Capitulo 16

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Era sábado. Charly se había despertado pero como no tenía ánimos de salir de la cama se mantuvo acostado abrazando a Chandra un rato más, hasta que el ruido del agua cayendo en la regadera lo hizo levantarse, despertando a su esposa la cual un poco confundida pregunto lo que sucedía.

—Nada vuelve a dormir —le dijo Charly mientras salía de la habitación.

Paso por el cuarto de Kenia, la pequeña aún dormía abrazando su oso de peluche, estaba por entrar al cuarto de Zoé cuando justamente está salía del baño secando su cabello con una toalla, la rubia no queriendo tuvo que tomar las toallas y bata de baño de Chandra, al verla Charly sonrió, era un primer gran paso: darse un baño

La mañana parecía que iba a ser buena Charly corrió a despertar a Chandra con sus buenas noticias y para celebrar iban hacer un desayuno especial de waffles.

En la cocina estaba en un animado y moderado ambiente festivo con un agradable aroma a mantequilla que se expandió por todo el piso, en cuanto Kenia se despertó la pequeña supo que algo bueno estaba pasando pues sus papás estaban sonriendo de nuevo.

La pequeña se unió en las labores del desayuno, moviendo con una cuchara la mezcla derramando un poco y comiéndose otro tanto, era casi irresistible no lamer la cuchara, mientras Charly se ocupaba de exprimir naranjas quejándose a la vez de por que no podían usar uno de cartón.

—¡Por qué así es más saludable! —. Respondieron madre e hija al mismo tiempo haciendo reír a Charly, ambas se parecían mucho no solo físicamente también en sus modos y costumbres, a veces se entristecía pues lo único que tenía en común con Zoé era su gusto por el chocolate, la mala costumbre de dejar los zapatos tirados por todos lados y el mal humor pero ahí también coopero Audrey.

Las abrazo, tenerlas en su vida era un cambio maravilloso que lo asustó mucho en un principio estaba acostumbrado a las compañías de una sola noche, a tantos vicios que no creyó poder soportar la monotonía de la vida familiar, pero estaba llendo mejor de lo que esperaba, a un no era perfecto pero era mucho mejor que lo que tenía antes, solo faltaba Zoé.

Y hablando de ella...

La rubia miraba la escena familiar escondida en rincón, se había bañado y puesto la ropa que sacó del clóset de su papá, un conjunto deportivo que no usaba pues lo compro una talla más pequeña a ella le venía grande pero estaba bien, había estado usando las viejas camisetas de su papá pues no tenía nada que usar, sus cosas estaban a un en el internado y las otras en casa de Sofíe; Chandra le había propuesto usar ropa de ella o comprarle algunas prendas por el momento, pero durante esos días no había estado de humor para nada, ni para recibir un favor estaba enojada y triste todo el tiempo y sabía que descargaba su furia contra las personas equivocadas pero no le importaba, pues, no tenía el juicio para pensar de otro modo.

Aprovecho que no se sentía tan mal para meterse a la regadera, llorar un rato bajo el chorro de agua caliente, se sentirá aún más miserable si dejaba que su cabello se echará a perder por no bañarse.

Ver tan linda escena hizo que su garganta doliera y sus ojos picaran sentía que se volvía a sumir en su tristeza, pero respiró hondo y saco valor para salir del escondite y empezar hacer aquello de lo que tampoco estaba segura. Quería irse y se dió cuenta que era lo mejor cuando vió a la nueva familia en la cocina, su papá tenía a Chandra bajo su brazo derecho y con el izquierdo cubría los hombros de Kenia que estaba parada en la encimera, se veían tan agusto los tres compartiendo un abrazo dónde no había lugar para ella. Quería hablar con su papá de lo que había pensado en esos días, no se sentía agusto en el apartamento, se sentía como un estorbó y tampoco iba a regresar al internado, quería tiempo para ella
¿Dónde? eso aún no lo sabía,  además, también tenía que decirle que había abandonado la obra musical.

ZoéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora