Zoé

Capitulo 35

—¡Cómo que se acabó!.

Le había gritado Charly con furia a Audrey, la que se mantenía imperturbable sentada elegantemente solo mirando con deseó la copa de vino frente a ella, la que hubiera vaciado de un trago de no ser por ése detallito y el guardia que André le había puesto para ver qué se cumplieran sus órdenes. Quién lo hubiera imaginado, el hombre si podía actuar como uno, y el que creyó que era tan hombre como el tamaño de su virilidad ahora se estaba comportando como un niño.

—¡Cállate ya Charly!. Creíste que lo nuestro iba enserio, no seas ridículo. Se acaba y punto.

—No lo entiendo. Si todavía ayer nos divertimos, no creo que lo hayas olvidado de la noche a la mañana—reclamó Charly, estudiando el rostro de la mujer que arqueo una ceja y sonrió con picardía.

—Claro que lo sé fue... —Suspiró— muy divertido pero se acabó —repitió tomando la copa de vino y pasarla por su nariz, siquiera iba a disfrutar del aroma.

—¿Por qué que cambió? —. Él quería toda una explicación. —Te amo — confesó.

—Lo sé, es por eso que ya no me gustas. El amor te vuelve un mortal cualquiera, débil y vulnerable. Mirá  a André, me ama tanto que incluso me perdonó.

Charly cayó en cuenta. —¡Él lo sabe..!— exclamó con espanto.

Hace unas diez semanas que Charly había empezado a verse con con Audrey, habían sido muy cuidadosos de no ser vistos, ella era casada y él un casanova mujeriego que le gustaban las mujeres hermosas y fuertes, la bella rubia frente a el cumplía de sobremanera las cualidades, además era inteligente y ambiciosa.

Se habían encontrado por casualidad en una seción de fotos, que él como fotógrafo profesional estaba haciendo para ella, que deseaba imágenes de su persona con que decorar las paredes de sus oficinas. Tenía una revista de modas y sociales que quería llevar tan alto cómo la conocida Vogue. Audrey estaba comenzando pero lo había hecho con el pie derecho, al exponer al mundo el talento de un tal Gabriel Agreste que por su genio se estaba ganando rápidamente la popularidad de sociedad francesa.

Lo que empezó con una seción de flashes y poses, pronto se empezó a tornar en un juego de coquetería cuando Audrey empezó a deshacerse de las prendas que la cubrían, lo que acaloro al fotógrafo que se mantuvo lo más profesional posible y es que le gustaba lo que veía.

Sin muchas explicaciones que dar ellos terminaron encontrándose muchas veces, tratando de ser lo más discretos posible y es que ella no solo era una mujer casada, era además la esposa de uno de los empresarios más importantes del país que parecía tener aspiraciones políticas por lo que decían los encabezados de los periódicos y noticieros. ¿Cuando fue que los descubrió o cómo? pues se sabía que Audrey era quién llevaba las riendas de ese matrimonio o eso decía ella.

Charly no supo la verdad de boca de ella, lo supo del mismo André con el que se encontró en el departamento del mismo fotógrafo unas semanas después de dejar de ver a Audrey, la cual simplemente le dió la espalda sin decir nada cuando esté le ofreció fugarse juntos. Charly no veía a las mujeres más haya de un objeto de deseo y desahogo sexual, hasta que conoció a la Bourgeois y se enamoró como un adolescente y ella lo trato igual que él trataba a sus conquistas, las usaba y luego las dejaba todas ilusionadas, pues sabía cómo enamorar con palabras y actos una mujer se entrega mejor cuando cree que está enamorada, eso siempre se dijo, ahora podía sentir lo duro que es que jueguen con sus sentimientos así de lista era Audrey, uso sus trucos en su contra como dirían "El estafador, resultó estafado".

Casi se le sale el corazón del pecho cuando vio al señor Bourgeois sentado en la modesta sala de su apartamento, sentado con sólo un hombre de su clase haría: espalda recta sin tocar el respaldó, la barbilla en alto los hombros firmes, una pierna cruzada sobre la otra y sus manos descansando en su regazo. Se veía tranquilo, pero de todos modos transpiraba esa aura de peligrosidad y poder que solo una fortuna como la suya podía dar. Es decir estaban casi a la misma estatura y Charly se consideraba un hombre con un mejor aspecto, pues era más atlético, por lo que si se enfrentarán a golpes creía ser capas de vencerlo, pero por alguna razón había empezado a retroceder dando algunos pasas torpes de espaldas, hubiera salido corriendo de ahí despavorido de no ser por el cuerpo de un hombre que lo detuvo, entonces eran dos contra uno.