Hinata.

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Los años pasaron, Hinata se volvió alguien importante en su movimiento, pero claro, jamás cumplió su sueño de ser alguien importante en el gobierno, por distintas circunstancias, pero sin más, se rindió en querer hundirse en eso, y por más que fuera algo importante, sus sueños terminaron yéndose por otro lado, un lado simple, pero algo que le agradaría. Terminó estudiando pedagogía. Nunca se había imaginado en eso, pero terminó descubriendo que amaba la idea de enseñar a los demás, preparar al futuro de su país, lo terminó viendo como su sueño, así que claro, estudió para eso. De igual forma, terminó siendo alguien importante en su país. Incluso luego de su muerte, su historia terminó apareciendo incluso en libros, de su largo camino recorrido en busca de una sociedad equitativa y claro, lo había logrado perfectamente. Estaba orgulloso de si mismo, de lo que había logrado. Un gran cambio para el mundo completo, no solo en su país.

A pesar de lo que la gente pensaba, Hinata amaba a un alfa. Muchos pensaban que aquel movimiento era un odio hacia los alfas, pero Hinata amaba a uno, aquel chico con el que planeaba casarse. Antes pensaba en tener una familia con el, pero debido a las circunstancias, no logró hacerlo, sin más era feliz al lado del su único amor.

—¡Kageyama! —Estiró sus brazos, yendo hacía el.

—Hinata—Sonrió suavemente, abrazándolo—¿Qué tal te fue hoy?

—Todo bien.. un día duro de trabajo. Pero adorable, a veces manejar niños es complicado..—Rió, apoyando su mejilla en el pecho del contrario.

Hinata amaba su trabajo, sin más, debía admitir que le cansaba de vez en cuando aquellos niños. Entendía su actuar, y claro, trataba de dedicarle el tiempo a cada uno, pero eran más de 30 niños, y por mucho cariño, habían algunos difíciles de controlar, pero nada imposible.

A la edad de 35 años, Kageyama le propuso matrimonio a Hinata. Lo hizo con la ayuda de los niños los cuales tanto quería Hinata, sus alumnos. Fue algo que preparó con meses de anticipación, y con ayuda de los padres de cada uno, quienes estuvieron totalmente de acuerdo, así que el plan comenzó.
A Kageyama lo ponía un poco nervioso la idea de pedirle matrimonio al chico. Pensaba desde los 30 hacer aquello, pero la simple idea de proponerle matrimonio al chico, lo hacía temblar.

Su plan comenzó. Tenía la idea de subir al chico a una camioneta, la cual tendría una puerta trasera, la cual dejaría que el chico pudiera sentarse. Con la ayuda de Theo y Taiki, ayudaron a que el chico se subiera a aquella camioneta, cerrando la puerta trasera.

—¿Taiki?—Ladeó su cabeza confundido—¿Para qué cerraste la puerta?

—¡Lo sabrás luego!

Theo manejaba, y al saberlo, se asomó un poco hacia los asientos delanteros.

—Theo, ¿qué planean? juro que los golpearé del susto.

—Disfruta tu momento, Hinata.

Segundos después, la puerta fue abierta y la música comenzó a sonar. Taiki hizo la seña para que se sentara a la orilla del auto.
Un grupo de personas tocaban la guitarra, mientras los amigos y familiares de Hinata comenzaban a salir junto a globos de corazones, dejando rosas en la mano de Hinata, hasta llegar al final del recorrido donde estaban aquellos niños que tenía a su cuidado con letras que decían "¿Quieres casarte conmigo?" y claro, los respectivos padres al rededor.

—¿Q-Qué es esto? ..—Cubrió su boca sorprendido, con voz temblorosa.

Los niños comenzaron a llamar a Hinata se la peculiar forma que solían llamarlo "maeto". Hasta que los niños destaparon a quien cubrían: Kageyama.

—Hinata.

—Kageyama.. ¿qué haces?—Soltó una pequeña risa, cubriendo su rostro. Estaba a punto de llorar.

Kageyama se acercó al chico, para así arrodillarse, mostrando la caja donde se encontraba el anillo. Un hermoso anillo, el cual Kageyama había mandado a hacer especialmente para el, estaba detallado, y con una pequeña frase escrita ahí.

—¿Quieres casarte conmigo, Hinata Shoyo?

Extendió aquella caja hacia el.

Hinata demoró en contestar, y unas pequeñas lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas. Distintos recuerdos comenzaron a venirse en su cabeza, como la primera vez que se tomaron de la mano, su primer beso una vez haber decidido ser novios, su primera vez. Kageyama había sido su primer todo, y su primer amor en especial.
Hinata no solía creer mucho en que durarían toda la vida. Amaba a Kageyama, pero veía la posibilidad de llegar a distanciarse en algún momento, por simples decisiones del destino, pero saber que ahora su primer amor se encontraba en frente de el, haciendo aquella propuesta. Le costaba creerlo.

—Si, Kageyama.. acepto—Dijo en suavidad.

Su sonrisa fue notoria, y el grito de los de alrededor, acompañado de los aplausos comenzó a escucharse al alrededor debido a la palabra del chico. Todos sabían el destino de aquella pareja, una clara boda, la cual duraría..

—Hasta que la muerte los separe—Habló aquel cura—Puede besar al novio.

—Te amo.

—Te amo.

El beso de ambos chicos vestidos con un terno blanco se hizo presente. Una hermosa foto de ambos en aquel momento, de Hinata siendo levantado por Kageyama con gran felicidad entre medio del beso.

 Una hermosa foto de ambos en aquel momento, de Hinata siendo levantado por Kageyama con gran felicidad entre medio del beso

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En la historia, Hinata fue alguien importante. A pesar de haber pasado incluso un siglo, habían libros sobre el, y del como había empezado su movimiento con aquel amigo, Kenma, quien también era mencionado en uno u otro libro de historia sobre el movimiento que ayudó a los omegas a ser libres, a poder vivir sin miedo alguno, y claro, aunque aún habia gente en contra, y aún existían aquellos tratos, eran menos, y cada año, se veían como los omegas aún luchaban por sus derechos, y ya no sentían Un sentimiento de culpa.

Fin..

¡Hola! Cómo les dije, la historia original ya terminó pero quería sacar un poco a la luz lo que fue su vida de cada uno.
Quería escribir la de Theo y Taiki (en conjunto, al ser personajes secundarios) Sugawara, y aún estoy dudando si Kuroo también.. ¡díganme si quieren saber lo que pasó con Kuroo luego!

Un sentimiento de culpa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora