Lealtad a lo que es el Amor

Día 27: Te conozco

Disclaimer: Los personajes no son míos, solo mi alocada imaginación.

Inspirado en la misión del primer Red Dead Redemption, Te conozco y en un fic Helsa sobre un fauno Hansy.

Disfruten.

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"Fascinante, horrible y seductor, todo al mismo tiempo".

John Marston, 1907.

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Armadillo, New Austin, 2013.

El vetusto pueblo pequeño ubicado en el desierto del corazón de la frontera se había destacado porque décadas atrás (en específico, 1907) había sido escenario de un brote de cólera, lo que obligó a cientos de personas a desplazarse y abandonar el sitio y más aún porque lo consideraban maldito.

Siendo vasto, nuevamente, sin ley y con al menos un vendedor local que tenía que mantenerse, Armadillo era el pueblo al que nadie pero absolutamente nadie quería vivir.

Ya sea en el salvaje oeste o en la contemporaneidad, nadie quería vivir ni un día, ni una noche en el sitio y más por su escabroso ambiente y silencioso aire pretencioso que helaba las piernas incluso del hombre más valiente y temeroso; acechándolo como un lobo a su presa.

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Con un día vacacional y vibrante, Elsa Arendelle y Alistair Krei al haber recorrido el gran desierto de la frontera, se decidieron bajar de su coche y más por el simple hecho de comprar unas bebidas para hidratarse.

Mientras eran atendidos por el bisnieto del antiguo dueño de la pequeña tienda del llamativo pueblo, ambos chicos miraron hacia afuera, percatándose de una fuerte nevisca de polvo y restos óseos de algunos animales traídos por el páramo del salvaje desierto.

Una vez Alistair y Elsa notaron que el pueblo se sumía en una niebla de viento y polvo, ambos aguardaron a que se tranquilizara todo para posteriormente continuar.

Justamente y en tanto se quedaban dentro del establecimiento, se le coló a la chica, la inquietante duda de quién era el hombre del retrato y que tenía a sus espaldas en un estante el comerciante.

Luciendo el dichoso hombre del retrato con un traje elegante, un sombrero de copa y un refinado bigote inglés, Elsa al instante se refirió al sujeto a través de un comentario — Linda fotografía—.

Ante lo expresado por la joven y girándose el hombre para ver el retrato de forma espontánea, inmediatamente le consigue decir con algo de inexpresividad — Es un regalo. Mi familia la ha tenido por generaciones. Mi padre me la dio y me dijo que da buena suerte–.

Observando con algo de escalofríos la imagen, Alistair de inmediato interviene y sin dudarlo le pregunta por la identidad del dichoso hombre al comerciante — ¿De quién se trata?–.

— No lo sé. Tal vez un amigo de mi bisabuelo— le acaba diciendo tajantemente el comerciante y mientras se vuelve a girar en dirección a la pareja.

Persistiendo la duda de la identidad del hombre en su cabeza de la joven y pensando está última que el sujeto es como lo que parece ser una deidad, rápidamente asienta un poco confundida y más al no encontrarle lógica ante el hombre extraño.

Teniendo la sensación incluso de como el hombre del retrato la mira con demasiada ímpetu.

Con la sensación la joven platinada inmediatamente se le acerca al oído a su esposo y le murmulla — Alistair, me da un escalofrío de solo pensar quién es esté hombre—.

Con las palabras de la chica como un aguijón, el joven rubio no puede evitar también sentir un escalofrío que lo recorre su cuerpo, por ello y en un intento de irse, la toma de la mano a la joven pero al intentar retirarse, el viento de afuera los termina cegando completamente.