La vida de Sugawara luego de la muerte de Kenma, ciertamente se volvió gris. Al menos al principio, no había logrado siquiera salir de la cama, aunque con el tiempo, aprendió a dejar ir a aquel chico, o más bien, aprender a vivir con el dolor.
Su pareja había sido una gran ayuda en la situación, pero claro, la salud mental de Kouki tampoco era lo mejor. El perder a su hijo, no era algo que lo mantenía estable, pero sabía que debía continuar su vida como sea y no se quería estancar en aquella situación, solo aprendería a vivir con la situación y recordaría a su hijo como lo más preciado de su corazón.
El caso sobre el asesinato ante Daichi fue algo difícil de superar, pero luego de una lucha, un buen abogado, y claro, dinero, el caso se pudo cerrar por fin, dejando aquel pasado de una vez por todas. Podía salir solo a la calle, sin tener aquel miedo, sentirse libre de una vez por todas.
—¿Salgamos?—preguntó Kouki.
—¿Dónde? Keitaro está en la escuela... podríamos pasar por el luego.
—Claro. Le llamaré al autobús.
Sugawara asintió con una pequeña sonrisa.
Los años habían pasado, y Keitaro ya era mayor. Aquel pequeño bebé que era hijo de Sugawara y Kouki.
No sabían si decirle la verdad ante que solo era hijo de Sugawara, sin más, no de Kouki. Querían ser honestos, pues aquel niño ya tenía 10 años y preferían que se enterara por ellos mismos antes que alguna situación externa se lo dijera, además que sentían que era la edad correcta para que se enterara de una vez por todas.—¿Cómo le diremos? es algo difícil, ah...—Cubrió su rostro, ansioso.
—No te preocupes. Solo... decirlo, soltarlo, para decirle de una vez y así dejar de vivir con esa duda.
—¿Y si se enoja?—preguntó Sugawara.
—No podemos mentirle toda la vida—Entrelazó sus dedos.
—Si... tienes razón—suspiró—Me daría más miedo que supiera de otra manera.
—Si. Es difícil, pero no imposible así que no te preocupes—Tomó sus mejillas—Saldrá bien.
Kouki besó con suavidad los labios de Sugawara, para así poder seguir caminando. Aquellas caminatas eran costumbre para simplemente pasar tiempo juntos, ya que por el trabajo de Kouki, el estar juntos de igual forma era algo difícil, pero Kouki de igual forma sabía que necesitaba pasar tiempo con aquel chico de quien se había enamorado y había pasado su vida, su gran apoyo, su gran amor.
Sugawara aún seguía teniendo contacto con Hinata, Taiki y Theo, pues aún ayudaba en aquel hogar donde salvaba de la situación por la cual aún sufrían ciertas personas. Aquellos chicos solían ir a su casa, para poder ir a ver a su hijo el cual le tenían un gran cariño debido a que lo habían visto crecer.
Hinata le tenía un especial afecto. El hecho de no poder tener hijos, ciertamente le dolía de vez en cuando, pues la idea de una familia de igual forma era algo deseado para el. Tener un hijo junto al amor de su vida, quizás era un sueño lejano. Tampoco pensaban en adoptar, por lo cual, solo serían ellos dos. La casa de Hinata terminó siendo la segunda casa de Keitaro.Ambos chicos fueron a una cafetería. Comieron algo pequeño, hasta llegar la hora de de ir en busca de Keitaro.
—¡Papá, mamá!
Aquel pequeño alfa, corrió hacia sus padres para así darle un abrazo a ambos.
El sub-genero de Keitaro terminó por ser alfa. A los 7 años, como de normalidad en la escuela le hicieron aquel examen de sangre que definía si alguien era alfa, omega o beta y en aquella escuela, abrió aquel papel que daba los resultados.
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Un sentimiento de culpa.
FanfictionLa relación de Kenma y Kuroo siempre fue demasiado perfecta.. demasiado perfecta para ser real. omegaverse !!