Disclaimer: Los personajes no son míos, solo mi alocada imaginación.
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Atención: Mi intención no es ofender a nadie, solo entretener. Sean respetuosos y espero les guste.
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Como todos los días, trabajando y manteniendo su hogar en orden, Hans llegó aquel día un poco cansado y más por el hecho de dobletear turno en la empresa en la que trabajaba.
Queriendo tomarse una tarde libre, el pelirrojo después de abrir minuciosamente la puerta de su hogar, llegó tarareando silenciosamente, una de sus canciones favoritas.
Mientras trata de relajarse, en ese momento aparece la chica con la que comparte hogar.
Está misma andaba de un lugar a otro y con su brazo cargando un cesto de ropa.
Luciendo con su cabello atado en una trenza perfecta nunca antes vista, la joven Caine pasa adelante del chico y mientras le roza parte de su brazo.
Creyendo Hans que la joven está molesta, inmediatamente la toma de su brazo para preguntarle – ¿Qué te sucede?– dándole la jovencita una mirada efusiva y cerrando sus ojos a manera de reproche, inmediatamente le dice – Nada, simplemente que estoy muy ocupada... Y más teniendo en cuenta que llegas del trabajo y no me ayudas–.
Parpadeando un par de ocasiones el colorado, rápidamente le dice a manera de respuesta – Soy el que lleva el dinero al hogar. No necesito lavar la ropa, muñequita– en tanto se muestra arrogante con lo último dicho, la joven interpreta el carácter de Hans como un desobligado y bueno para nada, por lo cual y una vez que le enarca una ceja, le dice con algo de ira – No soy tu sirvienta, soy tu mujer y si yo deseo irme a buscar mi felicidad a otro lado, pues será una decisión que ni tú ni nadie me podrán quitar–.
Creyendo ciegamente el chico que su chica es una torpe, inmediatamente le pregunta con mofa – Ah sí, ¿Y quién te contratará? Pareces una zorra–.
Mientras se moja sus labios magenta la chica con su lengua y se prepara para justificarle quién es realmente, decide inmediatamente acomodarse su ropa y luego finalmente decirle – Te voy a dejar en claro algo, tengo una herencia de diez mil millones de dólares de parte de mi madre, Iduna Quintonia. Si quisiera podría fundar una empresa y enaltecerla hasta incluso tenerte como mi esclavo, imbécil–.
Mofándose el chico en una carcajada y de que la muchacha este diciendo algo completamente verdadero, finalmente sus ojos se clavan en los de esta misma.
Al notar algunas motitas de pecas imperceptibles en su rostro y mirando con plenitud sus hermosos ojos castaños teñidos en una triste capa de aparente esperanza, Hans de inmediato le dice – Eres tan hermosa que si tuvieras esa cantidad de dinero que dices, ya te hubiera mandado a que se la chupes a mi hermano Lars–.
Negándole unas cuantas veces con una expresión que cae de a poco a poco y que se mantiene en silencio, la joven en ese instante se termina cruzando de brazos.
Mientras niega juguetonamente y lentamente el pelirrojo, y deposita su mano en uno de los senos de la joven (creyendo que teniendo sexo con ella, la calmara), está última inmediatamente le aparta la mano del mencionado lugar y luego le da un empujón.
Decepcionada de ser tratada como una fracasada y yéndose molesta porque el muchacho la trae trabajando como una esclava a cada rato, finalmente decide encerrarse en su habitación y mientras comienza lentamente a lamentarse.
Dejando por un momento de sonreír el colorado y escuchando los sollozos de su chica, inmediatamente se pone triste; teniendo en claro que la hirió sentimentalmente.
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Lealtad a lo que es el Amor
Fiksi PenggemarOne shots, Long shots y fragmentos que abordan historias individuales y/o adaptando variados emparejamientos únicos, memorables, imposibles, casi nunca planteados o extraños en historias tan singulares o particulares. Con Hans, Jack, Elsa y más pers...