Zoé se dió la vuelta despacio, consiente de que sería raro que saliera corriendo despavorida y como no tenía lugar donde esconderse, era mejor acabar de una vez como había pensado antes.
Y la vió, para que de nuevo su corazón golpeara de un modo extraño su pecho, era como si su corazón hubiera empezado a correr quería salir de su pecho, pero contra todo instinto de supervivencia que le gritaba "largo" algo dentro de ella la quería empujar hacía la jovencita rubia que le miraba con desdén.
Era pequeña más pequeña de lo que se había imaginado, en su pesadillas Chloé era del tamaño de un edificio y está niña tal vez le llegaba hasta la barbilla. Dos años, estaba casi segura que tenían a lo mucho dos años de diferencia de edad. Tenía los ojos azul claro muy parecidos a los de André pero miraba de ese modo feo igual a mamá con frialdad y coraje, llevaba más maquillaje del que ella llego a usar ¿Sería por algún tipo de inseguridad?, llevaba joyas oro y diamantes si no se equivocaba, su rubio era platinado no como el suyo que era más dorado. No sabía por que pero le pareció graciosa, era... no sabía que pero... sentía cosquillas en el estómago y no eran esas feas cucarachas que le provocaba náuseas, eran mariposas haciendo cosquillitas de felicidad.
—¿Qué tanto me mirás? —reclamo Chloé, la chica esa llevaba como dos minutos mirándola con los ojos muy abiertos y sin parpadear, se pregunto por qué su papá permitía el acceso de esa gentuza.
—¿Tú, eres Chloé? —Zoé pregunto con incredulidad.
—Así es. ¡La grande, la única Chloé Bourgeois o también puedes llamarme la grandiosa Queen Bee! —. Era presumida sin duda alguna—. Que haces aquí mi papá, el alcalde Bourgeois no permite el acceso a gentuza como tú en esta área. A menos que seas una de las nuevas sirvientas —, barrio con la mirada a su visitante para su gustó la chica vestía como vagabunda aunque tenía estiló uno más urbano y moderno, no como el de ella más clásico y elegante; estaba obligada a transmitir su estatus por eso aún que quisiera no podía vestir del modo que ella quisiera.
—¡Sirvienta! —reclamó Zoé. Muy bien, al diablo las mariposas y el sentimentalismo esa enana no la iba a humillar—. ¡YO NO SOY NINGUNA SIRVIENTA! —, grito— ¡Si no lo sabés soy huésped distinguido de tu padre, así que mejor trátame con respeto o te arrepentirás!.
Chloe jadeó, la sirvienta le estaba gritando ¡Qué se creía!.
—¡Ja-ja-ja! Huésped distinguido ¿Tú?... ¿Dónde está tu tarjeta de acceso?, necesitas una para decir que eres huésped de la familia.
—La olvidé en mi suite, la que es amarillo vainilla para que lo sepas —respondió Zoé.
—¡La suite de Mimi! —gritó Chloé— ¡NADIE ENTRA A ESA SUITE! —grito aún más fuerte esa habitación era exclusiva para la familia Agreste, más exactamente para la difunta Emilie. No su papá no debía permitir que cualquier persona entrará a ese lugar, debía estar mintiendo. Fue cuando se volteo a ver a su amiga ella la trajo, debía saber quién era.
—¿De dónde salió eso? —pregunto despectiva, provocando que su amiga se encogiera de lo aterrador que eran los cambios de humor de Chloé y haciendo gruñir muy fuerte a Zoé que dió una patada al piso ¡Cómo se atrevía a hablarle de ese modo!.
Sabrina no sabía que decir, hacer o donde esconderse, adoraba de verdad a Chloé pero esa bipolaridad era aterradora.
—Este...estaba en el pasillo, pensé que venía a verte o algo.
—¡Entonces no sabes quién es! —grito— De seguro es una gentuza que se metió cuando Jean Quentin o la inútil de Bella entraron, sin que ellos se dieran cuenta. Pero ahora mismo me encargo... ¡Llama a seguridad! —, exigió a la pobre de Sabrina que corrió de inmediato hasta el teléfono de servicio.
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Zoé
FanfictionQuería saber sobre el pasado de nuestra nueva heroína del miraculous de la abeja y pues como no existe, me lo inventé. No esperen canon pues la verdad no me gustó. Incluí algo de abuso escolar por lo que pido respeto y aclaró que de ninguna manera a...