Capitulo 47

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Zoé hizo lo mismo que Chloé: avanzar a gatas lo más cercas posible al muro del edificio, no importaba mucho que sus manos o sus rodillas se lastimaron un poco, según Chloé, era mucho mejor que dejarse atrapar por el ataque del akuma.

—¿Qué se supone que va a pasar? —preguntó Zoé, la voz le temblaba al igual que todo el cuerpo, se movía únicamente impulsada por esa atracción magnética que siempre la llevaba hasta Chloé.

—Nada bueno —respondió la menor, que sin darse cuenta lideraba un grupo de personas que querían salvarse, eran con quiénes habían compartido refugio en el callejón, la llegaron a reconocer y por instinto la empezaron a seguir imitando sus movimientos.

Chloé solo tenía en la mira la cloaca más próxima, no era el lugar más agradable del mundo pero serviría para moverse por la red subterranea hasta que todo terminara, confiaba que la patética de Ladybug apareciera de un momento a otro.

Al fin llegó hasta donde quería, se dió cuenta de que habían muchas más personas siguiéndole, estaba sorprendida que personas confiaran de nuevo en ella, en que podría salvar a alguien sin la necesidad de súper poderes. Entonces armada de confianza, se apresuró en abrir la tapa de la cloaca, era pesada pero pronto se unieron otras manos que junto con ella alaron lo suficiente hasta poder abrirla.

—¡Vamos, vamos! —ordenaba la chica apurando a los demás en ir primero.

En otra situación que no fuera aquella de vida o muerte, hubieran muchas protestas, pero ahora todos bajaban lo más rápido posible empujados por Chloé, que no dejaba de mirar aquello que seguía en el aire sin hacer nada más que infundir miedo con su sóla presencia.

Maledictador, así se hacía llamar André Bourgeois en su forma akumatizada.

Se mantenía de pie sobre el lomo de aquella criatura creada por el poder de Shadow Moth y el miraculous del pavo real. Estaba arto, cuánto mayor empeño pusiera en hacer de la mejor manera su trabajo como líder de esa ciudad nada de su trabajo era suficiente, entonces que lo hicieran los mismos ciudadanos que solo son buenos para criticar sus acciones, si querían un mundo más limpio lo harían ellos mismos con sus propias manos.

Gritos. Zoé se estremeció cuando los gritos se empezaron a escuchar, había ayudado a Chloé para salvar cuántas personas pudieran pero el ataque había comenzado, la chica se tiró al piso intentando cubriese la cabeza con las manos, estaba demasiado asustada para actuar de una manera más astuta.

—¡Muévete! —le gritó Chloé tomando sus manos para sacarla de ahí, tenían que huir o encontrar un nuevo refugio, la cloaca había sido cerrada para mantener a salvó a quiénes alcanzaron a entrar, no podían arriesgarse a abrir de nuevo el improvisado refugio y poner en riesgo a aquellas personas.

Chloé se puso al costado de su hermana para ayudarla a moverse tan rápido como les fuera posible.

Los gritos y luego la destrucción.

El poder del villano en turno era sencillo, sus órdenes debían ser cumplidas al pie de la letra.

La obediencia perpetua también podía ser un arma peligrosa, pues eras más que un esclavo, eras una marioneta sin conciencia dispuesta a servir a su amo de la manera que él lo dictará.

Y en esta ocasión la orden era: "Limpien la ciudad" que iba más haya de levantar la basura de las calles, era conseguir una limpieza total.

Era introducir las manos en contenedores peligrosos, meterse a las profundidades del Sena para sacar todo aquello que contaminará las aguas no importaba si sabías nadar o no. Era querer acabar con las líneas de energía eléctrica, los tubos de escape de autos y fábricas, era querer beber productos químicos para que ya no dañaran el ambiente, envenenando al peor enemigo de la naturaleza: el ser humano, era la auto destrucción.

ZoéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora