¡Especial halloween! ; atrasado.

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Halloween no era la época especialmente favorita de Kenma, pero si la de Kuroo quien amaba llenarse de dulces

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Halloween no era la época especialmente favorita de Kenma, pero si la de Kuroo quien amaba llenarse de dulces.

Un kenma pequeño de 7 años, había sido convencido por Kuroo después de estar una semana rogandole para que le acompañara a buscar dulces, aparte que Hinata fue parte de eso, ayudando a Kuroo a convencer a Kenma.

— Pero pero.. buaa. — Suspiró, concentrado en su juego. — Okey, los acompaño.

— ¡Bien! — Chocó su mano con la de Hinata. — Tan lindo Kenmaa.

Kuroo se lanzó encima de el, haciendo que Kenma perdiera su juego a lo cual suspiró pero luego se dejó, sintiendo luego otro peso por parte de Hinata.

— ¡Yeei! — Rió Hinata.

— Ouch.. – Puchereó, intentando moverse.

Luego de eso se quedaron ahí un rato jugando entre sí, intentando que Kenma simplemente dejara su celular un poco y más que nada, Kuroo quería la atención de Kenma y nada mejor que jugar con el, acompañado de Hinata quien alegraba aún más el ambiente.

— ¿De qué será el disfraz? ¿tienes algo planeado, Kuroo?

— ¡Gatitos! mi mamá me hará mi disfraz y el tuyo. ¿Qué color quieres?

— Blanco con café. — Lo miró, viendo la emoción del chico, era prácticamente un cachorro.

— Mh, ¡luego vamos con mamá para enseñarle! — Lo miró, acercandose a su mejilla para así apretarla suavemente. — ¡Seré un gatito negro entonces! ¿y tu, Hinata? ¿de qué te disfrazarás?

— ¡Tigre! si, sí. — Movió su cabeza, con emoción.

— ¡Seremos animalitos comiendo dulces!  — Rió Kuroo, mientras tomaba las mejillas de Kenma para así jugar con ellas. — Y tu serás un gatito muy lindo, Kenma.

— Si, sí.. — Rió con suavidad, cerrando los ojos.

— Kenma tiene la apariencia de un gato muy flojito. — Dijo Hinata, acercándose. — Gato flojo, je. — Tocó su mejilla.

— ¡Yaa! — Movió sus bracitos y piernitas. — Dejenme, dejenme.

— Un gatito arisco.

— ¿Qué es arisco? — Preguntó Kuroo.

— No lo sep. — Elevó sus hombros.

Los tres rieron luego. Solían ocupar palabras que apenas sabían que significaban, pero sonaban bien y al parecer, si tenían un sentido lógico.

                              .  .  .

Kenma había ido a casa de Kuroo para simplemente probarse su disfraz que la madre de Kuroo había preparado para ambos y aunque le daba miedo la casa de Kuroo debido a su padre, quien era un alfa realmente aterrador, parecía que ese día no estaba.

Un sentimiento de culpa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora