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Kenma por fin fue dado de alta y ahí fue cuando recién Kuroo apareció, a lo cual Kenma simplemente se pegó a el para así sentir sus feromonas. Por primera vez, Kenma se sentia seguro a su lado y de igual manera, se sentía necesitado de estar al lado del alfa.
— Kuroo, ven.. — Estiró sus brazos para luego abrazar al alfa con fuerza. — No te vayas, te extraño. — Frotó su nariz contra su pecho.
— Yo igual te extrañé pequeño.. — Acarició su cabello, correspondiendo su abrazo.
Sugawara se quedó mirando de lejos todo, algo le decía que las cosas no iban bien.. tenia una pequeña sospecha que lo dejaba bastante pensando.
Kuroo ganó, Kuroo volvió a tener a Kenma ante el y claramente iba a cambiar, por lo menos por ahora. El padre de Kenma era tonto después de todo. Ver a su hijo tan afectado y necesitado de la presencia del alfa hizo que dejara que Kuroo estuviera cerca de su hijo como normalmente lo era antes pero claro, Suga seguía al pendiente de todo.
— Disculpa por haber sido así antes Sugawara.. yo.. — Miró para otro lado. — Prometo jamás volver a repetir nada.
— Entonces.. ¿te estás disculpando? — Rió sin ánimos.
— Sí, lo siento Sugawara.
— Okey, no te perdono. — Se dió la vuelta para comenzar a caminar.
— ¡Pero te estoy diciendo que me disculpo! — Kuroo aguantaba las ganas de no golpearlo ahí mismo para que fuera respetuoso con el.
— Si.. y no te disculpo. — Mordisqueó su labio. — Vete de esta casa.. ¿sí? no quisiera que estés cerca de Kenma, eres un peligro.
— ¿¡Ah!? ¡no soy un peligro para Kenma, soy su alfa!
Sugawara quedó callado mientras iba a la habitación donde se encontraba Kenma quien se había estado comportando últimamente como un pequeño niño aunque pensaba que era normal, después de todo el omega de Kenma se estaba haciendo más presente luego de eso. Kuroo luego de eso se fue, debía tener buenas apariencias por ahora.
— ¿Kenma? .. — Se asomó y sonrió al ver a Kenma jugar con su celular.
— ¡Suga! ¿estaba Kuroo? ~ lo escuché y lo sentí.
Kenma dejó de lado su celular para luego sonreír, acercandose a Sugawara para poder abrazarlo a lo cual el correspondió y acarició su cabello con suavidad.
— ¿Kuroo? oh, no. — Negó. — El no estaba aquí, ¿sí? — Sonrió con suavidad. — ¿Puedo peinarte? tu cabello es largo y lindo. Te verás bien con trenzas.
— Okeey. — Se acomodó en la cama.
Sugawara buscó un peine junto a unos elásticos para luego colocarse detrás de Kenma, comenzando a cepillar su cabello.
