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Kenma se quedó pensando ante las palabras de su mamá hasta la hora de dormir, pero suponía que debía ser así las cosas.
— ¿Debería hacer caso a eso? supongo.. mi mamá es omega también, ella debe saber más. — Abrazó su peluche y cerró sus ojos para dormir.
Por el lado de Kuroo, el había sido felicitado por ser alfa y su padre estaba orgulloso de él. Al ser una familia criada más que nada a la antigua, las ideas que le estaba dando el papá de Kuroo a su hijo no eran buenas, la mamá tampoco iba a intervenir ya que debía ser aquella omega sumisa o podría llevarse un gran golpe.
— ¿Entonces quieres estar con ese amigo tuyo Kenma? solo debes marcarlo en su primer celo, marcar territorio total y no dejar que ningún otro alfa se le acerque. — Dió un golpe en la espalda de Kuroo, soltando una risa.
— ¿Debería hacer eso papá? a Kenma no le gusta mucho ese tema y no sé. — Ladeó su cabeza.
— ¿Desde cuándo la opinión de un omega importa? sólo debes hacerlo. Yo lo hice con tu madre y ella sigue aquí, aparte varios omegas son marcados a la edad del primer celo. – Elevó sus hombros desinteresado. — Pero bueno, ve a dormir hijo.
— Está bien, ¡Buenas noches papá! y buenas noches mamá. — Se dirigió a su cuarto para acostarse en su cama.
Luego de eso, Kuroo durmió hasta la mañana siguiente.
Kuroo ya se dirigía hacia el colegio junto a su madre hasta que vió a Kenma por lo cual con rapidez de despidió de mamá y se dirigió con rapidez hacia donde estaba el omega. —
— ¡Heey, Kenma! — Colocó su brazo en su hombro y sonrió. — Hola Kenma, hola señora.
— Hola cariño, ¿cómo te encuentras? — La mamá de Kenma acarició el cabello de Kuroo. — Kenma ayer me contó que eres alfa así que espero puedas cuidar de mi hijo, ¿sí?
— Puedo cuidarme solo mamá.. — Abultó sus labios.
— No siempre, es mejor que Kuroo vea por ti.. se ve que será un alfa grande y fuerte. — Mostró una dulce sonrisa.
Kenma simplemente se quedó callado y asintió.
— Tu mamá tiene razón. — Tomó la mano de Kenma. — Adiós señora! vamos Kenma.
— Adiós mamá. — Sonrió levemente para así irse junto a Kuroo.
Kenma estaba feliz siendo amigo de Kuroo, le hacía feliz aparte de que ambos se conocen de prácticamente toda la vida ya que ambas familias eran amigas, siempre decían que harían una gran pareja ambos hijos y aunque podría tener razón, Kenma creía que ahora ambos debían vivir su infancia y luego pensar en amor, celo, lazos, etc.
— Kuroo, ¿tu que opinas de nosotros? — Se acomodó en su asiento y colocó sus brazos en la mesa, para luego recostar su cabeza ahí y mirarlo.
— ¡De que deberíamos ser pareja! papá dice que debería ser así. — Mostró una inocente sonrisa, las palabras del papá de Kuroo estaban afectando a la infancia de el.
