Capítulo 2 - La boda

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Anya

Estos meses han pasado volando. Hoy mi vida cambiará para siempre. Luego de la ceremonia y recepción nos iremos a Italia, la luna de miel quedará postergada por unos negocios de Patrick que le impiden ausentarse. En este tiempo no lo he vuelto a ver, apenas me ha enviado dos o tres mensajes. Desearía derretir ese frío corazón pero no sé si será posible.

—¡Hija estás preciosa! —dice mi padre al verme.

—Gracias papá —mis sentimientos están encontrados. Por un lado estoy deseosa, pero por el otro quiero huir.

—Ya es la hora, están todos listos en el jardín —suspiro y doy una última mirada al espejo para verme.

—Todo saldrá bien, cielo. No hay nada por lo que preocuparse —en estos momentos necesito agarrarme a esas palabras como a un salvavidas.

Nos dirigimos al altar en total silencio. Patrick me espera junto al padre que auspiciará la ceremonia. Al verme abre los ojos con un brillo que no entiendo, pero enseguida vuelven a su seriedad habitual.

Su rictus es: duro, vacío, sin emociones evidentes; destila frío, oscuridad... Esa que me hace temblar y querer salir corriendo.

Pienso con temor: «¡Dios, ayúdame a soportar lo que se venga al lado de este hombre!».

Reconozco que no escuché nada de lo que dijo el sacerdote, estaba sumida en mis pensamientos. La expresión de inconformidad de mi prometido me tenía con los nervios de punta, augurando un futuro doloroso.

Firmé el acta en automático, al igual que contestar "Sí, quiero". Pero, lo peor vino después; me besó de una manera posesiva. Exudaba rabia, dolor, ternura y pasión contenida.

Jamás me habían besado así y aunque me encantó..., la promesa que susurró entre mis labios resquebrajó mi corazón.

"Spero vi sia piaciuto, perché sarà il primo e l'ultimo. Attraverso questo patto ho perso la cosa più preziosa... la mia libertà. Quindi preparati a vivere all'inferno. Puoi essere mia moglie, ma non sarai mai la mia donna" (Espero que lo hayas disfrutado, porque será el primero y el último. Por este pacto perdí lo más preciado... Mi libertad. Así que prepárate para vivir en el infierno. Podrás ser mi esposa, pero nunca serás mi mujer).

-—Suelta a la novia para que la felicitemos, ya la tendrás solo para ti! —dicen mis hermanas, mientras contengo las ganas de llorar.

Fingir toda la velada fue algo insoportable. El acuerdo estaba sellado, ya no había nada que hacerle. No podía seguir escondiéndome debajo de los brazos de mis padres y hermano.

Debo ser fuerte e intentar llevar la fiesta en paz con mi ahora marido, aunque siendo sincera, no sé si podré aguantar sus humillaciones. Desde que lo conocí comencé a sentir cosas por él. No puedo decir que esté enamorada, pero me atrae demasiado; cuando lo tengo cerca me cuesta respirar.

Las dos veces que me ha besado he tocado el cielo con las manos. La electricidad que corre por mi cuerpo al sentir sus manos sobre mí piel me hace estremecer y desear más. Me siento estúpida, Patrick no quiere nada conmigo, no siente lo mismo que yo; me desprecia porque según él soy la culpable de robarle su ansiada libertad.

Se acerca y me habla quitándome de mi ensimismamiento.

—Despídete que nos vamos. No soporto ni un minuto más estar en esta farsa —sus palabras son cada vez más hirientes y tiemblo al pensar lo que viviré a su lado.

Patrick

Cuando levanté la vista y la vi, casi me quedo sin aire. Logré reponerme para no mostrar debilidad.

Estaba realmente hermosa. Llevaba un vestido de escote corazón bordado con flores y de manga larga. Era ceñido al cuerpo con transparencias en las extremidades, sus piernas podían vislumbrarse debido a que el forro de la falda era casi translúcida, cosa que no me gustó ni un poco porque podía ver las caras lascivas de algunos invitados.

Cuando llegó hasta mí, la miré por encima de mi hombro... El escote en su espalda le llegaba unos centímetros más abajo de la cintura, quedando toda al aire y cubierta por el entramado de flores; aunque no le tapaba nada para mi gusto. Bufé molesto y miré hacia adelante.

Veía a Anya con la mirada perdida. No estaba prestando atención y eso me cabreó muchísimo. Por lo menos atinó a firmar las actas y decir "Sí, quiero". Como hubiera tenido que llamarle la atención, mi venganza sería peor aún. Nadie me humilla, y aunque detesto este matrimonio, debemos seguir con lo pactado fingiendo amor.

Cuándo la besé creí morir, corroboré una vez más que debo alejarla a como dé lugar. Sus labios carnosos me llaman como un imán al metal. Mis emociones bullían dentro, esta chiquilla me hacía sentir cosas raras, demasiado intensas, jamás vividas, ni con Laura.

Pero, no voy a averiguar lo que me pasa, menos lo que significa el estremecimiento en mi piel cuando me toca. Debo romperla, soy un hombre sin alma, con muchos secretos; algunos hasta asustarían al diablo.

Por eso no puedo volver a amar y prefiero comenzar con mi plan, me acerco a su oído y le digo...

"Spero vi sia piaciuto, perché sarà il primo e l'ultimo. Attraverso questo patto ho perso la cosa più preziosa... la mia libertà. Quindi preparati a vivere all'inferno. Puoi essere mia moglie, ma non sarai mai la mia donna" (Espero que lo hayas disfrutado, porque será el primero y último. Por este pacto perdí lo más preciado... Mi libertad. Así que prepárate para vivir en el infierno. Podrás ser mi esposa, pero nunca serás mi mujer).

Me miró como un animalito indefenso y no dijo nada. Pasaron las horas y ya estaba harto de tanta festividad. Me acerco sigiloso y le ordeno despedirse. Es hora de volver a Italia, inquiero.

Necesito visitar a..., bueno, y también a mis chicas. No voy a dejar de follar porque esté casado, cosa que no haré con Anya. Ella, es una transacción comercial y así se quedará, mientras no me vean ni fotografíen con una mujer, todo arreglado. Así que posiblemente traslade a mi casa a una de mis amantes.

"Mi dispiace per te ragazzina, ma ti ho detto che con me vivrai l'inferno e stai per scoprire cosa volevo dire" (Lo siento por ti chiquilla, pero te dije que conmigo vivirás un infierno y estás por descubrir a lo que me refería) —digo para mí, mientras la veo despedirse para irse con su verdugo.


Desvelando tus secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora