Narrador Omnisciente
Valeria se giró asustada al escuchar que la puerta tras ella se cerraba con tranca. La cara furiosa de Andrea al mirarlo a los ojos la hizo comenzar a sudar de miedo por lo que ese hombre embravecido pudiera hacerle.
—¡¿Qué haces aquí?! ¡Retírate antes de que llame a las chicas! —alcanzó a pronunciar antes de que un furioso Andrea la acorralara contra la pared.
—¡¡Me vale mierda a quien llames, ¿oíste?!! ¡No más Valeria, se acabó tener concesiones contigo e intentar hacerte entrar en razón por las buenas! —Sus ojos encendidos de ira la hicieron temblar.
—¡¡No entiendes que te odio!! ¡¡Déjame en paz que no soy nada tuyo!! —gritó ella intentando salir de la cárcel de sus brazos.
—Te equivocas nena, ni me odias ni te dejaré en paz porque eres mía, mi mujer hasta que la muerte nos separe —dijo él cerca de sus labios haciéndola estremecer.
—Por.. por favor, Andrea. No me lastimes más de lo que ya lo has hecho. ¡¡Anya, Ailín..!! —Gritó para intentar huir de ese mastodonte que la estaba comenzando a hacer flaquear con sus palabras.
—¡Nadie vendrá a ayudarte, ¿sabes por qué?! —ella negó con la cabeza—. Porque en este preciso momento, todas sin excepción están siendo castigadas por haber bailado de forma erótica prácticamente desnudas delante de otros hombres —habló respirándole en su oído provocando una corriente eléctrica que se dirigió directamente a su bajo vientre.
—No hicimos nada malo, cumplimos con la misión y obtuvimos resultados satisfactorios —contestó ella controlando la respiración para no jadear al sentir la nariz de ese demonio acariciando su cuello.
—¡¿Qué parte de que no quiero a ningún otro hombre deseándote o tocándote no has entendido?! —gruñó él.
—¡¡Eres un animal, un machista, un déspota que se piensa que las mujeres son objetos de decoración y no pueden servir más que para complacer a bastardos como tú!! —las palabras de Andrea la habían cabreado, por eso soltó su veneno, para lastimarlo y hacerlo desistir de lo que fuera que quisiera en ese momento.
—¡Soy todo lo que dices y mucho más, insúltame si así te sientes mejor, pero hoy te demostraré que soy tu hombre, el dueño de tu cuerpo, tus orgasmos, tus deseos y tu corazón! —dijo girándola con fuerza y atando en un movimiento rápido sus manos a sus brazos para que no quedaran a la altura de su miembro y pudiera lastimarlo.
—¡¡Eres un estúpido arrogante, suéltame maldito!! —chilló ella intentando salir de su agarre, pero solo consiguió que él posara una mano en su espalda y la inmobilizara contra la pared aún más de lo que ya estaba.
Andrea se arrodilló y con la extremidad que le quedaba libre bajó la especie de bragas con pedrería y flecos que apenas cubrían esas nalgas que lo tenían empalmado desde hacía rato.
Valeria apretó las piernas para que él no pudiera hacer lo que se imaginaba haría, no podía dejarse vencer por la lujuria que comenzaba a sentir. Eso sería humillante para ella y más sabiendo que Andrea no se merecía su amor, o al menos ella pensaba eso.
—Por favor, no me hagas esto —dijo comenzando a llorar.
—Te amo —contestó él dejándola descolocada sin saber qué decir.
Luego de quitarle la prenda abrió sus piernas. El calor que sentía ella en su centro estaba comenzando a hacer que sus fluidos se asomaran por su vulva.
—Por favor, hablemos... —dijo acallando un jadeo cuando él acarició de arriba a abajo toda su abertura.
—Cuando lo quise hacer no quisiste, ahora ya es muy tarde. No voy a detenerme, chuparé tu centro hasta oírte gritar mi nombre, luego meteré mis dedos en cada uno de tus orificios para que tu cuerpo reconozca mis manos, esas que desde hoy serán las únicas que te tocarán.
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Desvelando tus secretos
RomancePatrick Graffagnino es el próximo jefe de la Sacra. Impulsivo, manipulador y arrogante, es lo que lo define. Cree que siempre lleva razón, es capaz de hacer cualquier cosa con tal de obtener lo que desea. No le importan las consecuencias de sus act...