Corrió al barco dando un último bocado del barquillo de helado antes de tener que tirarlo al bote de la basura. Y no fue una buena idea, pues la cabeza le dolió por el frío. La menta estaba deliciosa pero...
—¡Auch! —gimió después de abordar el barco, no sabía si era correcto o no pero no tenían una puerta cercana para tocar o un timbre.
—!Quién está ahí! —se escucho una voz femenina gritar de algún lugar .
Zoé tenía ambas manos sujetando su cabeza como si fuera a caersele y la cara ligeramente azul. !Eso estuvo muy frío!.
—!Te encuentras bien! —gritó Anarka corriendo hasta la chica, que suspiro cuando el malestar se le pasó.
—Si solo fue una pequeña jaqueca —respondió mirando a la mujer— perdone por entrar sin su permiso —se disculpo con vergüenza.
—No pasa nada. Pensé que te habías lastimado, las amigas de Juleka y mi fan número uno, siempre son bienvenidas aquí —dijo Anarka tomando a la chica de los hombros dándole un fuerte apretón—. Pero Juleka no se encuentra ahora, falta poco para que llegue de la escuela.
—Está bien en realidad estoy buscando a la menta. Juleka es más como uva —dijo Zoé pensativa.
—!Qué...! —Exclamó Anarka. Los americanos eran raros.
—Digo-digo...¡No a la menta...! es aaaaa...¡LUKA!. Su cabeza de menta... digo... ya no se que digo. El helado estaba muy frío.
—Está bien. Las burbujas se te subieron a la cabeza. Pero si buscas a la menta, está en su camarote, abajo por el pasillo pasando la sala, es la primera puerta que veas. Toca con fuerza pues suele estar escuchando música con los audífonos a todo volumen —, le indico Anarka. Zoé asintió apresurandose a salir de ahí !Qué vergüenza! la señora Anarka debía creer que era una lunática.
La primera puerta después de la sala y golpear fuerte la puerta eso dijo. Y trás cuatro golpes que le pusieron rojos los nudillos a Zoé, la menta... es decir... ¡Luka! abrió la puerta.
Los ojos del chico se abrieron con asombro ¿Qué hacía ella ahí?, por necesidad se agusto los audífonos que por fortuna no había dejado en la cama cuando se levantó, al escuchar a lo lejos que tocaban si hubiera sido su mamá o su hermana hubieran entrado sin llamar atrapandolo, inclusive, en una bochornosa situación como que estuviera desnudo -eso a veces sucedía- supuso que era Iván o Nino incluso Adrien, quienes llegaban buscando algún favor de él pero jamás imaginó tener en frente a la chica más extraña que había conocido, inclusive más extraña que Marinette.
Los dos jóvenes se quedaron mirando uno al otro. Muy bien... ¿Ahora que debía decir Zoé?: qué el heladero que si resultó ser magico, la mando en busca de la menta para aclarar alguna duda existencial, porque el sabor de su helado le decía que debía ser a si, para completar su viaje de auto descubrimiento... ahora... ¿Cuáles son las palabras correctas para decir aquello sin parecer drogada?.
—¡Hola! —dijo Zoye sacudiendo los dedos de una mano, era mejor empezar por algo sencillo.
—¿Hola? —respondió Luka después de leerle los labios, estando cercas de ella era mejor mantener el volumen alto de la música, hasta descubrir que era aquello que desentonaba dentro de ella y darle ese empujoncito que a veces hace falta para retomar el camino.
Cómo no podían pasarse el tiempo parados en el pasillo mirándose sin decir nada, Luka dejó entrar a Zoé a su habitación, ahora estaban sentados en la cama mirándose sin decir nada, al menos estaban más cómodos.
La rubia suspiro mirando la pequeña habitación buscando un tema para empezar a hablar, no sabía por qué su estúpido impulso la llevo a correr hasta ahí. Hubiera sido más fácil ignorar las palabras del heladero, comerse el barquillo y regresar al hotel a sentirse miserable, no que ahora estaba en la habitación de un chico sin saber que decir.

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Zoé
FanfictionQuería saber sobre el pasado de nuestra nueva heroína del miraculous de la abeja y pues como no existe, me lo inventé. No esperen canon pues la verdad no me gustó. Incluí algo de abuso escolar por lo que pido respeto y aclaró que de ninguna manera a...