Capitulo 41

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—Si no eres de aquí ¿Por qué te interesa tanto lo que suceda o no con esa? —le pregunto Pierre a Zoé la que se volteo de nueva cuenta para mirar a Chloé que tenía los ojos muy abiertos, así como debía estar ella.

¿Por qué le importaba? pues simplemente por qué si. Ella sabía por experiencia propia que era tener tantos dedos señalando, alzando sus banderas morales, ella era la bastarda Bourgeois y Chloé era la basura Bourgeois, para los ojos de la sociedad eran escoria, pero en realidad eran dos niñas a las que las circunstancias no les favorecieron, no eran muy diferentes después de todo.

—Por qué... ella es...— musitó Zoé y Chloé negó suavemente casi adivinando lo que la otra rubia iba a decir, nadie tenía porque saberlo o la marcarían para siempre y es que no que fuera amable con ella, pero, al revelarse la verdad de su parentesco las dos estarían en el ojo del huracán, el escrutinio sería mucho peor Chloé quería ahorrarse un poco de la mucha vergüenza que les vendría cuando la verdad saliera a la luz—¡Por qué me interesa... derrotar a Shadow Moth!. Y si queremos detenerlo hay que empezar cambiando nuestra actitud para no darle oportunidad de seguir aprovechándose de nosotros. Yo al menos si quiero que la paz regresé a la ciudad de mis padres, en la que yo nací y en la que espero pasar muchos años y muy buenos momentos.

Zoé se giró con intenciones de dejar hasta ahí la discusión, el cambió de pensamientos dependía de cada quien, pero al menos ya había dicho lo que quería dejando a una Marinette mucho más impresionada con ella.

Camino hasta Chloé obteniendo sonrisas y miradas de admiración de parte de sus amigas y hasta de Adrien quien le sonrió con simpatía y estando a dos pasos de Chloé la rubia mayor dijo con toda la sinceridad de su corazón...

—Yo, Chloé quiero darte una oportunidad y espero y tú puedas darme una a mi...

El rostro de Chloé pálido y enfermizo estaba apagado en un principio, pero de pronto se empezó a deformar frunciendo el ceño hasta que sus cejas se unieron en una sola, su mandíbula se tensó apretando con tanta fuerza que se pudo oír el crujir de sus piezas dentales. Adrien sintió un estremecimiento era como una pequeña corriente eléctrica que atravesó desde la palma de su mano, que mantenía en el hombro de Chloé, hasta llegar al propio lo que hizo que moviera su mano con espanto.

—Vete...—gruñó Chloé hablando entre dientes.

Muy bien no iba a ser tan fácil y Zoé ya lo suponía, pero no sé iba a dar por vencida, se llevaría lo mejor posible con Chloé, no conseguiría un riñón pero un litro o dos de sangre si. -Hasta ahí los chistes de órganos, suenan escabrosos-.

—Será poco a poco, a tu ritmo. Será mejor llevarnos bien ya que me verás mucho por aquí, deseo estudiar en el país y si no funciona me iré, André dijo que podía ir a la escuela donde yo quiera. ¿Tú qué opinas?.

—¡Vete...!—repitió Chloé con su rostro lleno de cólera que le pusieron rojas las mejillas repentinamente. Zoé frunció el ceño ligeramente, si que iba a ser muy difícil.

—¿Qué tal si hablamos en privado? — le propuso, era mejor hablar de los asuntos privados de la familia en un lugar sin tantos ojos y oídos. Quería tomar a Chloé del brazo para dirigirla al baño o a un salón vacío pero la rubia menor se movió con brusquedad antes de que la mano de Zoé la hubiera pedido tocar. La mayor se quedó mirando un momento fijamente a Chloé notando que su gesto no era de irá era de dolor, como aquel que haces cuando te golpeas el pie o el codo y tratas de retener un grito.

—¿Estás bien? —preguntó en automático obteniendo un no cómo respuesta.

—Shadow Moth...—susurró Chloé—¡Vete, vayanse!—gritó llevándose las manos a la cabeza, había estado tratando de ignorar aquella vos que gritaba con fuerza para romper su voluntad.

ZoéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora