Capitulo 2

68 9 0
                                    

El internado era únicamente para mujeres, uno de los mejores en la ciudad con las suficientes libertades para no sentirse que estaban encarceladas. La campana sonaba puntualmente a las seis de la mañana de lunes a viernes, solo los fines de semana se abstenían de tocar ese monstruoso ruido que hacia querer arrancarse las orejas; si bien les iba la mayoría de las estudiantes se habían dormido a eso de las once pues la escuela privada era de mucha exigencia, por lo que casi a diario estaban cargadas de deberes, lo muy tarde que debían estar despiertas era a las tres eso te daba unas pocas horas de sueño que te permitía estar medio despierto en clases, pero Zoé prácticamente venía durmiéndose, hasta apenas, y es que los nervios la habían traicionando.

Sofíe se lo había dicho, que no tenía por qué estar nerviosa, pero, al fin tenía la oportunidad de su vida tocando a su puerta ¡Broadway!. Desde que su madre la llevo al cine había sido el sueño de su vida, el querer ser actriz y ese día al fin se podría hacer realidad... bueno si es que llegaba a tiempo.

—¡Zoé Lee, despierta perezosa! —gritaba Sofíe Benson, la compañera de cuarto de la rubia, golpeando con todas sus fuerzas el cuerpo inconsciente de su mejor amiga dándole duramente con su almohada. La única señal que Sofíe tenía de que su amiga estaba viva eran los tremendos ronquidos que soltaba, pero ni los gritos, ni las sacudidas la hacían volver del mundo de los sueños.

La pelirroja arrojo la almohada sobre su hombro, Zoé tendría que reponerla después pues mucho del relleno había terminado hecho bolas por lo que ya no se le antojaba apoyar su cabeza en un nudo de plumas, resopló, pensando la forma de como despertar a la rubia que dormía plácidamente acostada panza abajo con una pierna colgando fuera de la cama, mientras llenaba de babas la almohada.

No le quedo de otra, se saco rápidamente los zapatos y se subió a la cama de Zoé, que aún que se tambaleo un poco de lado a lado tampoco surtió mucho efecto para despertarla, entonces a la cuenta de tres empezo a saltar en la cama gritando fuertemente...

—¡DESPIERTA!.

Zoé se levantó de golpe ¿Estaba temblando?, grito, golpeando algo con lo que choco al incorporarse. Hasta donde podía recordar: en caso de un temblor inmediatamente habla que evacuar, encontrar un lugar seguro donde resguardarse en lo que el movimiento telúrico pasaba. Oyó a Sofíe gritar y luego un golpe, ¡Oh no, se les estaba cayendo el edificio encima! ¡El fin del mundo! ¡NOOO...aún no conocía el amor! y luego ¡Pown! un golpe en su cabeza, demasiado suave a decir verdad, pero bastante fuerte que le hizo llevarse las manos a la parte dolorida de su cabeza.

—¡Que rayos te pasa! —oyó a Sofíe. Zoé abrió los ojos dándose cuenta que aun los mantenía cerrados, sentía tanto sueño que le llevo un par de intentos abrirlos por completo— Sabia que las rubias son tontas pero creí que era mito —refunfuñó Sofíe sobándose el trasero, se había llevado un fuerte golpe todo por querer ser una buena amiga.

—¿De que hablas y el temblor, los zombies, estamos vivas o muertas? —un bostezo bastante profundo— ¿Por qué me despiertas? Me muero de sueño —. ¡Y poom! Zoé se dejo caer de cara sobre la almohada.

Sofíe gruño frustrada.

—Zoé, basta de payasadas. Se esta haciendo tarde, la CR no tarda en aparecer hay que llegar a desayunar y limpiar un poco aquí... ¿Qué estuviste haciendo anoche? —reclamó la pequeña pelirroja, mirando la gran cantidad de envoltorios de chocolates que estaban regados por todo el piso al rededor de la cama de Zoé .

—Comiendo no es obvio, no me hice una manicura de ochenta dólares para arruinarla comiéndome las uñas por los nervios —. Sofíe suspiro cansada, seguía sin entender la constante necesidad de su amiga de querer gustarle a Tabitha Williams y no es que tuviera un cruhs con ella o eso afirmaba Zoé, era algo de todo el colegio.

ZoéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora