Lealtad a lo que es el Amor

Día 30: Padres americanos

Disclaimer: Los personajes no son míos, solo mis alocadas ideas.

Inspirado en un fic Helsa.

Disfruten.

{-}

Después de salir del salón improvisado de clases, y recordando los ejercicios de la docente de mi querida universidad, inmediatamente me encamine a mi casillero para guardar algunas de mis pertenencias de la reciente actividad.

Justo y mientras guardaba mis cosas a lado de mis otros compañeros, observé como a lo lejos, Hans se le acercaba a los amigos de mi amiga Elsa, y también a ella.

Estando completamente cerca de ellos, de pronto, Hans les pregunto cómo se encontraban – ¿Y cómo les fue con la profesora Úrsula, muchachos?–.

Si bien, él también estuvo en esa clase conmigo, realmente me resultaba un tipo algo testarudo y quejumbroso; los pudo ver a los otros chicos muy de cerca, no sé porque la pregunta de su boca pestilente a menta.

Antes de que yo le dijera algo (después de que me les uní a mis amigos), mi mejor amiga le dijo que todo estaba bajo control – Bien, muy bien, Hans–.

Al parecer Hans también se dirigía a ella, pero no era así.

– Dije "muchachos". No hablaba contigo, bruja– en ese momento le recalcó agresivamente y algo molesto a mi amiga, y mientras no terminaba de acomodar sus pertenencias en su casillero.

Pareciendo que lo estaba ignorando, finalmente me sorprendió cuando Elsa se giró y lo confronto a Hans, pero el semblante de mi amiga parecía alegré, ¿Qué había pasado en su vida recientemente?

En tanto le ensanchaba una sonrisa arrogante, mi amiga de pronto le dijo recordándole el trabajo en equipo – Bueno, como quieras. Sabes que la profesora nos eligió a ambos–.

Con eso último parecía que tenía las de ganar mi amiga, hasta que Hans le comento con ese tono seductor pero agraviado; su as bajo la manga – Sabes... Hay ganadores y perdedores en este mundo. Y eso es así. Pero lo que me sorprende de ti, Elsita, es que eres una perdedora que inexplicablemente sigue aquí–.

Elsa al parecer ni se inmutó o le recriminó algo, al contrario, en ese instante le acabo diciendo lo que pensaba pero con un tono sarcástico y luciendo algo retorcido – ¿Sabes? Me encanta como me ilustras con tus lecciones de filosofía muy buenas para nuestro trabajo. No sé como sobrevivimos ante todo esto, Hansy–.

Luego de que cerró su casillero y mientras se recargaba sobre la puerta de metal con su hombro, mi amiga únicamente se le quedó viendo a Hans.

Realmente era una mosca a su lado de mi hermosa compañera.

Hubiera sido yo quién hubiera trabajado con ella y no Hans.

Una lastima.

En medio de ese aire enzarzado entre ambos, de pronto Hans le reconoció algo que realmente no podía negar – Agnarr es un gran hombre, un padre para mí, mejor que cualquiera. Mejor que tú y mejor que yo, pero...–.

Estaba siendo un poco sincero ante el nombramiento del hombre y padre que era para todos, además estaba sintiendo que diría lo correcto, pero al instante, Hans le acabo diciendo una cosa verdaderamente ofensiva a mi amiga – Malgasta demasiada dedicación y energía en debiluchos como tú–.

Elsa estaba en toda su disposición para atacarlo a Hans, pero en su lugar inclinó su cabeza hacia abajo, como asumiendo alguna culpa y después le repuso con desidia – Es mi padre y tú lo conoces muy bien–.

Parecía que Hans la estaba lastimando emocionalmente.

En verdad pensé que era eso último, pero cuando añadió Hans lo siguiente – Pero siente lastima por ti, por eso sigues creyendo que eres el centro de atención–.

Me quedé algo sorprendido.

A partir de ese punto, fue que Elsa reconsidero casi golpearlo, primero claramente extrañándose, frunciendo el entrecejo y mirándolo fijamente, y posteriormente interrogándolo – ¿Qué...? ¿Qué quieres decir?–.

En ese momento Hans le dijo de forma despectiva a mi amiga – Quiero decir que deberíamos acabar con la miseria de aquellos que ya no sirven–.

Ante lo que venía venir, de pronto, Elsa lo encaró a Hans.

Realmente tenía ella intenciones de golpearlo y hacerlo cachitos (como una hoja de papel) pero claramente ella estaba en desventaja ante la bestia que era Hans.

Con esa rabia expuesta, Elsa de inmediato lo reto a que lo hiciera – ¡Inténtalo!–.

Debido a la diferencia de tamaños, fuerza e incluso resistencia, mi amiga al final prefiero mejor retirarse y mientras escuchaba a Hans reírse y decirle con mofa – Era una broma, copito. No te vayas a orinar en la cama otra vez–.

Una vez desapareció Elsa del sitio, interviene para defenderla, tratando de hacerlo entrar en razón a Hans – ¿Qué voy a hacer contigo? ¿Peleando con tu ex de nuevo? Deben trabajar en equipo para ese proyecto de concientización que nos dejaron. En tu lugar haría lo correcto–.

En tanto me miraba con burla y ese humor oscuro digno de un psicópata, Hans inmediatamente me contestó como si fuera un reproche – Meh... Anda con Jack. Cada vez más puta y tú no lo ves, Leopold–.

Dejándome ese punto en mi subconsciente, rápidamente negué rotundamente lo que había dicho y para no tener problemas con él, de inmediato decidí mejor también retirarme.

Realmente no le tenía miedo pero mejor prefería no meterme en problemas.

No sin antes despedirme con – Te dejo en lo tuyo, mejor– retirándome cuánto antes de ahí y mientras Hans se pavoneaba y hablaba con los amigos de mi amiga, los cuales realmente en un principio pensé que harían algo pero creo que al final no pudieron defender a mi compañera.

Con la llegada de la noche, me puse a pensar sobre ese altercado y en verdad llegué a la conclusión de que... Hans y Elsa eran como leones macho; algo así como Scar y Simba.

Defienden sus territorios y con la intención de que uno de ellos no se meta en lo que no le corresponde.

{-}

Terminando así este fic.

{-}

Notas del autor:

Hola lector, nuevamente con ustedes.

Como vieron, fue el último fic, y la verdad lo sentí apresurado. En lo personal mi reto duraría dos meses pero solo pude desarrollar 30 fics y no los 60 que planee y hasta los tenia en una entrada de notas en mi telefono.

Bueno, mañana viene el fic bonus, espero en unos días empezar el desarrollo de otro reto o algo así. Estare avisando.

Sin más que agregar, nos leemos mañana por última vez. Cuídense mucho y que estén bien.