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— Entiendo..

Su madre cayó en los brazos de Sugawara, quien lo abrazó con fuerza. Ambos lloraban sin parar, mientras sus pequeños hermanos miraban confundidos. No entendían el comportamiento, ni lo que sucedía.

— Vengan, niños..— Atrajo a sus niños.— El es Sugawara. Es su.. Hermano m-mayor.

Los niños estaban asustados,pero solo movieron su mano de forma tímida.

— Hola, niños..— Limpió sus lágrimas, tomando las manos de algunos.— Soy Sugawara.

— Que suerte..— Susurró Hinata, mirando aquel reencuentro.— ¿Quieren hablar ustedes dos? Yo llevaré a estos pequeños a comer.

— Hinata es bueno, tranquilos.— Dijo Sugawara, ayudando a su madre a levantarse.

— ¡Les daré de comer muchos dulces y helado! Tomense de las manitos todos, ¿si? Tío Hinata los llevará.

Luego de la aprobación de Seichi, ellos se tomaron de las manos para caminar, aunque uno el cual era el menor, solo fue cargado por Hinata mientras los demás caminaban.

— Ven.. Te llevaré a una habitación.

— Este lugar es muy lindo..— Susurró, mientras veía al rededor.

Tuvo suerte. Seichi tuvo la suerte de que realmente no le fueran a hacer nada malo al subir al auto, pero alguien en desespero atendía a cualquier ayuda, siendo falsa o una verdadera trampa pero claro, en momentos de desespero.. Todo serviría.

— ¿Quién es el?— Preguntó sobre un chico rubio. — Hay muchas fotos de el.

— Oh.. Son recuerdo.— Sugawara ladeó su cabeza. — Es el creador de todo.

Fotos de alguien, de Kenma por el lugar como recuerdo a todos los que llegasen. Kenma era querido y bastante por las personas que llegaban, pues era bastante amable con todos y aunque no pasara mucho tiempo ahí, lo recibían todos con un gran abrazo.
Kenma junto a los niños del lugar eran las fotos que más habían por el lugar.

— Es Kenma.— Suspiró, mordisqueando su labio inferior.— Fue quien me rescató de mi anterior pareja. Me refugió en su casa y terminó siendo un hijo para mi.

— Eso.. Suena lindo. — Bajó su mirada — Tuviste donde refugiarte, y el te ayudó sin más, sin conocerte. Debió ser un mismísimo ángel.

En la mente de Seichi, simplemente agradeció ante la foto al haber cuidado a su hijo cuando el no pudo.

— Yo.. Hay muchas cosas. ¿Qué sucedió? ¿por qué..?— Sugawara apenas y lograba hablar.

— Lo de todos.. Cansados de lo de siempre.— Bajó su cabeza, mordiendo su labio inferior.— ¿Tu también..? Perdón por no buscarte, pero yo.. Y-yo no sabia siquiera que hacer y eso.

— Maté a mi pareja..— Ladeó su cabeza.— De hecho, no puedo salir a la calle por eso. Estoy escondido aquí, bueno, en mi casa.

— ¿Donde vives?

— Es algo lejos, la verdad. Vivo con mi.. Pareja.— Bajó su mirada, sonriendo.— Se llama Kouki. Es algo mayor, si.. Pero con el he estado un tiempo.

— El es.. ¿Bueno?— Preguntó dudoso. No quería que su hijo viviera otro infierno.

— ¡Lo es! El es... Mi salvación. — Rió, sentándose en una cama. — Dormirás aquí, mientras.

— Okey, gracias. — Se sentó, mirando a su alrededor.

— Tuve otro hijo producto a una.. Violación. Kouki, dijo que lo tomaría como su hijo, y me ayudaría.. El es el padre de Kenma, y bueno. — Abrazó sus piernas, suspirando. — Estamos muy bien, a excepción de pues.. Nos falta Kenma.

— ¿Tienes un hijo? Me gustaría conocerle..— Acarició su cabello.

— Intentaré traerlo.

Siguieron hablando de todo lo que había pasado. Un aspecto un poco nostálgico había en el lugar. Simples palabras suaves y delicadas le acompañaban al lugar, con pequeñas caricias.. Un dulce reencuentro.

                               .  .  .

Kuroo.. ¿Qué se podía esperar de el? cada vez iba en peor, y sus padres lo notaron, pero cada uno reaccionaba distinto.
La madre de Kuroo, fue comprensivo con el y simplemente comenzó a acercarse a su hijo a base de cariño maternal.

— Ven.. Necesitas comer.— Se acercó junto a una bandeja con un plato de comida.— Se que es difícil, pero.. aunque sea un poco, para que no llegues a nada grave.

— Vete..

Kuroo había caído en una gran depresión. Su habitación era un desorden al igual que su vida en ese instante, cada vez sintiéndose más muerto.

La muerte de un omega el cual estaba enlazado a un alfa, podía llegar a provocar la muerte del alfa. Era difícil manejar y sobrevivir a eso, pues era prácticamente un juntos hasta en la muerte. Si uno no estaba, el otro viviría de una gran forma miserable hasta simplemente morir de depresión y era algo que la madre de Kuroo lo tenía claro, así que intentaba sacar a su hijo del hoyo que el mismo cavaba.

— Se que la muerte de Kenma te dejó.. Mal.— Suspiró y simplemente se sentó a su lado, acariciando su cabello.— Pero no quiero que te hundas de esa forma y acabes.. Peor. No debes pensar en Kenma con tristeza, y piensa en los momentos dulces con el.

¿Momentos dulces? Esos momentos de Kenma y Kuroo felices se habían acabado hace años, y ellos apenas tenían dulces momentos que compartir.

— No existieron.

Dicen que hace falta perderlo para saber lo que realmente tienes, y Kuroo se estaba dando cuenta de eso ahora. Kuroo sin Kenma, no era realmente nadie. Kenma era su vida entera, su real amor, y ahora se estaba dando cuenta, después de años de constantes humillaciones y maltrato hacia Kenma.. ¿Realmente había sido necesario esperar a su muerte? Kuroo se lo preguntaba constantemente.

— Estúpido llorón.. ¿llorar por un omega? ¡Eso es de débiles!— El padre de Kuroo había llegado.—  Levántate y deja de ser así de inútil.

— Por favor.. No le digas esas cosas a Kuroo. Hay que entenderle.. — Murmuró.

— ¡Dios, mujer! — Se acercó a ella, golpeando su mejilla. — No sé quien es más mediocre.. Tu o tu hijo.

Kuroo miró la escena.. ¿Realmente haría algo para detenerlo o el silencio volvería a dominarle?

... Continuará.

Un sentimiento de culpa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora