Anya
Como imaginaba mi adorado esposo no ha aparecido. Llevo 4 meses trabajando en el Club sin inconvenientes, he intentado comunicarme con Patrick porque siento que algo no anda bien, pero, no me contesta.
Mi suegro ha venido a verme y no puede creer que en 8 meses su hijo no haya aparecido. Aunque intento justificarlo no encuentro ninguna excusa, se me hace imposible no llorar delante de él y mi debilidad hace que Bruno se enfurezca en contra de su hijo.
—No merece a una mujer como tú —me dice acariciando mi rostro.
—Usted sabe que lo nuestro es mentira —tengo las emociones a flor de piel y no sé por qué.
—Hija, estáis casados por la ley, no es de mentira, es real; que vuestro matrimonio fuese para sellar un acuerdo no le da derecho a mi hijo a abandonarte de esta manera.
»Es un desgraciado, me duele verte sufrir cariño —sus palabras solo hacen que llore cada vez más.
—Lo siento, no quiero que se enfade con él por mi culpa, yo estoy bien, me he acostumbrado poco a poco a vivir así. Simplemente pensé que en algún momento lograría derretir el hielo de su corazón —digo mientras pienso:
«Ya no puedo seguir queriendo a alguien que me desprecia y ni siquiera tiene la decencia de llamarme en meses, aunque haya sido yo quien pusiera esa norma».
—¡Esto se acaba hoy! —coge su teléfono—. ¡Maldición Patrick, contesta el maldito teléfono! —Su padre tampoco tiene suerte al llamarlo.
—No se estrese Bruno, llevo días intentando llamarlo y no contesta —me mira alzando una ceja.
—¿Has llamado a Andrea? —niego con la cabeza—. Ahora mismo lo llamaré y le exigiré a mi hijo que regrese a la casa —mi corazón palpita a mil.
—¿Qué pasa? —pregunto al verle la cara.
—No lo sé, esto es muy extraño. Que nadie responda no es normal —me mira pensativo—.
»Hija, no te preocupes, iré a hacer unas averiguaciones y cuando sepa algo te llamo —asiento tranquila aunque por dentro me estoy muriendo.
Pasan dos semanas, casi no he dormido porque mi suegro me ha dicho que no sabe nada de Patrick ni su equipo. Eso me tiene temiendo lo peor.
En el trabajo estoy muy dispersa, me cuesta concentrarme, aunque como toda una profesional mis actuaciones son un éxito.
Acabo de darme un baño de espuma para despejarme e intentar calmar mis ansias, cuando mi teléfono comienza a timbrar, miro el identificador y se detiene mi respiración.
📞 Hola Andrea, ¿cómo estáis? —no sé qué más preguntar.
📞 Anya, tengo que decirte algo..., no sé cómo lo vayas a tomar... —estoy comenzando a ponerme histérica.
📞 Por la virgen, ¡habla y déjate de rodeos! —mi pecho sube y baja descontrolado.
📞 Llevamos meses siendo perseguidos por unos sicarios, por eso no regresamos. Hace dos semanas por fin dimos con ellos y hubo un enfrentamiento —por Dios, que no sea lo que pienso...
📞 Patrick... —tomo aire para poder articular palabra—, ¿ha muerto, esa es la razón por la que no da señales de vida? —mis ojos se empañan.
📞 Aún no ha muerto, pero está muy grave. Aunque logramos estabilizarlo, perdió demasiada sangre —hace una pausa—. Estábamos en una zona con poco acceso terrestre y aéreo, tardamos muchas horas en llegar a un hospital.
»Ninguno de los sobrevivientes teníamos su grupo sanguíneo, la clínica era de pueblo y estaban agotadas las reservas de plasma universal —a mi cerebro le cuesta procesar la información.
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Desvelando tus secretos
RomancePatrick Graffagnino es el próximo jefe de la Sacra. Impulsivo, manipulador y arrogante, es lo que lo define. Cree que siempre lleva razón, es capaz de hacer cualquier cosa con tal de obtener lo que desea. No le importan las consecuencias de sus act...