Zoé

Capitulo 3

La popularidad de Zoé fue instantánea dividiendo a la escuela en dos bandos, quienes estaban del lado de Tabi y quiénes estaban del lado de Zoé a quien veían como la destinada a destronar a la reina, aun que lo único que quería Zoé era disfrutar del colegio con su nueva amiga, pero de pronto se vió metida en un enfrentamiento de cabelleras rubias que ella no busco, pues aun ni siquiera sabía quién era Tabitha hasta que Sofíe se la señaló dejando a Zoé boquiabierta.

Tabitha Williams era una chica hermosa piel color durazno, rasgos finos y delicados labios de cereza y ojos color violeta mágicos e hipnóticos, su sedoso cabello rubio platinado siempre se veía como en un comercial de shampoo, perfecto, incluso cuando lo retiraba de sus hombros con un grácil movimiento de cabeza podías verlo ondear suavemente como si el viento lo acariciara, tal vez se debía a la práctica, pues Tabitha llevaba realizando varios comerciales de productos para el cabello. Tenía casi dieciocho años y ya tenía un cierto nombre en la industria artística o eso dijo, después de presumir que había conseguido un papel en una importante serie de televisión y que tuvo a sus compañeras en desvelo para verla salir en la pantalla como tres minutos, con eso obtener una ovación de pie de parte de toda la escuela como si hubiera ganado un Oscar.

¡Y oh no!.

¡Tabitha quería ser actriz al igual que ella!. En ese momento entro en pánico pues no quería ningún tipo de conflicto con ella como el que buscaban las compañeras al rededor. Sabía cómo eran las mujeres con la actitud de Tabi, igual a su madre, destruiría cualquier obstáculo frente a ella, o sea ella misma y no creía tener las mismas capacidades para defenderse, Sofíe la tranquilizó diciéndole algo muy sencillo "No luches contra la corriente ve con ella".

Entablar amistades con Tabi fue sencillo y gracias al bolso que le había regalado su madre que terminó en posición de la rubia mayor. Tabitha vió que Zoé era solo una de sus admiradoras más por lo que desde entonces, Zoé se íntegro al selecto grupo de Tabi formando ese temible grupo de populares que retratan en la televisión que caminan con cadencia, la mirada en alto mientras todos se repliegan a los costados para no interferir en su camino.

Desde entonces Zoé tenía una doble vida, por los pasillos de la escuela y los salones era una rubia popular superficial y sin cerebro, pero dentro de sus habitaciones era una chica completamente diferente extremadamente sencilla y dulce. En ocasiones cuando ella se quedaba dormida, Sofíe la miraba por largo rato preguntándose ¿Quién era la verdadera Zoé, la que menosprecia a una chica por sus zapatos o la que comía palomitas y hacía guerra de almohadas? ¿Quién era Zoé, que quería ser o a quien le quería gustar? pues le daba la impresión que quería gustarle a todo mundo. Ser perfecta atraves de muchos ojos.

—¡Es como Spike, es como Spike...! —se decía Sofíe cuando no lograba entender a Zoé.

La campana que indicaba la hora del almuerzo sonó, Sofie y Zoé suspirarón con alivió, el primer periodo de clases había durado casi una eternidad o así se sentía cuando te estás muriendo de sueño y tu estómago se está comiendo así mismo.

En el baño, una parada rápida antes de ir a la cafetería, las chicas que en esos momentos estaban arreglando su cabello o lavando sus manos no tardaron en salir despavoridas cuando vieron a Zoé entrar, lanzando en automático su mirada altanera que prácticamente lanzaba la orden silenciosa de: "todas fuera de aquí" y que acataban al instante dejando el baño vacío en cuestión de un momento.

Tras salir la última chica que resbaló un poco, Zoé se dispuso a peinarse y maquillarse, la mañana había estado tan caótica que solo tuvo tiempo de cepillar su cabello y ponerse brillo en los labios para verse medianamente decente, pero no espectacular como Tabi que se veía tan perfecta siempre. Fueron unos cinco minutos que Zoé paso frente al espejo, manejaba el maquillaje con maestría por lo que en unos minutos se veía lista para la portada de una revista, aunque, en realidad no disfrutaba tanto usar esa cantidad de pastas sobre su piel, le gustaba ligera sentir su piel al natural y solo un poco de color en sus labios justo como en la mañana había salido, pero desde pequeña estuvo rodeada de mujeres que le enseñaron a qué no eras nada sin una cara bonita y es que así eran las modelos con las que trabajaba su papá, su madre Audrey llegó tiempo después para reafirmar esa tan mala idea en su cabeza.