Capítulo 19 - Ilusiones rotas

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Patrick

Bailamos toda la noche, mi piccola se mueve que da miedo y eso solo incrementa mi erección. No sé en qué momento se me ocurrió decirle que ella decidiría, puedo llegar a viejo esperando a que mi dulce nena me lo proponga, pero la entiendo.

He sido un capullo con ella desde el principio, aunque nos hemos acercado y estamos casados percibo que para ella no basta; las mujeres se guían por su corazón, por lo que sienten, y si se van a entregar a un hombre que fue un completo idiota es lógico que esperen hasta certificar que él siente lo mismo o que al menos no la dañará.

Necesita tiempo y aunque mis bolas estén azules por desearla y querer fundirme en ella, esperaré. La amo y por ese amor pensaré en sus deseos y bienestar, no en el mío.

Será mi chiquilla quien decidirá todo con respecto a nosotros. No soy menos hombre por pensar así, al contrario, la dignifico y honro al tomarla en cuenta.

Necesito solucionar mi situación con Valeria cuanto antes, sé que si Anya se entera me juzgará y no soportaría su rechazo, por eso mañana antes de salir para Alemania hablaré con el abogado para que prepare de una vez por todas los papeles, luego de nuestras firmas todo quedará acabado.

******

El viaje a Alemania duró una semana, pudimos hacer las entregas sin que el Dragón se metiera por medio, pero su calma solo es un preludio de algo malo. Estoy nervioso aunque no he descubierto la razón.

—Patrick debemos ir a lo de Valeria, ha pasado demasiado tiempo y sabes que ella querrá una explicación de tu ausencia —suspiro sabiendo que Andrea tiene razón.

—Prepara todo, vayamos a verla de una vez por todas. Llamaré a casa para avisar que nos tardaremos unos días más en llegar —tendré que preparar a Anya para que acepte que en breve vivirá con nosotros.

📞Piccola, quería decirte que llegaré en tres días —la oigo suspirar.

📞Vale, no pasa nada. Pero, ¿por qué el retraso, ha ido todo bien? —la noto preocupada y luego de lo que me pasó no es para menos.

📞Sí, tranquila que todo ha salido a pedir de boca. Tenemos que desviarnos para cerciorarnos que nadie sigue nuestros pasos —no me gusta mentirle.

📞Por favor cuídate y utiliza el chaleco, sabes lo que dijo el doctor —está intentando mantener la calma.

📞No te preocupes amor, que no nos volverán a coger desprevenidos —no puedo creer lo que acabo de decir.

📞Si me dices así..., te obedeceré siempre como niña buena. Patrick..., estoy deseando verte —me dice con voz sensual.

📞¿Ah sí?, ¿ya estás extrañando mis besos y caricias? —contesto con sorna.

📞Te necesito... Mi cama se siente fría, me acostumbré a tenerte a mi lado cuando te cuidaba y extraño tu cuerpo caliente cerca del mío —trago grueso.

📞¿Qué me estás queriendo decir? —mi corazón late a toda prisa.

📞Que ya no aguanto más y quiero que me hagas tu mujer. Dijiste que yo debía decidir; en esta semana he estado pensando, dándole vueltas a todo y la verdad es que no tengo a qué temerle.

»Eres mi marido, me has visto como Dios me trajo al mundo más de una vez, me has besado, tocado y llevado a la cima. Lo que quiero decir es que ya no quiero esperar más, cuando vuelvas quiero ser tuya —habla en carrerilla como cada vez que está nerviosa y mi miembro despierta con la sola idea de estar dentro de ella.

📞Nena, vas a matarme y, ahora deberé estar duro tres días antes de poder tenerte. Te deseo como a nadie, no lo dudes, así como que jamás te faltaría —quiero que le quede claro que soy de ella y que desde nuestra boda mi cosita..., o pitón como ella le dice..., no ha entrado en nadie.

📞Pues ya tienes un incentivo para llegar antes si puedes —ríe tímidamente.

📞Lo intentaré piccola, lo intentaré..., debo colgar —me despido.

📞Te estaré esperando... —hace una pausa con la respiración agitada—, tocándome en tu cama cada noche pensando en ti hasta tu regreso... —dice y cuelga dejándome jadeante y con ganas de ir a casa en vez de a lo de Valeria.

"Sai come perdere il controllo, ragazza viziata. Ti voglio bene" (Sabes como descontrolarme chiquilla malcriada. Te amo) —digo en voz alta sonriendo y pensando en declararle mi amor cuando la vea.

Narrador Omnisciente

Mientras nuestra parejita soñaba despierta pensando en la manera de decirle al otro cuánto lo amaba, una mano negra se estaba encargando de que eso no sucediera.

Gianna había decidido comenzar con su plan de separar a Patrick de Anya; para ello cogió fotos que tenía escondidas en una caja en su casa de cuando él iba al club y se quedaba con ella.

Era tanta la obsesión que sentía por ese hombre, que años atrás puso droga en su bebida para que cayera desmayado luego de follar como animales.

Había pagado a un amigo para que tomara fotografías de ellos desnudos en poses sensuales, abrazados y entrelazados como si fuesen una pareja real.

Algunas eran demasiado reveladoras; quitó la sábana fotografiando cada parte del hermoso cuerpo de su amante mientras le hacía una felación. Pero antes de eso, había colocado un brazo de Patrick en su cara para que no se viera que estaba dormido.

Llegó al extremo de filmarse cabalgando sobre él, gimiendo como una posesa mientras su amigo imitaba jadeos que parecían del pobre infeliz que estaba ausente de lo que ocurría a su alrededor.

Cualquiera que viese las fotos y vídeos pensaría que se lo estaban pasando en grande, no dudaría de la veracidad de las imágenes.

Aunque Gianna las había hecho para sí misma, ahora veía el potencial que tenían para alcanzar su objetivo, y no cejaría en su empeño por destruir a la mujer que la había separado de la única persona a la que le había permitido traspasar sus límites cediendo a todas sus perversiones, las que ahora necesitaba para sentirse plena sexualmente: «Se había convertido en una masoquista, una adicta al dolor que Patrick le provocaba».

Anya

Estoy muy nerviosa pensando en que hoy llega mi hombre, porque sí, eso es él, mi hombre. Estos tres días he sido muy traviesa y tal como le dije he dormido en su cama, no sin antes tocarme llegando al clímax gritando su nombre.

Lo deseo y amo tanto que me parece increíble ser felices luego de tanto dolor y sufrimiento.

Aún no he pedido que cambien las cosas de mi habitación a la de él, luego de aclarar nuestra situación se verá.

Estoy tocando el piano cuando María me interrumpe para entregarme un paquete, lo miro y efectivamente está a mi nombre. Lo abro muy contenta y saco el contenido, es un pen; leo la nota y un sudor frío recorre mi cuerpo.

Mis ojos se cristalizan, no puedo creer que lo que dice sea verdad, me niego a aceptar que mi esposo sea tan rastrero y mentiroso. Voy al dormitorio, coloco el dispositivo en el puerto usb y mientras carga el archivo vuelvo a leer...

"Aquí tienes la prueba de lo que hace tu marido cuando dice que tiene que salir de viaje o se retrasa en ellos.

¡Espero disfrutes el espectáculo mojigata!

Con cariño la verdadera mujer de Patrick..."

Comienzo a mirar las fotos mientras mis lágrimas caen sin parar. Mi respiración se acelera casi sin permitirme respirar; el dolor en mi pecho es desgarrador, no concibo que esto sea real.

Si las imágenes me destruyen, el vídeo acaba con mi alma que se quiebra en miles de pedazos. Introduzco los archivos en un programa para saber si hay posibilidad de una falsificación o superposición de imágenes.

Caigo al suelo al ver el resultado, ya no quedan dudas, todo es verdad. No puedo pensar, mi llanto está descontrolado, mis sollozos se convierten en lamentos desgarradores, grito de impotencia tratando de negar mi realidad, quiero morirme y más cuando veo entrar al hombre que me ha convertido en nada.

—¡¡¡¿Cómo pudiste hacerme esto?!!! ¡¡¡Te odio Patrick!!! ¡¡¡Ojalá te pudras en el infierno, maldito!!! —le grito temblando, cogiendo mi pecho por la punzada que siento antes de desvanecerme.


Desvelando tus secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora