Capitulo 50

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Entonces ahí estaban las hermanas Bourgeois mirando el edificio escolar.

Zoé tomó la mano de su hermana mostrándole su apoyo. Chloé se sentía tonta por estar tan nerviosa como si fuera su primer día de clases, suspiro para luego inhalar profundo y comenzar a subir los escalones hasta llegar al portón.

No había nadie en la entrada pues se supone que todos ya debían estar en sus respectivos salones, lo que permitió a las hermanas entrar y disfrutar de la soledad del patio, sin que nadie empezará a juzgarlas. Fue cuestión de unos cuantos pasos para de pronto estar frente a la puerta del aula de la clase de la señorita Bustier.

Chloé inhaló y exhalo queriendo calmar sus nervios, Zoé apretó el agarre de sus manos.

—No estés nerviosa —le ánimo—. Yo estoy aquí —. La menor se sintió un poquito mejor pero el miedo y el nerviosismo seguía ahí. Dolo Sabrina y Adrien se habían tomado la molestia de irle a visitar y saber de su estado, no le había importado a nadie más lo haya hecho y estaba bien, no necesitaba de la lastima de los demás, pero ahora que era inevitable la convivencia, se sentía tremendamente nerviosa y un poquito asustada.

Zoé abrió la puerta dando un pequeño jalón al brazo de su hermana para hacerla pasar, como siempre la hermosa y tierna maestra Bustier estaba parada frente a su escritorio con un libro de texto entré sus manos, al ver quiénes habían entrado la mujer corrió para abrazar a su alumna, no tenía ningún favoritismos pues para ella todos sus alumnos eran especiales, pero a Chloé le tenía un cariño especial, veía mucha fragilidad en una niña que podría tenerlo todo, pero no contaba con un hombro para llorar y apoyarse.

La joven Bourgeois se dejó consolar por su maestra, feliz pues alguien por lo menos parecía contento de que estuviera de vuelta, no quería mirar hacia los demás y optener de ellos indiferencia y desprecio como la última vez. Después de un abrazo camino hasta su pupitre dónde Sabrina la estaba esperando, la pequeña pelirroja estaba sacudiéndose de emoción, Chloé le sonrió abriendo los brazos para que su amiga corriera hasta ella, fue un abrazo corto pues se habían visto el día anterior, pero un gesto de cariño nunca sobraba.

Entonces Chloé miró la mesa frente a su asiento, habían muchos regalos con papel y moños de colores, grandes y pequeños, parecía haber los suficientes para creer que cada uno de sus compañeros de clases le había entregado uno y es que así era.

—!Bienvenida! —. Gritaron al unisono levantándose de sus asientos para rodear a la rubia que estaba estupefacta.

Todos estaban ahí, de repente diciendo lo felices que estaban de verla, de que estuviera bien y que ya estaba de vuelta. Chloé creía que era una especie de broma y más cuando Marinette le cayó de golpe dándole un muy apretado abrazo.

—¡Muy bien que clase de broma de mal gusto es está! —reclamó Chloé, empujando a Marinette, de todos creía que ella era la que menos debía mostrarse "feliz " de verla.

—Ningúna broma Chloé, estamos intentando enmendar nuestros errores —dijo Alya.

—No debimos dejarte sola cuando lo estabas pensando tan mal —. Rose.

—Ver cómo te lastimaban y no hacer nada, no nos hace mejores que quienes te hirieron —. Mylene.

—Queremos ofrecerte una disculpa, eso no nos hará en automático tus amigas, ni tampoco hacer que nos sintamos mejor pero será un primer gran paso —. Alix

—Llevarnos bien un poco al menos—. Juleka.

Chloé bufo. —No quiero sus disculpas, ya no siquiera quiero hablar de lo que pasó. Si está charada de verse tan "felices" por mi es para mantener sus conciencias limpias, pues sepan que de mi parte no me deben nada, así que por favor déjense de hipocresías. Ustedes no me quieren, solo me toleran porque hasta que terminemos el colegio nos tenemos que ver casi todos los días, así que basta de actuar.

ZoéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora