Zoé no llego muy lejos cuando aparecieron unas chicas burlándose de ella y llamándole bastarda. La chica no tenía palabras con que responder a las burlas por lo que simplemente se echó a correr lejos de ahí, no quería regresar a clases, ahora mismo solo quería meterse bajo su cama rogando por qué todo aquello fuera una pesadilla.
El pasillo donde se encontraba su habitación estaba, para su mala suerte particularmente llenó, las chicas estaban a fuera de sus habitaciones pegadas a las puertas como si la estuvieran esperando, hablando entré ellas que no procuraban ser discretas. La palabra estaba en sus labios: bastarda, bastarda por aquí y por haya mientas le lanzaban miradas de lastima u odió.
¿Qué era acaso su culpa?: ¡No!.
Sus padres tomaron la decisión y ella no tenía nada por que sentirse mal pero de todos modos lo hacía. Llegó a su habitación y se hubiera dejado caer al piso si no fuera porque se le apeteció ahogarse en su pena acostada en la cama, se metió en las cobijas y empezó a llorar por todo.
Se sentía tan perdida y sóla. Primero descubrió que ya no era bienvenida en su casa, que prácticamente la habían echado de allí, que su padre ya no la necesitaba pues ahora tenía una familia de verdad y un bebé en camino. La suerte le había sonreído por poco tocaba las estrellas y su sueño de ser una gran actriz se iba a volver realidad, pero las cosas buenas muchas veces no son gratis y ella estaba pagando con tanto dolor, soledad y desesperación, nada podía pasarle por un bien sin tener que pagar tan caro.
Su mamá estaba lejos, su papá ya no estaba cercas, en la única persona que confiaba la traicionó, las cosas en el colegio ya no volvería a ser igual siempre sería señalada como la bastarda; parecía que el más grande error fue nacer si no lo hubiera hecho su madre estaría feliz con su espectacular familia parisina y su papá hubiera tenido tantas opciones, hubiera ido a cubrir la guerra, a documentar la migración de ballenas o viviría feliz simplemente sin ninguna carga a cuentas.
¿Que haría ahora?. Tenía ganas de salir corriendo escapar irse a dónde su presencia ya no fuera un error no un obstáculo, ¿Pero a dónde?.
Gimió y por momentos se ahogaba en la desesperación que la hacía gritar en silencio, ahogando su grito en la almohada a la que se aferraba con uñas y dientes ese era su lugar seguro por el momento. Pero de pronto sintió un pequeño hormigueo subir por su pantorrilla, lo ignoró pues no debía ser nada, hasta que sintió lo mismo en la otra pierna, pequeños pasitos que le causaban comezón y subían hasta pasar el largo de su falda y caminar por sus muslos, se levantó cuando también lo sintió en la cara y al descubrirse arrojando la manta a un lado, grito con horror.
Sofíe tiro a tres rubias que le estorbaban el paso cuando escucho a Zoé gritar y como si fuera necesario pateó la puerta para abrirla -pero solo necesitaba girar la perilla para hacerlo- se asustó al ver a Zoé en el piso, corrió hasta ella creyendo que había cometido una barbaridad, estaba fría y pálida pero aparentemente bien, solo estaba inconsciente.
¿Qué había pasado?.
La respuesta estaba en la cama, caminando sin preocupaciones había una media docena de cucarachas bastante grandes, se apropiaban de la cama de la rubia como si fuera el lugar más sucio del mundo para tener esa horripilante plaga.
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Charly corrió con el corazón atorado en la garganta, por poco se le sale del pecho cuando le llamaron del hospital diciendo que su hija estaba ahí. Casi le da un ataque, pues, Zoé jamás se había enfermado de algo más grave que un resfriado. Pidiendo informes se dirigió a la camilla dónde la tenían, Chandra debía estar haciéndole compañía, no tardó en reconocer a su esposa hablando con las enfermeras del ala médica.
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Zoé
FanfictionQuería saber sobre el pasado de nuestra nueva heroína del miraculous de la abeja y pues como no existe, me lo inventé. No esperen canon pues la verdad no me gustó. Incluí algo de abuso escolar por lo que pido respeto y aclaró que de ninguna manera a...