Capitulo 19

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—Hola fang —saludo Bella hablando con lindura a aquel animal salvaje, como si le hablara a un cachorrito—. ¡No es tierno! —expreso en el momento que el enorme animal se rodaba para quedar de espaldas con la panza expuesta esperando una caricia, mientras agitaba la cola con entusiasmo igual que un perro.

Zoé estaba apunto de desmayarse, le tenía miedo a los reptiles, una vez una lagartija cayó sobre su cabeza grito, corrió y lloró para que se la quitarán, desde entonces todo lo que tuviera escamas y no se sirviera con salsa tártara le daba miedo,  se deslizó pues por la pared del cubículo hasta llegar al piso.

—¡Fang qué hiciste! —, una voz masculina se hizo escuchar con autoridad.

La pobre chica no vio quién era, todo se había vuelto borroso, su cabeza daba vueltas y ya no sentía el piso bajo sus pies. ¿Había muerto? !Si lo había hecho, devorada por un cocodrilo! Esa Chloé lo había conseguido, deshacerse de ella, ahora mamá iba a ser únicamente de ella ¡Pobre Audrey!.

Sintió un líquido tocar su lengua que intento escupir, era asqueroso, pero una mano en sus labios se lo impidió hasta que lo trago, si mal no se equivocaba era whisky igual al que su papá bebía.

—!Zoé, Zoé tranquila está todo bien! —. Bella estaba a su lado, la rubia le miró cuando el neblina del mareo estaba desapareciendo, ahora estaba en un amplio sofá sentada con Bella a su derecha y Jean Claude a su izquierda sosteniendo la copa de licor.

—¿Estará bien o llamamos a un médico? —. Zoé se quedó mirando a la chica que había hablado parada frente a ella, tenía la piel color chocolate, ojos marrón oscuro y un llamativo cabello color fiusha—. ¿Estás bien? —le pregunto.

—Si, creo que el vuelo me hizo daño o el croissant que me comí, pero juro que ví un cocodrilo gigante queriendo comerme.

—Pues bueno... —dijo la desconocida haciéndose a un lado para que la rubia mirará, a un rincón, la muy peculiar y poco común escena.

—¡Fang malo, niño malo estás castigado...—. El cocodrilo estaba con la cabeza agachada y la cola encogida mientras recibía un fuerte regañó de parte de su dueño.

Zoé se había quedado boquiabierta, un cocodrilo con el comportamiento de un cachorrito regañado por nada más y nada menos que Jagged Stone el famoso rockero.

¡Wow! Su quijada cayó al suelo. Jagged Stone estaba frente a ella con una rodilla pegada al piso pidiéndole disculpas. Estaba tontamente impresionada que no se le ocurrirá sacar su celular para ponerse a grabar aquello.

— ... y por eso Fang no come humanos, desaparecen los gatos de la cuadra pero jamás se a probado que fuera él —. Concluyó el rockero, mientras su mascota permanecía visiblemente acongojado escondido tras las piernas del cantante mirando con culpa a la chica.

No había querido asustarla, quería jugar con ella, había percibido un olor agradable en el ambiente que provenía de ella, le gustó, solo eso !Oh pobre Fang!.

—Ya estoy bien. ¡Vaya que emoción!. No me había sentido tan emocionada desde que que conocí a Madonna.

—También eres amiga de Donny ¡Que cool, ya tenemos algo en común! —exclamó Jagged.

—Si, dice que tengo un gran timbre de voz —dijo con orgullo Zoé y no era mentira, había gritado tan fuerte cuando la conoció que la dejó por un momento sorda —. ¿Pero que hace un artista como tú aquí?.

—La princesita Bourgeois estaba aburrida y quería que hiciera un concierto privado.

¡Quee!. !Un concierto privado en su habitación con uno de los mejores artistas del planeta! .

ZoéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora