#58.

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— Suga, saldré un rato. — Sonrió con suavidad, despidiendose de su pequeño hermano.

— Ten cuidado, ¿sí? las cosas no andan muy bien fuera. — Besó su frente.

Los alfas claramente no querían ser bajados de nivel, por lo cual, las cosas de habían vuelto peligrosas para los omegas ya que esos monstruos estaban atacando constantemente, dando a demostrar que los omegas seguían siendo débiles, aunque claro, Hinata junto a Theo a través del grupo de omegas que tenían y páginas, cosas que se podrían llevar para protegerse aunque sea mínimo para alcanzar a correr a un lugar "seguro" y evitar ser dañados.

Kenma simplemente salió, quería ir a un parque para poder dibujar. Escuchar las risas de los niños o simplemente esos animales que andaban por ahí, eran momentos relajantes para poder dibujar lo que veía y expresarlo de una forma u otra, aunque las calles actualmente fueran un peligro.
Era un parque algo cerrado, alejado mayormente de las calles, por lo cual, los autos no se escuchaban mucho, el lugar perfecto.

— Ah.. que lindo.

Observó a esos niños jugar entre sí, niños que aún no se definían completamente como omegas, betas o alfas, esos eran momentos felices, no sentirse obligado a nada y solo jugar.

— Quisiera volver.. m-mh.

Miró el cuaderno que tenía frente para así comenzar a hacer el boceto de dibujo hasta que sintió feromonas cerca, feromonas de alfas cerca, por lo cual, se puso en alerta de inmediato, dejando su cuaderno de lado.

— Hola, hola.

Kenma lo miró, abrazando sus piernas. Tenía miedo, los alfas le aterraban y más si eran desconocidos.

— ¿Q-Qué necesita? ..

— Solo.. — Se sentó a su lado. — Necesito tu número.

Kenma se quedó callado unos segundos, observando a aquel chico quien tenía una dulce sonrisa en su rostro pero a pesar de eso, le tenía miedo, mucho miedo.

— ¿Mi número? mh, soy un omega marcado, no creo que te interese. — Suspiró, mirando luego hacia otro lado.

— Se que eres un omega marcado. — Rió con suavidad. — Pero no te ves feliz..  ¡seamos amigos! ¿qué te parece?

Que un alfa se acercara a un omega marcado era raro, para ellos, los omegas ya marcados eran prácticamente invisibles, ni ser amigos podrían por que claro, las amistades entre alfa y omega eran difíciles de ver ya que generalmente eran los alfas quienes veían a los omegas como su presa y ya.

— ¿Amigos? oh, mh..

Pensó unos segundos y luego sonrió con suavidad. Si lo dañaba o le hacía algo, no importaba, simplemente quería pasar sus últimos momentos siendo feliz.

— Okey, seamos amigos.

El chico le dió su celular para que marcara el número ahí y así agendarse.

— Me llamo Okuro, ¿y tu? — Lo observó, sonriendo.

— Kenma, soy Kenma.

— ¿Y qué haces aquí? ¿dibujas? ¿qué es lo que dibujas? — Observó su cuaderno rápidamente.

— Eh.. un simple dibujo. — Rió con suavidad, cerrando su cuaderno.

— Tienes una risa agradable.. — Abrazó sus piernas igualmente, apoyando su mentón en sus rodillas.

— ¿Una risa agradable? nah. — Negó con su cabeza. — Intenta no hablarme si no te hablo.. mi alfa se puede enojar y da miedo. — Cerró sus ojos.

— ¡Entendido! — Sonrió. — ¿Enojarse? dios, que asco quienes no pueden controlar su enojo.

Kenma lo miró, su corazón comenzó a later con rapidez. La conversa siguió hasta que escuchó su celular sonar, no había medido el tiempo que se había quedado con Okuro y ya se había hecho algo tarde.

— ¡Perdón Suga! se me pasó el tiempo.. perdón por preocuparte.

— ¡Sabes que es peligroso! Kenma, estoy preocupado por ti y no has dado siquiera señal de vida.. regresa luego, antes de que oscurezca, ¿sí? cuidate, te quiero.

— Adiós, Mamá. ~

Luego de eso, la llamada colgó.

— Ah, ¡debo irme! así que.. nos vemos otro día, ¿si? — Se levantó, para así observarlo.

— Te acompaño, es peligroso.. — Se levantó igualmente.

A pesar del miedo que solía tener de los alfas, Okuro le daba una pequeña confianza. Sus feromonas demostraban algo que Kuroo jamás demostró, feromonas de confianza y tranquilidad, las adoraba y lo hacían sentir algo seguro, aunque claro, era un alfa.

— Es lindo acompañarte.. — Habló Okuro. — Tus feromonas demuestran que estás triste, Kenma. Algo en ti me dice que no estás bien.. y quiero hacerte sentir mejor, en lo que se puede.

— Solo.. esta semana, juntemosnos todos los días debajo de ese árbol. — Lo miró.

Kenma sonrió, aunque sus ojos demostraban bastante tristeza.. esa semana, era la cual sería feliz por completo.

— Hazme feliz esta semana, ¿si? no me hagas temerte. — Soltó un suspiro. — Solo te pido que me hagas feliz.. una semana.

— Te haría feliz toda tu vida, la verdad. — Miró al cielo. — Todo lo que pueda.

"Toda tu vida", sonaba algo chistoso en la mente de Kenma.

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HOLAA, que piensan de Okuro? ^^

tengo tutito)= así quee me retiro rapidito, chau

Un sentimiento de culpa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora