Chloé escucho las palabras de Zoé con atención.—Para ti es fácil decirlo. Nunca me ha gustado ser una persona cruel, grosera pero es la única manera en que no me pueden hacer daño. Desde que tengo memoria a las personas que me acerco parecen ser repelidas por mi haciéndose juicios de como soy antes de conocerme. El hacer un comentario cruel o despectivo antes de escuchar cualquier palabra en mi contra, ha sido mi forma de defenderme, incluso muchas de lo que digo sin los insultos que escucho de mi. Lo he hecho por tanto tiempo que las palabras salen solas de mi boca, a veces creo que me parezco mucho a mamá o que es mi forma de conectar con ella.
Zoé se sentó junto a ella para atreverse a abrazar al bulto bajo las cobijas.
—Eres una mejor persona de lo que crees Chloé y eres la única persona que debe creerlo, lo demostraste haciendo algo que no sabían que era posible, repeler a un akuma, usando tu fuerza de voluntad. Eres valiente, fuerte y muy valiosa, mamá y muchas personas no lo ven pero quiénes te queremos podemos verlo. Fuiste muy fuerte y muy valiente al pasar por todos esos problemas en la escuela tu sóla, pero obviamente tu fortaleza no iba a durar para siempre por eso caiste. Pero ahora, el señor André, Jean Claude, la señorita Bustier, Sabrina, Adrien y yo no te dejaremos caer, nunca más. No estás sola Chloé, estamos aquí, cambia por ti, para ya no seguir llamando tu alma de cosas tóxicas y dañinas.
Chloé se removió buscando desesperadamente un poco de aire, se estaba ahogando, Zoé no tardó en comprender que le pasaba a su hermana, por lo que jalando un poco la cobija reveló una mata de cabellos rubios totalmente desordenados y unos ojos brillantes casi infantiles, las mejillas de la menor estaban sonrojadas lo que llamó la curiosidad de la mayor y se atrevió a pasar sus pulgares por la suave piel de Chloé que estaba regresando a su belleza dejando a la chica congelada.
—¿No piensas besarme... verdad? —preguntó la menor recordando que muchos de los besos televisivos sucedían así, una mano en la mejilla mientras la otra persona se acerca lentamente sin dejar de mirar fijamente, tal cual Zoé estaba haciendo.
—Si —respondió y le plantó un escandaloso beso en la mejilla —. ¡Te quiero mucho Chloé! ¡Eres mi dulce y tierna hermanita!.
Chloé se quedó paralizada. ¡Qué estaba diciendo!.
—!Ya descubriste que la edad legal para beber en Europa es distinta que en América! —. Chloé se sentía ahogar, otra vez, Zoé la estaba abrazando con mucha fuerza e ímpetu.
—Si, pero no estoy ebria. Me siento...¿No sé? feliz, libre y tengo ganas de gritar, cantar, es algo mágico. ¡Me siento completa por primera vez en mi vida! —. Zoé estaba que reventaba de entusiasmo pero Chloé no compartía su ánimo. Con incomodidad se quitó los brazos de la mayor del redentor y se movió un poco lejos de ella en la cama, la mayor solo suspiro.
—Será cuando estés lista Chloé, siempre te estaré esperando.
—Puede que lo hagas por mucho tiempo. No pierdas el tiempo —respondió la menor con la cabeza baja.
—Espere díez años Chloé, puedo esperar un poco más —respondió con optimismo Zoé, levantándose para ir por las medicinas de Chloé las que debía tomar a esa hora.
Fueron un par de días más los que pasaron para que Chloé pudiera sentarse en la mesa de la familia, para tomar sus alimentos, bajo la estricta vigilancia de André Zoé y jean Claude quienes no quitaban los ojos de los alimentos en el plato.
—Podrían dejar de hacer eso, me están incómodando — reclamó la menor haciendo que los presentes volvieran rápidamente a sus ocupaciones.
André se sentía gratamente feliz al ver a sus dos hijas llevarse mejor, al menos no se estaban gritando o insultando, pero si se burlaban mutuamente de sus modales en la mesa.
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Zoé
FanfictionQuería saber sobre el pasado de nuestra nueva heroína del miraculous de la abeja y pues como no existe, me lo inventé. No esperen canon pues la verdad no me gustó. Incluí algo de abuso escolar por lo que pido respeto y aclaró que de ninguna manera a...