El pelirrojo comenzó abrir los ojos viendo que estaba en otro lugar al que recordaba, este bajo su mirada viendo que estaba lleno de vendas, después dirigió su mirada hacia una puerta, este con dificultad se sentó a la orilla de aquella cama viendo a su lado su mochila con esas dos cosas que estaban envueltas en vendas cuando escucho un sonido dirigiendo su mirada hacia el origen de este viendo entrar a una pelinegra con broches de mariposas y a un pelinegro, este los miro con una mirada vacía
Kanae: Veo que ya despertaste (Sonriendo sentándose en una silla)
Los dos pelinegros estaban sentados en una silla, viendo aquella mirada vacía del pelirrojo que se los quedaba mirando a cada uno
Kanae: Él es Giyuu Tomioka y yo Kacho Kanae (Sonriendo)
El cuarto se llenó de un silencio sepulcral, los dos pelinegros esperaban una respuesta del pelirrojo, pero los segundos se volvieron minutos sin recibir una respuesta, solo el pelirrojo se los quedaba mirando
Kanae: Bueno, parece que no quieres hablar, entonces ¿Cuéntanos algo de ti? (Sonriendo)
Los segundos pasaron sin recibir respuesta de aquel pelirrojo haciendo que el ambiente se sintiera incomodo hasta que vieron que el pelirrojo abría la boca
Tanjiro: “Los ojos hablan lo que la boca calla”
Los dos pelinegros se sorprendieron por lo que dijo, pero más al escuchar la voz del chico que al momento de hablar una enorme frialdad los envolvió, su voz no era cálida como la de los demás niños, te transmitía una frialdad que te hacía temblar
Tanjiro: Mi nombre no tiene importancia, al fin al cabo soy una herramienta desechable
Eso sorprendió mas a los pelinegros sintiendo un nudo que se les estaba formando en la garganta era tanta la frialdad preguntándose “¿Qué lo hizo cambiar?”, era una pregunta fácil de preguntar, pero difícil de encontrar una respuesta cuando volvieron a escuchar una voz
Tanjiro: Sé que se están preguntando porque soy así (Viendo que estos se sorprendían)
Tanjiro: “Las personas cambian por dos razones, han aprendido lo suficiente o han sido heridas demasiadas veces”
La puerta se volvió abrir entrando una pelinegra con un broche de mariposa de color azul fuerte que se quedó mirando el pelirrojo
Aoi: Kanae-san ya está la comida
Kanae: Gracias Aoi, ya vamos para allá (Sonriendo viendo que se iba)
Tomioka: ¿Cuál es tu nombre?, ya sabes el de nosotros (Viendo al pelirrojo)
Tanjiro: Saber el suyo no significa que yo les diré el mío
Tomioka se quedó callado al escuchar esa respuesta, los dos pelinegros tenían más preguntas que respuesta y a cada segundo se generaban menos
Tanjiro: Es Tanjiro es lo último que escucharan salir de mi boca
Kanae y Tomioka tragaron saliva al ver aquella mirada del pelirrojo que no mostraba nada más que un solo vacío sin fin, no habían encontrado respuesta para sus preguntas lo único que había hecho era generar mas
Kanae: Bien Tanjiro, vamos a comer que debes tener hambre (Sonriendo)
Los dos pelinegros se levantaron de sus asientos dirigiendo a la salida, pero vieron que aquel pelirrojo no se movía de aquel lugar solo se quedaba mirando hacia el suelo hasta que recordando lo que había dicho “Soy una herramienta desechable”, entonces eso quería decir que el solo sigue ordenes
Kanae: Tanjiro sígueme es una orden (Viendo al pelirrojo)
A Kanae le dolía hablar así con una voz autoritaria, pero era la única forma de hacer que el pelirrojo la escuchara, esta vio que el pelirrojo se levantaba comenzando a caminar detrás de Kanae, los dos pelinegros se quedaron mirando dándose cuenta que iba a ser difícil poder hablar con él.
Los tres llegaron al comedor, donde el pelirrojo logro visualizar a otra pelinegra de mechones morados y a otra con un broche de mariposa rosa, Tomioka se sentó al lado de una mesa mientras que Kanae en otro lado, pero todos miraron al pelirrojo de pie, Kanae sentía un dolor en su corazón al tener que hablar con una voz autoritaria, pero no había otra opción
Kanae: Tanjiro siéntate a mi lado y come (Con una voz autoritaria)
Sus hermanas incluso Aoi se sorprendieron por el tono de voz que había usado en el pelirrojo, pero vieron una mirada triste en su hermana, el pelirrojo se sentó a lado de la pelinegra quedándose mirando la comida en su mente se originó una pregunta
“¿Por qué le dan de comer eso?”
Pero esa pregunta la dejo ir, ya que no le importaba nada de lo que le dieran de comer, ni mucho menos ser tratado como una herramienta, él ya se había acostumbrado, ya no le importaba ser pisoteado por otras personas ya no sentía nada
Minutos después….
Kanae: Tanjiro vete al cuarto y quédate ahí (Viendo al pelirrojo con una voz autoritaria)
Tanjiro solo se levantó de aquel lugar sin ni siquiera decir algo, pero podía oler la tristeza que provenía de aquella pelinegra preguntándose
“¿De qué sirve ser sincero y tener un buen corazón si nadie se fija en eso?”
Shinobu: Hermana, ¿Por qué hablas así?, nunca habías hablado así (Viendo que de los ojos de su hermana salían las lágrimas)
Aoi: ¿Por qué llora Kanae-san? (Viendo a la pelinegra)
Kanae: Él está roto por dentro, está completamente destruido (Uniendo sus manos mientras lloraba)
Shinobu: ¿Qué quieres decir hermana? (Sin entender)
Tomioka: Él es un cascaron vacío, sus ojos no muestras nada más que un vacío infinito, su voz refleja una enorme frialdad que incluso te hace temblar, por más tratamos de saber algo no logramos nada (Viendo a Shinobu)
Kanae: Me pregunto qué le habrá pasado en aquel lugar, parece un demonio sin corazón que no siente ni aprecio ni amor (Viendo a sus hermanas)
Con el pelirrojo
El pelirrojo estaba mirando por la ventana como estaba cayendo la nieve viendo su mochila sacando su diario abriéndolo escribiendo algo que era
“Pensamientos que atormentan, alegrías que duran poco y tristezas que duele… En eso se resume mi existencia”
El pelirrojo cerro su diario aguárdalo en su mochila, no sabía que le deparaba ahora de adelante la vida, pero ya no le importaba al contrario ni siquiera lo pensaba, era más que suficiente con ser “Una herramienta”.
Tenía tantas heridas en su corazón que no se podían curar con nada ni el mismo tiempo podía hacer eso este miraba su reflejo en la ventana preguntándole a su reflejo
“Acaso tu eres aquella persona que llora todos los días porque su simple existencia es un martirio y una carga que ya no puede sobrellevar más a parte que no tener nadie ni nada que lo haga feliz más que sea por un instante”
