Hijos de hielo.

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BATMAN vs SUPERMAN: ICE SON

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Disclaimer: los personajes no me pertenecen, la historia fue ideada por mí.

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"En Elseworlds se saca a los héroes de sus localizaciones habituales y se colocan en épocas y lugares extraños - algunos que han existido, y otros que no pueden, podrían o deberían existir. El resultado son historias que hacen que personajes tan familiares como ayer parezcan tan frescos como mañana".

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Hace mucho tiempo en el gran reino de Arendelle, un reino lleno de relativa paz y prosperidad, los reyes había intentado concebir a su primer hijo heredero.

En su intento de llenar su legado que perduraría a través de los siglos de los siglos, acabaron perdiendo a su único hijo, lo cuál desencadenó una gran tristeza en los monarcas.

La reina Idunn una vez perdió la esperanza de alguna vez tener un bebé en sus brazos, se lamentó profundamente, creyendo que sería una mujer solitaria por el resto de su miserable existencia.

Por otro lado, triste y desilusionado el rey Agnarr creía que jamás podría tener un fiel rey, después de que el muriese.

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En un planeta alejado a millones de años luz, había estallado ese mundo en una carrera por la supervivencia.

Un hombre y su mujer terminaron poniendo a salvo a su único hijo.

Salvaguardándolo al bebé dentro de un cohete, mientras lo ponían en marcha para que llegue a un nuevo mundo.

Los padres del amoroso niño, una vez lo sacaron del planeta a su único hijo, tuvieron un destino comprometido.

Un destino donde no solo acabaron muriendo ellos, sino todo su mundo: Estallando su planeta, Kripton, pero al menos logrando salvarle la vida a su único hijo.

"Harás de mi fuerza tu fuerza. Verás mi vida a través de tus ojos, así como la tuya la veré a través de los míos. El hijo se convierte en el padre y el padre en el hijo".

Son las últimas palabras que el hombre le dedica a su hijo antes de dejarlo ir en el cohete.

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De vuelta en la tierra.

– Esposa, no es correcto que estés aquí– le termina diciendo el rey Agnarr mientras la encuentra a su mujer desilusionada en el balcón de su palacio.

Pérdida la reina en el llanto y la desolación absoluta de que probablemente jamás podrá concebir a otro niño.

En tanto la mujer planea quitarse la vida (mirando detenidamente el vacío del balcón), inmediatamente se gira y corre a abrazar fuertemente a su pareja – Agnarr, no puedo más... Era mi única esperanza de darte un niño. De tener a un legítimo rey en el futuro–.

Mientras el hombre consuela a su mujer con un abrazo y le da un beso en su frente, le responde dulcemente – Lo sé... No te sientas triste. Yo sé que me darás otro niño. Lo intentaras no una ni dos, podrás intentarlo muchas veces... Después de todo, yo te amo, eres mi alma gemela. Mi esposa–.

Casi cerca de sellar sus labios como un candado; difícil de abrir pero siendo completamente irresistible, ambos son interrumpidos por un zumbido ensordecedor.

De la nada un cohete del más allá, termina llegando a toda velocidad y sin más se acaba estrellando en los establos del reino.

Ante el impacto fuerte del cohete y quedando atónitos los monarcas ante lo que vieron que se estrelló en los establos, rápidamente deciden ir a investigar la cercanía del lugar donde impacto el objeto misterioso.

Lealtad a lo que es el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora