Zoé

Capitulo 10

El timbre se oyó resonar en todo el piso, Charly que estaba a medio arreglar para ir a trabajar fue quien atendió el interfón.

—Que tal, soy Sofíe Benson estoy buscando a Zoé Lee —. La voz de una jovencita se escucho, Zoé salió corriendo de su habitación para permitir la entrada de su amiga. ¡Si que era rápida!, de verdad que no merecía a Sofíe, desde que se conocieron prácticamente se convirtió en una molestia para ella.

—¿Pasarás una tarde con amigas, irán al cine o algo así?. —preguntó Charly con curiosidad.

—No. En realidad voy a mudarme —dijo con simpleza y un encogimiento de hombros en el mismo instante que abría la puerta para dejar entrar a Sofíe y de paso ignorar la cara de desconcierto de Charly que se quedó con la boca abierta.

La pelirroja abrazo con fuerza a su amiga en cuanto la puerta dejo de ser un obstáculo. Sabía que no debía dejar a Zoé sóla. Le había llamado por teléfono antes del amanecer con la voz muy apagada, había estado llorando por la irritación en el contorno de sus ojos y se veía un poco pálida.

—¿Estás bien...?—le susurro al oído.

—Ahora sí —.Odiaba ser una molestia pero la desesperación y la tristeza la empujaron a pedir un favor que abusaba por mucho de su amistad—. Tu papá no tiene ningún problema en guardarme mis cosas, solo será hasta la graduación. Si de verdad tuviera un lugar donde ponerlos no te pediría este gran y molesto favor.

—¡Basta rubia!. No empieces porque te vuelves toda una "Drama Queen", no hay problema incluso hasta mando ayuda —dijo Sofíe dando media vuelta para enseñarle a su amiga al par de cargadores que la acompañaban y que habían sido contratados para cargar un camión de mudanzas que estaba esperando, para llevar las cosas de Zoé a casa de Sofíe.

—¡Tu papá es lo máximo tan increíble como su linda hija! —, hubiera sido capaz de besarle los pies a Sofíe en ese momento pero tenía que darse prisa— ¡Vamos! —dijo dando paso a los cargadores que seguían a las dos chicas.

—¡Espera un momento, alto ahí! —. Rápidamente se interpuso Charly entré los intrusos y la puerta del cuarto de Zoé.

—¡Quítate papá, que se supone que estás haciendo!— grito Zoé.

—¡No qué se supone que estás haciendo tú! ¡Cómo que mudarte! ¿A dónde o que...?.

—¡Cómo ya dejaste muy claro que mis cosas y yo te estorbamos, me las voy a llevar y no puedes hacer nada para detenerme!. ¡Son mis cosas, mi propiedad!. Ya tomé mi decisión me graduaré del instituto y me tomaré un año sabático para dedicarme a mi carrera de actriz, trabajaré haré lo que sea para tentar y apartamento lejos de ti y tu nueva familia. Cuando mamá venga y se quede conmigo ya no tendrás que verme nunca más como siempre has querido.

—¡Zoé!...—grito el hombre desconcertado—. Es una locura quién dice que no te quiero cercas de mi.

—Tus acciones me lo dicen —. Zoé no espero a que Charly  la dejara pasar se abrió paso dándole un empujón con el hombro, tomó una caja de la veintena de grandes cajas de cartón y se la pasó a un de los cargadores. Charly se movió Zoé era tan terca con Audrey en ocasiones.

Sofíe se quedó contemplado la habitación que rápidamente se estaba quedando vacía, se sentía tan frío y que todo lo que adorno ese espacio estuviera guardado en cajas le daba un aspecto deprimente. Zoé cerraba las cajas con cinta adhesiva había revisado que casi todo estuviera ahí, tenía una lista mental de sus cosas mas importantes, aun que casi todo lo era. Estaba guardando un par de zapatitos azul pastel cuando Sofíe se acercó a ella.

—¡Que lindos! —exclamó Sofíe, tomándolos de las manos temblorosas de Zoé, que estaba usando toda su fuerza de voluntad para no caerse en pedazos—. Pero son muy pequeños —. Los miro con curiosidad cabían entre sus palmas, era azul pastel con costuras de color dorado, flores de diamantina que salpicaba toda la superficie de piel, el interior estaba muy poco gastado al igual que las suelas, eran prácticamente nuevos.Eran muy grandes para una muñeca, pero muy pequeños para que incluso Kenia los usará—. ¿Por qué son tan chiquitos?.