Capítulo 05: Pensamientos estrafalarios.

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Theodore

Un artículo de Internet sobre Salud y Bienestar destacó en su contenido, que los seres humanos cuantificamos al menos 12 suspiros de forma espontánea en 60 minutos, o eso indica el promedio. 

En este simple proceso tienen que funcionar 200 células nerviosas que se construyen en el tronco del encéfalo para ocasionar un solo suspiro. 

Lo curioso de esto es que sin suspiros profundos el ser humano puede morir, es por ello, que realizamos esta acción de manera inconsciente en la misma cantidad de veces requerida, ya que, esto, logra que nuestros alvéolos —pequeños sacos de aire ubicados en los pulmones que realizan el intercambio de oxígeno—, se abran con profundidad para limpiarlos del todo porque en una respiración normal no podemos conseguir aquello.

—¡Floyd! ¡FLOYD! —escucho el grito retumbar en mis oídos.

Me deslizo con fuerza sobre el hielo; preparo mi giro, acunando el palo de hockey contra mi brazo, por lo tanto, termino despidiendo a la ofensiva y tomando su puck, empujo mis piernas lejos de mi contrincante, lanzo un pase perfecto hacia Splinter, aunque estoy seguro de que recibiré un regaño porque la jugada estaba para ser transitada hacia Coleman.

—Tomemos un descanso. —pide el entrenador Derry. —Theo, quiero hablar contigo. —agrega.

Me quito el casco a medida que avanzo hasta la salida. Los demás siguen en la esquina tirados sobre el hielo descansando. 

El entrenador me da una mirada enojada.

—¿Qué ha pasado contigo y Coleman? —pregunta. 

Lanzo un suspiro. 

—Ni pienses en mentirme porque sé que ese moretón en la nariz de Coleman no es una caída, como también sé que, si te pido que te saques los guantes, tus nudillos estarán lastimados. —añade.

—Sé que debía darle el pase a él, sé que no puedo dejarme llevar por mis emociones en un juego de verdad, y sé que estoy haciéndolo mal. Lo lamento, pero, no lamento lo que hice anoche. —pronuncio.

—Esto tiene que ver con... —ni siquiera es capaz de terminar la oración porque Cody lo interrumpe: —Ha sido culpa mía. Todo.

—No necesito que me salves. —mascullo hacia él.

—Y yo no necesita tu maldita mirada de enojo sobre mí solo porque no quisiste que te explicara las cosas, así que, cierra el pico y mantenlo profesional si tanto me odias ahora. —argumenta.

—¡Basta! ¡Los dos! —exclama el entrenador. —Escucho sobre una pelea más y los suspenderé a los dos, sin importar qué.

🏒🩺

Hay dos cosas que no soporto en el mundo: Ver llorar a una mujer, y ver llorar a Ada —está última ni siquiera la tenía prevista hasta que lo observo—. Así que, sí estas dos cosas se juntan, obtienes a un Theodore Floyd muy enojado.

—¿Dónde estabas anoche? —pregunto a Phineas que camina a mi lado.

—¿No viste mi mensaje? Estuve en casa. —contesta.

—No lo creo. Tú nunca te pierdes una fiesta, menos sí esa es en casa de Bart y los demás. Así que, ¿dónde estabas?

—Estuve en Legends solo esperando a alguien. Y no te diré quién es. —termina por decir.

—Tantos secretismos me tienen harto. —farfullo. —¿Has hablado con Coleman? —me mira una sola vez antes de asentir.

—Pero, si ahora es Coleman, y no mi puto mejor amigo; lo cual me sorprende.

«Todo lo que quiero» (GC #2)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora