Capítulo 22 - La verdad

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Anya

—Niña, ya vas por el quinto chupito de tequila —dice Paula.

—Tengo el corazón roto y esta es la mejor manera de curar mi despecho —contesto con ganas de llorar.

—¿No estás contenta de conseguir lo que deseabas? ¡¿Acaso no fue suficiente lo de anoche?! —me regaña subiendo el tono de su voz.

—Lo siento Paula, si lo hubiera sabido antes no te habría hecho pasar por eso —digo arrepentida.

—Ahora, agua y ajo, querida. Debiste pensar bien las cosas antes de hacerlas —me recrimina.

—Lo siento, no quería herirte. Gian es un buen hombre y tú lograrás conquistarlo —coge la botella y se sirve un trago.

—Vamos a olvidarnos de nuestro amor no correspondido —dice y chocamos los chupitos antes de beberlos de una.

—Eso amiga, a olvidarnos de esos capullos..., aunque Gian no lo es... —digo comenzando a sentir los efectos del alcohol.

—En eso tienes razón, no es su culpa que yo lo ame, pero dolió como la mierda verte besarlo como jamás lo hará conmigo y después... —rompe a llorar.

—Lo siento, no debiste quedarte... —la abrazo y lágrimas caen de mis ojos por la culpa que me carcome por hacerla sufrir de esa manera.

Cuando nos acabamos la botella nos ponemos a bailar; aún es temprano y no hay nadie que nos moleste. El alcohol ha hecho efecto y reímos sin parar moviéndonos desinhibidamente al ritmo de la música sensual. De un momento a otro siento unas manos girarme con fuerza.

—Suéltame imbécil, ¡¿quién te has creído para tocarme?! —grito mientras subo la vista al rostro demacrado y enfurecido de Patrick.

—¡Me he creído tu esposo! Aunque para ti eso no tiene importancia —el muy cabrón se hace el ofendido.

—Lo mismo que para ti, que follas con cualquiera sin importarte estar casado —le digo irónica.

—¿Por qué lo hiciste? Te dije que Gianna no era nada para mí, que lo nuestro era solo sexo, el cual terminó antes de casarnos. Sabes que estoy investigando lo de las fotos para demostrar mi inocencia; por eso no entiendo por qué me engañaste —¡es que lo mato por hipócrita!

—¡No voy a ha permitir que me sigas viendo la cara de idiota! ¡Lo sé todo Patrick, ya no sigas mintiendo! —Estoy muy indignada.

—¡¿Qué sabes?! ¡¡¡Habla!!! —me grita.

Voy a la barra y cojo mi móvil.

—¿Quién es ella?, ¿acaso me vas a negar que es tu amante? Que yo sepa se ve perfecto aquí como sus labios están encima de los tuyos. ¿Con qué derecho vienes a reclamarme algo? —digo lo más calmada que puedo.

—¿Es por esto que lo has hecho?, ¿pensaste que no te soy fiel y por venganza te entregaste a otro?... No vale la pena explicarte, porque con tus actos ya has demostrado que no mereces nada de mí —todavía se ofende el condenado.

—¡¡No te hagas el ofendido que aquí la más dañada soy yo, o me vas a negar que con esa mujer vive tu hijo!! —suelto furiosa.

—No te voy a negar nada, pero tampoco pienso darte ninguna explicación, no te la mereces. Me decepcionas Anya, creí ver algo diferente en ti, eres igual a todas, o peor —me mira con desilusión y ojos vacíos, luego dice—.

»¡Vámonos Andrea, no tenemos nada que hacer delante de esta mujer! —habla serio saliendo del local mientras mis lágrimas no paran de caer.

Patrick

Desvelando tus secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora