Día 10: Maníacas

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Disclaimer: Los personajes no son míos, solo mis alocadas ideas.

Inspirado en un fic publicado en Fanfiction que a su vez se basa en una misión completa del videojuego Grand Theft Auto Vice City Stories.

Disfruten.

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Con los problemas como estudiantes, realmente Elsa no sabía nada de Isabella, por ello y de pronto se le ocurrió ir a verla a su negocio.

Al llegar, a las afueras del mismo, consigue observar la camioneta de la joven Vanessa, la cual le da la deducción más que obvia: La chica está ahí.

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Mientras esta bebiendo la joven Vanessa con su amiga Isabella, al instante la misma castaña le inquiere – Amiga, ¿Acaso te la volvería a dejar que me la metieras?–.

Un tanto confusa, la joven morena de pronto le responde algo seria – Claro que no–.

Justamente y una vez se sobresalta un poco, rápidamente continua la castaña – Una mierda. No lo harías, no aún nena... Ven, dame un abrazo–.

Ante el pedido, inmediatamente Isabella rodea con toda su complexión física en un abrazo a su compañera, y mientras está logra mascullar – Que te jodan–.

Una vez la blonda entra al lugar, y logra observar como se abrazan ambas, rápidamente suelta una carcajada dulce y que a cualquier hombre le fascinaría.

Con la presencia de la joven platinada, tan prontamente comienza con – Que va, nunca te la volverían a meter, ¿Verdad?–.

Justamente y cuando se da cuenta la joven Vanessa que la platinada se encuentra ahora en el lugar, lentamente se separa de su amiga, y le contesta a la mismísima blonda, con un tono exaltado – ¡Oh, mira quien es! ¡Es San Elsa de Arendelle! La más santa de todos... Con todos estos principios, va jodiendo a la gente de por ahí, ¡Ja ja ja!–.

Cruzándose de repente de brazos, la hermosa jovencita platinada de pronto le dice – Hago lo que debo desde que me fie de una puta desobligada–.

Teniendo que caminar hasta la albina, Vanessa al instante le sonríe socarronamente, y mientras la señala – Oh, y lo has disfrutado, muñecota. Confiésalo, porque eres una maníaca. Tú lo sabes. Te he dado una vida–.

Furibunda totalmente, Elsa finalmente la encara diciéndole como insulto – Vete al demonio, Vanessa–.

Pareciendo que no es nada esa ofensa, de repente la castaña se mofa aún más y continua con lo siguiente – Ajá. Mira, Isabella, yo salve a Elsa... Y puedo salvarte a ti también, ¿Eh?– señalándolas en ese momento a ambas muchachas, la joven infame.

Con la sensación de que su amiga necesita ayuda, la joven blonda al instante avanza hasta donde se encuentra está, y queriendo saber que sucede, inmediatamente le pregunta – ¿Qué quiere esta golfa?–.

Refiriéndose a la castaña, Isabella en un abrir y cerrar de ojos confusos, rápidamente le justifica a manera de respuesta – Quiere que vaya al almacén de flores y compruebe que su mercancía sigue allí, nada más–.

Estando ambas chicas de acuerdo con el objetivo que llevarán acabo, inmediatamente en ese instante intercede la joven Vanessa, que estando indispuesta se dirige a la platinada con – Oye, es genial, pequeña Elsi pendeja, ve con ella si no confías en mí. Pero Isabella, tú me lo debes, de lo que acabas de decir...–.

Ante eso Isabella avanza hasta la castaña, un poco molesta y tratado de excusarse, pensando que lo había olvidado – Dijiste que ya se te había olvidado–.

Lealtad a lo que es el AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora