#76.

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— No, no.. No. — Cubrió su rostro, temblando. — No es verdad eso.. Y-yo podré tener hijos.

Hinata quería ser madre. Tenía la ilusión de tener a su pequeño cachorro y si podía, esperaba que fuera con Kageyama. Esperaba durar con Kageyama y estar hasta que la muerte los separe.

Mi Hinata.. ¿el no puede tener hijos?

La mano de Kageyama se fue a su boca. Pequeñas lagrimas cayeron lentamente por sus mejillas mientras quedaba en un pequeño shock por la reciente noticia.

Hinata sintió su cuerpo liviano. Comenzó a ver todo borroso, mientras su oído dejó de escuchar al rededor.. Se sentía mareado, mientras su cabeza se ladeaba.

— Yo.. Yo..

Si estuviera en pie en ese momento, hubiera caído al piso.

¿Como tomaba la noticia a esa edad? Tenía 17 años y se estaba enterando que era infertil, que no podría tener hijos y eso que siquiera estaba pensando en tener hijos aún y ya se estaba enterando de eso. No podría cumplir aquel sueño de tener su propio cachorro.

— ¿No hay posibilidad de pagar un tratamiento..? es posible, ¿verdad? dígame que si.

— No es posible. Es imposible hacer un tratamiento.

— ¡Le daré todo mi dinero! Juro que lo haré.. Dígame que si. — Hinata rogaba.

— No, joven. Por más que lo intente.. Usted no podrá embarazarse.

— Hinata.. — Tomó su mano.

— ¡No! — Soltó un grito. — No puede ser posible eso.. ¡No puede ser posible!

Eran gritos que se escucharían desde afuera de la sala y probablemente por el pasillo.

— Tranquilo, cariño.. — Intentaba ser fuerte. — Ven, ven..

— No.. Por favor, no.

Se escuchaban los pequeños gritos y llantos de Hinata, junto a pequeños sollozos de Kageyama, quien intentaba calmar a su pareja.

— Sh.. Sh.. — Susurró, besando su cabeza.

Luego de que Hinata se calmara, tuvieron que salir del lugar. Kageyama dejó en el auto a Hinata, para así subirse el al auto para poder comenzar a conducir.

— Puedes llorar.. Hinata.

Aquellas palabras fueron las necesarias para que Hinata soltara su llanto. El llanto que no había soltado en aquella sala, lo soltó ahí.
Un llanto realmente doloroso para Kageyama, quien se mantenía relativamente normal, con la capacidad de manejar.

— Vamos al cementerio.. Por favor. — Susurró Hinata.

Kageyama asintió y miró a su pareja por unos segundos. No habló y solamente dejó aquel momento para Hinata. Sabía que el odiaba hablar, prefería que solo lo acompañaran y se mantuvieran callados con el.. La compañía le agradaba.

— ¿Te acompaño?

— No.. Iré solo.

— Okey. Cuidado, ¿si?

Compró un par de flores fuera del cementerio, para así dirigirse a la tumba de su querido amigo.. Kenma. Necesitaba hablar con el, necesitaba tener aquella paz.

— Kenma.. — Suspiró.

Arregló flores en su lugar, sonriendo debido a lo adornado que estaba el lugar. Múltiples flores  y adornos habían alrededor, ninguna marchita.

— Que lindo estás.. — Frotó sus ojos, sentándose en el pasto. — Hola..

Ladeó su cabeza, observando aquella tumba mientras volvía a llorar. Sus manos se posaron en su vientre, sintiendo un pequeño dolor en su corazón.

— ¿Sabes? tuve.. tuve un aborto. — Cerró por unos segundos sus ojos. — Jamás podré ser madre.. no podré tener a mi pequeño cachorro.

La brisa comenzó a correr y su cabello se movió con suavidad. Era lindo el aire que lo recorría, le daba frescura y tranquilidad.

— Es.. Es raro. — Dejó caer pequeñas lágrimas. — Ni siquiera tenía pensado tener un hijo, y me están quitando la posibilidad de tenerlo.. Uh.

Sintió la presencia de alguien, así que se volteó. Al ver quien estaba a su lado, se levantó y se colocó en frente de el

— Hola.. Hinata.

— ¿Por qué lo hiciste..? — Frunció el ceño. — ¿Por qué le dijiste eso a tu padre? el.. ¡por su culpa jamás podré embarazarme, Kuroo!

Hinata lo tomó de el cuello de su polera, comenzando a sacudirlo con fuerza para luego golpear su rostro.

— ¿¡Por qué mierda lo hiciste!? ¡pensé que cambiaste para ayudar a tu madre!

Hinata golpeaba el rostro de Kuroo constantemente. Tenía rabia pura, sus ojos lo demostraban totalmente, acompañando con lágrimas hasta que simplemente cayó al pecho de Kuroo mientras sollozaba, aún apretando la camisa de Kuroo.

— Perdón.. — Susurró.

— Jodete Kuroo.. Jodete.

— Perdón.. — Lo abrazó. — ¿Como está mi madre?

— Pregunta por ti todo el día.. Dios, ¿como mierda puede preguntar por un hijo tan mierda? eres lo peor..

— Lo sé.. Dile que estamos bien. Mi padre está en la cárcel debido a la peleas que tuvo con Kageyama, solo que el no le pagaron la multa.

— Bien.. — Se alejó. — ¿Vienes a ver a Kenma?

— Si.. Vengo todos los días a ver y ordenar el lugar. Me gusta hablar con Kenma, de como me siento.. O simplemente estar aquí.

— Kenma.. También me agrada estar aquí pero odio verte. — Lo miró. — ¿Sabes lo que tu estúpido comentario hizo? eres una maldita bestia..

— Perdón.. — Bajó su mirada.

— No te sigo golpeando por respeto a Kenma.. Y a los demás que están aquí pero ojalá mueras de la peor forma posible.

Hinata siquiera pudo tener su momento de tranquilidad. Se despidió de Kenma, o al menos, de su tumba para así irse del lugar con grandes pisadas de simple enojo, pero solo podía llorar.

— ¡Lo odio, lo odio! — Entró al auto.

— ¿Mh? — Se volteó.

— Odio a Kuroo.. ¿Por qué está ahí? ¿¡por qué existe!? ¡lo odio, lo odio! ¡necesito que muera!

— Hinata.. Tranquilo.. — Salió del auto, para irse al asiento trasero. — Ven..

— ¡Necesito que muera de la forma más sucia posible! es un maldito asqueroso..

— Lo sé.. vamos. Desahogate.. — Lo acurrucó.

Kageyama no era de mucho apoyo en temas de palabra. Solo estaba ahí y le prestaba los brazos a la persona para poder acurrucarlo y hacerlo sentir cálido.

— Quiero que muera.. Podría matarlo solamente por lo que le hizo a Kenma. El debió morir en vez de Kenma..

La única persona que no merecía morir, era Kenma.

Continuará..

Espero les haya gustado el capitulo!! Díganme sus opiniones, chauu los quiero

Un sentimiento de culpa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora