Capítulo 26 - Al descubierto

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Patrick

Ha pasado un mes desde que Anya ha salido del hospital. Cuando hablé con Ailín aclaramos todo; fue una sorpresa saber que ella es el Dragón y que todos mis encargos los tiene papá en un depósito.

Le agradecí que me quisiera hacer reaccionar y le pedí perdón por el daño que le ocasioné en el pasado, estaba cegado por el dolor, la rabia, el odio y las ansias de poder..

Lloramos, nos abrazamos y nos dijimos cuánto nos amamos, lamentablemente mi hermana y cuñado están de regreso en Rusia, me hubiera gustado que se quedaran una temporada aquí conmigo, pero con cinco hijos pequeños y el negocio, eso es imposible.

Cuando recuerdo la cara de diversión de Nikolay al visitar a Gian y darle su merecido, muero de risa; estaba muy asustado, creyó que lo mataríamos, y más cuando descubrí la verdad.

Flashback

—Patrick, ya tengo el informe del técnico —me dice Andrea.

—Necesito verlo urgentemente, por favor, vayamos a mi despacho. Tengo tres horas antes de volver al hospital a relevar a Ailín y Nikolay —al entrar sirvo dos vasos de whisky y le paso uno a mi mano derecha y amigo.

—¡Tu mujer es una joyita, es buenísima! Con razón me dijeron que necesitaron tres ingenieros trabajando juntos para lograr desmontar la farsa —la cara de admiración de mi amigo difiere de la mía.

—¡La madre que la parió! ¡¿Te das cuenta que estaba dispuesta a todo por venganza?! ¡Estoy furioso con ella, si no fuera tan obstinada ahora no estaría medio muerta en el hospital! —de la ira que siento estallo mi vaso contra la pared.

—Eso no fue culpa de ella Patrick, sino de la loca esa que os estaba vigilando —aunque sé que tiene razón la culpa me carcome.

—¡Le quité la seguridad, Andrea! Estaba tan cabreado y celoso de pensar en todo lo que hacía con el infeliz ese, que no la protegí —hiciera lo que hiciera seguía siendo mi esposa y debía velar por ella así no la quisiera a mi lado.

—Ahora no es tiempo de echarte las culpas, sino de resolver todo de una vez por todas —me dice para que recapacite.

—Tienes razón, voy a llamar a Nikolay para que me acompañe, quiero un testigo diferente a ti por lo que pueda pasar —me mira y asiente.

Cuando llego delante de Gian lo golpeo sin provocar heridas graves, me contengo porque podría matarlo si los puñetazos no son en el lugar correcto. Con mi cuñado estamos entrenados para matar a nuestro oponente con unos pocos golpes certeros.

—¡Habla capullo! ¡¿Quién es la mujer con quien follaste mientras Anya montaba la farsa del video?! —espeto lleno de rabia.

—¡No sé de qué hablas traidor! —contesta altanero.

—Mira, no tengo paciencia ni tiempo. O me dices lo que quiero saber o para cuando acabe contigo suplicarás que te mate —no estoy de broma, me apetece descuartizarlo en estos momentos.

—Casi lo haces hace años, acaba de una puta vez; no te diré nada —mi cordura se está acabando.

—Te aconsejo que hables, no eres santo de mi devoción, lo sabes bien; y en estos momentos no tienes a mi mujer para que te defienda. Patrick está estresado, cabreado, cansado y muy dolido.

»Anya fue secuestrada luego de vuestro numerito; se debate entre la vida y la muerte. Cuando el médico habló con mi cuñado le dijo que seguía siendo virgen. Así que tienes dos opciones; hablar o morir —dice Nikolay mientras la cara de Gian se desfigura y comienza a temblar.

Desvelando tus secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora