Charly bebía en silencio una taza de café mientras miraba una mancha en una de las paredes de la cocina, se rascó la cabeza con frustración al pensar que nunca había sido tan hogareño como en ésos momentos y se sentía tan perdido, fuera de lugar; sentía que debía estar en su trabajo o buscando algo que hacer, no sólo ver la pintura de la cocina caerse mientras finge ser un padre preocupado por su hija.
Zoé llevaba dos días metida en su habitación sin querer ver a nadie, no dejaba que Chandra o él entrarán para ver cómo se encontraba o si necesitaba algo, tenían que dejar su comida en la puerta la que por fortuna desaparecía pero no los medicamentos que Chandra había querido suministrarle para la depresión y la ansiedad, le gritó a la cara "¡No estoy loca!" cuando Chandra quiso explicarle el funcionamiento del medicamento; la hubiera reprendiendo por su mala conducta pero Chandra admitió su culpa diciendo que le costaba ver a Zoé como un familiar cercano y ya no como paciente, no podía decir que era su madre pues si Zoé le escuchaba abría una pelea.
Por el momento el departamento se mantenía en silencio, Charly se había quedado al cuidado de Zoé sintiéndose un inútil por no poder cuidar de ella, de no haberlo hecho antes y de no sentir deseos de estar ahí, era un pésimo padre que pretendía además criar una hija que no era suya y ahora iba tener un bebé al que también sabía que iba a terminar descuidando y que algún día lo iba a odiar.
Chandra había salido con Kenia, la niña había sido muy obediente y atenta al mantenerse en silencio para no perturbar a Zoé, pero no era justo para ella, por lo que la llevaron al parque por un rato, no tardó en que el silencio fuera roto por la pequeña que entró corriendo deteniéndose de golpe al recordar que no debía hacer ruido y cambiar sus pasos de elefante por pasitos de hormiga.
Charly se río, la niña era una lindura, la quería y mucho, como si poseyera la misma sangre. Camino hasta ella para levantarla y darle un sonoro beso en la mejilla, no creía eso que un hombre podía amar a hijos que no eran suyos, no lo creyó de las palabras que André Bourgeois cuando intento de tenerlo para que no se llevará a Zoé de París, no creyó en sus lágrimas cuando se despidió del pequeño bebé que era Zoé en ese tiempo, no lo creyó hasta ese entonces y pensó si su hija sería distinta, si su estúpido ego masculino no la hubiera separado de un hombre que la amo desde el primer momento en que la tuvo entre brazos y no que él tardo años en expresar el amor paternal.
Para la hora de la cena, Chandra preparó un sándwich junto con un vaso de leche y un poco de fruta picada para llevar algo que cenar a Zoé y que dejó frente a la puerta, tocó para avisarle que era hora de comer pero como en las otras ocasiones no recibió respuesta.
-¿Después de cuántos días debemos preocuparnos?.
-Desde que entró -, respondió Chandra cabizbaja -. Llevo años dedicándome a decir a las personas cómo deben actuar frente a las crisis de la edad de sus hijos, consejos que creo que son sencillos de aplicarse en la vida pues en teoría se oyen sencillos, pero jamás me había imaginado que sería tan difícil -, cubrió la preocupación de su rostro con sus manos-. Es más difícil la práctica que la teoría. Zoé no me deja acercarme, se que no soy su madre pero puedo ser su amiga. ¡No sé que hacer, es la primera vez que me siento tan inútil!. No se cómo abrirme paso entre el gran muro de desconfianza que es Zoé, sin alejarla más.
!Tengo miedo de hacer algo en falso y que la perdamos para siempre y eso no quiero! - lloró.De inmediato Charly se levantó de su lugar para ir a consolarla, mientras Kenia se quedó en silencio viendo a sus papás sufrir.
Los dos se habían tomado el tiempo para explicarte que Zoé estaba triste, que necesitaba silencio y calma, pero no comprendía cómo eso le iba a ayudar, cuando, lo que necesitaba era un gran abrazo para sentirse mejor y un poco de postre.
Había visto que su mamá le estaba dando medicinas, eso no era bueno pues sabían feo y comía fruta que aún que rica no era igual al helado o al pastel como el que estaba comiendo, entonces se le ocurrió algo, tomo su plato y se levantó de la mesa aprovechando que no la veían y se fue al cuarto de Zoé.
Cómo lo supuso, la comida seguía afuera. Quería entrar, no iba a tocar pues no servía de nada mejor solo giró la perilla y entro.
El cuarto estaba un poco oscuro solo algo iluminado por la luz que se colaba de la ventana por debajo de la persiana, Zoé estaba en la cama tapada hasta la coronilla. Kenia había prometido a sus papás que no iba a molestar, lo que exactamente no iba a hacer, lo que quería era hacer que se sintiera mejor.
-¿Zoé...? -habló bajito, acercándose hasta la cabecera de la cama- te traje pastel y está muy rico. ¿Quieres un poquito? -. Espero quieta con el plato con pastel en sus manos a qué ella se moviera o le gruñera como en ocasiones hacía al verla-. ¿Zoé estás dormida? -, quiso intentar despertarla quitando la cobija sobre su cabeza, pero mejor no, dejó el pastel en el piso, su cuarto estaba muy feo sin sus juguetes y cosas bonitas por todos lados-. Te dejó el pastel para que lo comas después. ¡Y quiero que lo comas todo, hasta la última migaja! !Eeh! -ordenó divertida por que sabía que estaba dormida.
-Recupérate pronto no me gusta verte triste y a mamá y a papá tampoco. Sabes yo me sentí muy triste cuando mi papá se fue sin avisar, pero mi mamita se encargó de darme muchos abrazos, hasta que ese hoyito en mi pecho dolió un poquito menos. Ella prometió que todo estaría bien y hoy ya estoy bien, tengo un papá que me quiere mucho ¡Y vamos a tener un hermanito!. Pero lo más importante es que te tengo a ti, eres mi hermana, en la escuela dicen que no lo eres porque ni tu piel o tu pelo es como el mío...-dijo mirando sus manos color canela- no necesito ojos azules, ni cabello rubio para decir que eres mi hermana, solo tengo que sentirlo -, entonces la pequeña abrazo el gran bulto en la cama- !Te quiero! - y beso algún lugar de Zoé. Se fue de inmediato cuando su mamá la llamó.
En cuanto la puerta se cerró Zoé salió de su escondite, estaba llorando de nuevo, había oído cada palabra de Kenia y por primera vez se sintió confundida, sobre lo que debía sentir por la pequeña mocosa.
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Zoé
FanfictionQuería saber sobre el pasado de nuestra nueva heroína del miraculous de la abeja y pues como no existe, me lo inventé. No esperen canon pues la verdad no me gustó. Incluí algo de abuso escolar por lo que pido respeto y aclaró que de ninguna manera a...