Capitulo 13

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Saber de la existencia de Chloé y ver a Chloé eran dos cosas muy distintas.

Zoé despertó con un fuerte dolor de cabeza soltó un quejido mientras se removía en la camilla.

—Tranquila amiga todo esta bien —, la voz tranquilizadora de Sofíe que ubico a su izquierda.

—¿Que sucedió? —preguntó cansada.

—Nada importante, le dije a miss Roxanne que no habías desayunado.

—Mientes. Me comí como una docena de huevos y la mitad de un cerdo en tocino —Sofíe río.

—¿Recuerdas lo que sucedió antes de desmayarte?.

—Hasta soñé con eso. Una abeja gigante con cara de Barbie estaba tratando de ensartarme en su aguijón —. Sonaba gracioso pero fue una horrible pesadilla.

—Nunca antes habías visto una fotografía de Chloé —Zoé negó con la cabeza—, ¿Tu mamá no tiene fotos suyas en su casa u oficina? —volvió a negar haciéndose ovillo en la camilla.

—Es bastante narcisista, tiene los muros tapizados con imágenes de ella.

La siguiente pregunta debía ser "¿Cómo te sientes?" pero la respuesta era obvia, estaba fatal.

—Tú, sabías de ella, de lo que su papá es, a lo que se dedica. Mi papá nunca me había hablado mucho de ellos, creí que ese hombre sería algo de la industria de la moda, como mi papá, un diseñador o un modelo. No un político, es líder toda una ciudad con razón mi papá nunca pudo competir contra él —, se agitó.

—Calma amiga. No pienses de más las cosas.

—Y su hija, esa...esa... ¡Oh, santos cielos! Una heroína, es como si tuviera de hermana a la Mujer maravilla, a Majestia. !Cómo se supone que pueda competir contra ella! !Con razón mi mamá no quiere verme! —, lloró desesperadamente.

—No, no quita esas ideas de tu cabeza, piensa, si no quisiera verte por qué te enviaría un boleto a París.

Eso logro hacer que volviera a mirarla, sus ojos estaban rojos al igual que sus mejillas que además estaban empapadas.

—Ella me quiere, ¿Verdad?.

Sofíe asentía para lograr calmarla. Fue una hora de palabras de consuelo hasta que la pelirroja logro que se durmiera, la enfermera la mando a sus clases prácticamente tuvo que sacarla a empujones , Sofíe no quería que Zoé despertara sola.

Era la hora del almuerzo cuando Sofíe entro a la cafetería azotando los pies, parecía querer provocar un terremoto y sin importarle nada se fue directo a la mesa de Tabitha se burlaba del accidente de Zoé.

—Por eso es importante comer de vez en cuando. Pobre anoréxica.

—!No te mordiste la lengua! —grito la pelirroja azotando amabas palmas sobre la mesa, dónde unas botellas de agua se sacudieron, era lo que estaban almorzando.

—Claro que no. Yo como de maravilla la única diferencia es que no me gusta que me vean comiendo lo que pongas en tu plato habla mucho de ti...

—¡Intentas ser profunda y filosofar, ten cuidado te puede explotar la cabeza! —. Sofíe estaba furiosa.

Tabi contuvo un gruñido odiaba a esa cabeza de zanahoria, no hacía lo que las demás, doblegarse ante su presencia.

—No entiendo porque me atacas, si no te he hechó nada malo... hoy, al menos.

—!Tú, tuviste que ver con el desmayo de Zoé! —le reclamó soltando un gruñido, estaba tratando de contener las ganas que tenía de que por una vez en la vida saltarles encima al grupo de rubias que le querían hacer imposible la vida. Nunca había respondido a alguno de los varios ataques que sufrió, pero ahora mismo se sentía impulsada a querer arrancarles el cabello.

ZoéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora