Lealtad a lo que es el Amor

Día 20: Dama de cortesía

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, solo mis alocadas ideas.

Inspirado en un fic Helsa.

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Advertencia: Contenido sexual y subido de tono, leer con cuidado.

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"Nada hace a una mujer más hermosa que su propia convicción de que es hermosa".

Sophia Loren.

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1800, Noruega.

Como toda mujer, la joven Caine Quintonia era la sirvienta, la dama de compañía y la mejor confidente de su leal reina, Elsa Sorensen.

Nadie podía aseverar que la muchacha castaña fuera bella como su ama, pues muchos hombres solo la veían como un objeto de trabajo que en el peor de los casos, si quedaba embarazada, era reemplazable.

Todo cambio una noche en el reino y con la visita del Lord duque Hans Alexander Westergaard...

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Pasando las 12:00 PM, la joven castaña como era costumbre y regla, se encontraba arreglando para los banquetes que a las 7:00 AM, ya debían estar preparados y servidos.

Con la visita impetuosa del Lord Westergaard, la cual incomodaba a todos los que se encontraban en el palacio, esté mismo estaba amedrentando la situación política por la que pasaban la reina Elsa y su esposo, el rey Jackson.

Una situación en la que la reina intentaba matar a su marido y este a su vez también intentaba matarla.

Al no tener nada más que hacer esa noche, Hans se dirigió al cuarto de la servidumbre; a ver si podía encontrar algo que lo distrajera de la complicada situación que lo tenía incluso aferrado como una garrapata.

Una vez se encuentra a la joven castaña pintándose sus labios, Hans de pronto y con los brazos cruzados, le dice con mofa — No sé para que te molestas. Tan solo el único que se ha interesado en ti, es la misma podredumbre—.

Sorprendiéndola de manera incrédula, rápidamente la chica se gira para eventualmente verlo.

Notándose un poco sonrojada ante la vergonzosa situación que para nobles como Hans, no es normal, de inmediato la joven le responde fríamente — Es una exigencia del código de vestimenta, mi "lord"—.

Justificándole con lo anterior que es una acción normal y muy regida dentro del palacio, al instante la chica añade como comentario y en tanto se coloca sus manos en su delgada cintura — Parece alguien de negro corazón. Hay muchos motivos para dudar de usted, mi lord. Lo he visto acosar a la esposa del rey Jackson—.

Recordándole sus íntimos momentos a Hans, rápidamente en ese momento, este último se defiende con — Basta de palabrerías. No sabes con quién te metes, puta disfrazada de sirvienta—.

Siendo algo acusatorio el lenguaje de la joven, el colorado inmediatamente toma cartas en el asunto.

Acercándosele a la mencionada muchacha y arrinconándola hasta la pared de la habitación.

Una vez se encuentra atrapada entre el cuerpo del colorado y la pared, la castaña de repente le pronuncia — Cuidé su lengua, "señor Hans"—.

Negándose en ese momento a hacerle caso a una sirvienta cualquiera, de pronto el mismo colorado le replica sumamente furibundo — No. Cuida la tuya, además, debes llamarme lord. No soy ningún pusilánime descuidado como tú— reiterándole con esto último el desquiciado pelirrojo que es mejor que la destartalada y mencionada muchacha.