—Disfruta de tu estadía aquí, ve y has cuanto quieras. Si necesitas algo acude a mi, por favor, dinero,pases de acceso, un helicóptero... lo que sea. No sé cuánto te quedarás pero quiero que tengas una experiencia inolvidable.
—También puedo pedir que usted y su familia se mantenga lejos de mí. No vine a París para encontrarme con ustedes, vine por mi madre y celebrar mi futuro éxito con ella. El que tuviera que verlo creo que era inevitable pues después de todo es su casa —puso lo ojos en blanco y torció la boca inconforme—. Pero no quiero tener nada que ver con ustedes más haya de la presentación de rigor —dijo Zoé sin ablandarse.
—Si eso deseas... lo haremos.
Zoé asintió satisfecha cuando André bajó la mirada luciendo acongojado y algo triste, patético podría decir, pero en el fondo pensaba pobrecito, le dió un poquito de lastima pues estaba siendo amable con ella.
—Dónde dormiré. Quiero una buena habitación, una suite, no quiero tener que compartir un cuarto sencillo como los demás huéspedes del hotel y tampoco quiero estar muy cerca de ustedes, pero no muy lejos de mi madre. Tenemos muchas cosas de que hablar —ordenó Zoé hablando apresuradamente en su modo Audrey lo que divirtió a André, dibujo una pequeña sonrisa en su rostro que oculto rápidamente mirando hacia otro lado.
—Por supuesto querida, si me acompañas.
Los dos caminaban en silencio André manteniendo un paso moderado para por lo menos disfrutar de la compañía de la chica un poco más, Zoé caminaba solo un paso tras de él, bufando cada tres pasos cuando creía ver algo desagradable aunque solo estaba fingiendo, el lugar tenía mejor gusto que el anterior departamento de su mamá todo estaba limpio y ordenado, no podía ni quejarse de las motas de polvo pues no las había, lo haría de las flores pero los girasoles le encantaban, hasta el aire olía bien. Bueno tarde o temprano encontraría de que quejarse.
—Llegamos —, le anunció André mientras habría una puerta en el mismo piso, no muy lejos ni muy cercas de ellos —. Es la suite de huéspedes, la usamos para recibir solo a nuestros amigos más cercanos —, explicaba André entrando a la habitación, invitando a Zoé a hacerlo, la chica se había quedado parada en la entrada conteniendo el aliento.
El lugar era-era-era...¡Enorme!. Ocupaba el espacio unas tres o cuatro veces de su antigua habitación en Nueva York, su baño era del espacio de la cama que para colmo también era enorme, necesitaría una escalerilla para subir a ella. Se animó a entrar dando pasos cautelosos, era muy bonita, se acordó de la pequeña casita de muñecas que su mamá le dió. Era perfecta la habitación de paredes color vainilla tenía además de la cama con dosel, una pequeña salita de estar y un rinconcito de lectura con una sillita mecedora bastante confortable a la vista, habían dos puertas que André se apresuró en abrir y explicarle que eran.
—El baño a la derecha y el vestidor a la izquierda. Si gustas algún tipo de producto en especial puedes pedirlo a Jean Claude, es el mayordomo de la familia y desde ya también está a tú servicio.
Zoé barrio toda la habitación con una mirada desdeñosa le encantaba pero no le iba a dar al hombre la satisfacción de saber que le gustaba, al cabo que solo iba a estar pocos días.
—Creo que está bien, bastante decente —aprobó la chica permitiendo que André se relajara, era capaz de cambiar la pintura y las alfombras de inmediato si no le gustaba.
—Me alegro ahora permíteme darte esto...—dijo sacando de un cajón de un mueblecito cercas de él, una cartera que ya había tenido preparado, se la extendió a la chica que la tomo con desconfianza, la abrió con cuidado alejando su rostro como si fuera a tirarle encima algo peligroso, pero no, era un porta tarjetas, miro al hombre con una ceja alzada.

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Zoé
FanfictionQuería saber sobre el pasado de nuestra nueva heroína del miraculous de la abeja y pues como no existe, me lo inventé. No esperen canon pues la verdad no me gustó. Incluí algo de abuso escolar por lo que pido respeto y aclaró que de ninguna manera a...