Anya
Salimos del hospital rumbo a la mansión de uno de nuestros aliados de la Camorra. Al explicarle lo sucedido se puso histérico, no por el hecho de que se llevaran a nuestro chiquillo sino porque si así burlaban su seguridad, era muy probable que en un futuro sus negocios se vieran afectados.
Llamó al infeliz ese y lo hizo personarse junto con otros para que no sospechara lo que ocurría. Al vernos no mostró indicios de ser el traidor, pero como yo tenía las llamadas y mensajes de todos los ahí presentes no pudo mantener su farsa.
Nos lo entregaron y luego de unos golpes bien dados por mi marido se lo llevaron para su interrogatorio. En lo que yo iba en busca del siguiente indeseable a casa de un socio de la Cosa Nostra, mi esposo se encargaría de torturar al primero.
Andrea le comunicó al señor lo que estaba pasando y este nos dijo que lo había retirado de sus reuniones con otros clanes porque lo vio con una actitud sospechosa. Creía que haría algo en contra de él, no de su amigo. Lo llevó al centro de mando y le pegó un tiro en las piernas.
Le dije que me lo dejara a mí, que necesitaba encontrar a mi hijo y que si deseaba podía acompañarme para acabarlo cuando consiguiera la información que le sacaría. Aceptó gustoso y salimos rumbo a la bodega.
Cuando llegamos mi tío estaba con su mujer y cuñada. Le dije a Andrea que llamara a Besnik para que se llevara a las chicas a la Villa, no creo que ellas estén acostumbradas a ver torturas y no quiero que se sientan mal. Sabía que él estaba en Milán porque Patrick me lo dijo y como son amigos sé que le comentó lo de nuestro pequeño.
De seguro él también pondrá a sus hombres a nuestra disposición para encontrar a Piero. Espero que no se moleste por ser niñera de Sam y Caeli, después de todo, es el jefe de la mafia albanesa y mi pedido lo puede ver como una falta de respeto hacia su persona.
—Señora, Besnik ha dicho que no tiene inconveniente en acompañarlas hasta la villa para que nada les pase en el camino, pero que luego se regresa ya que con la seguridad de la casa no será necesaria su presencia —me dice Andrea y asiento conforme.
—Muchas gracias por todo, Andrea. Ahora se lo comunico a mi tío para que les diga que deben irse a la mansión —él se va en busca del albanés y yo hago lo propio entrando en la bodega.
Patrick ha hecho un buen trabajo con el primer hombre, sin embargo este no sabe nada, de lo contrario, ya habría hablado. Termina de matarlo lleno de rabia y frustración, le ha provocado mucho dolor, así y todo, no consiguió lo que necesitamos para dar con nuestro bebé.
—Cariño, déjame con el segundo, por favor. Estás demasiado cabreado y lo matarás a la primera de cambio —digo con cautela cerca de su oído.
—Muy bien Anya, te doy media hora. Si en ese lapso de tiempo no has conseguido que hable... lo mataré sin miramientos —su quijada está apretada, sé que desearía hacerlo él, pero sabe que tengo razón y se le irá la mano en pocos segundos.
Me acerco al hombre que está sentado en una silla con las manos atadas a los reposabrazos, sus pies se los han ligado a las patas de la misma y han curado los balazos de su muslo y rodilla. Puedo ver que está asustado y algo me dice que sabe quién está detrás de todo esto.
—Veo que te han atendido las heridas... Si no quieres sufrir demasiado —hago una pausa y continúo—, más te vale darme lo que necesito; de lo contrario padecerás lo indecible..., y créeme cuando te digo que te arrepentirás de haber escogido al bando equivocado —con estas palabras acaricio su cara y cojo unas correas.
Estoy segura que mi gesto al tocarlo ha enardecido a mi mafioso, pero ni modo, voy a disfrutar torturar a este hijo de puta al que no le tembló la mano para dar los datos de un niño a algún desquiciado. Necesito sacar la frustración que tengo y la mejor manera será esta.
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Desvelando tus secretos
RomancePatrick Graffagnino es el próximo jefe de la Sacra. Impulsivo, manipulador y arrogante, es lo que lo define. Cree que siempre lleva razón, es capaz de hacer cualquier cosa con tal de obtener lo que desea. No le importan las consecuencias de sus act...