿Y cuántas horas han dormido? —Preguntó a Yoongi en esa ocasión.
—Dos horas —contestó Yoongi.
—No pueden pasar sobre mis órdenes como si nada. ¿Qué no piensan en lo mucho que les afecta la falta de sueño? —Se puso ambas manos en la cintura— ¿Ya se bañaron siquiera?
Los dos chicos se miraron entre sí.
Tenían el pelo revuelto, tenían la misma pijama del viernes por la noche, y habían ojeras decorandoles bajo los ojos que tenían rojos e hinchados por la irritación de la falta de sueño.—Los quiero bañados y bien cambiados en treinta minutos. No se irán a la escuela con ese aspecto —los señaló Rosé.
—¿Ya es lunes? —Yoongi se vio muy confundido.
Rosé casi gruñó.
—¡Treinta minutos o les corto el agua caliente! —Amenazó antes de irse.
...
Taehyung iba mirando por la ventana del carro, traía los audífonos puestos con el último cassette que Yoongi le había prestado una semana atrás. Jungkook estaba muy ocupado conduciendo sin cerrar los ojos un momento por todo lo que había estudiado una noche anterior por el exámen de química que tenía pronto.
Los examenes a finales de febrero se acercaban y todos parecían más preocupados por no reprobar con la profesora Miller que con cualquier otro profesor. Taehyung no era exactamente bueno en Química pero se salvaba un poco, así que no estaba tan preocupado como los demás.

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Stand by Me
FanfictionJimin y Jungkook no podrían ser más diferentes. Ninguno de los dos se habría hablado de no ser porque Jungkook estaba a punto de reprobar química y Jimin era el único que podía ayudarlo. Una vez sus caminos se cruzaron ya no fue posible separarlos;...