Theodore
Sabemos que el corazón es el órgano más importante del ser humano.
Obviamente porque nos mantiene vivos.
¿Pero se han puesto a pensar cuántas veces nuestro corazón puede latir en un día?
Porque yo si lo he hecho.
Entonces, descubrí que marca un ritmo de 100.000 veces diarias, por lo tanto, en 365 días habrá 35 millones de latidos, y más de 2.500 millones de veces. Estos números se estiman al promedio de vida de una persona; el cual es de 80 años.
Lo curioso de esto es que mi corazón está generando más latidos que el promedio, eso es más que lo normal, y relativamente algunas personas dirán que no soy normal, pero, saberlo no me asusta tanto como creí que lo haría porque la única razón por la que está sucediendo tiene un nombre y ese es Josephine Wilson.
La dulzura rubia que agita mis revoluciones con tan solo mirarla.
Termino de colocarme la chaqueta del equipo mientras cierro la taquilla.
El entrenador Derry se asoma en los vestuarios con una gran sonrisa.
—El mejor maldito primer juego de la temporada, chicos. —anuncia nuestro entrenador. —Sigamos así y tendremos otro alcance para ganar la Frozen Four por quinto año consecutivo. —agrega.
—Haremos historia, entrenador. Y tendremos jodidos contratos de las grandes ligas llegando. —proclama Bart con felicidad en cada palabra.
—Lo harán porque son muy buenos jugadores. Ahora, vayan a divertirse, y no hagan nada que yo no haría. No quiero tener que rescatar a nadie de prisión, otra vez. —argumenta dándome una mirada a mí.
Me encojo de hombros mientras salgo del lugar con un recuerdo divertido en mi mente.
Alcanzo las gradas medianamente vacías, sin embargo, distingo a la dulzura con unos vaqueros ajustados que hacen tropezar a más de uno en el camino por lo impactante que hace ver su cuerpo curvilíneo.
Me acerco lo suficiente para obtener ese aroma dulzón que ahora distingo como canela y algo más, quizás, flores.
—Amigo, no sabes que bien se siente presumirles a los de Harvard que les patearon el trasero allá abajo. —menciona Phi, haciendo ademanes mientras ríe. —Una pasada total. Recibí un mensaje de Capaldi. Nos vamos de fiesta, sí. —agrega arrastrando a mi hermana con él.
Estoy detrás de Josephine, y cuando se gira para mirarme le ofrezco una sonrisa.
—Fue un gran juego, Theo. —pronuncia con suavidad y mi mirada recae en sus labios.
—Ya, me lo han dicho mucho, pero, dejemos eso de lado. ¿Ada y Phineas no fueron malos contigo? —pregunto, moviendo mi pierna de un lado al otro.
Sus ojos oscuros me analizan y ladea su cabeza para soltar una risita que me hace reír estúpidamente.
Benditos nervios.
—Debes aceptar que te digan cuán fabuloso jugador eres, eso no te hace presumido si es que piensas que es así. Y no te preocupes de tu hermana y Phineas. Ellos fueron absolutamente agradables conmigo hasta me compraron comida mientras te veíamos destrozar a los de Harvard.
Sus brazos pasan sobre su pecho para reclinarse contra mí manteniendo la distancia mínima; la punta de sus sandalias compagina con mis Chuck Taylor.
Siento que me han fijado con pegamento al piso al igual que han empastado mis labios porque no sé qué decir, pero, mis manos han encontrado un juego divertido que hacer para enloquecerme más.
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«Todo lo que quiero» (GC #2)✔©
RomanceUna ruptura nunca es fácil. Y sobre todo sí solo fue un "Casi algo". Josephine ha tenido un crush con Dann McDuggents desde que puso un pie en el afamado campus de Columbia. Dann es un auténtico playboy rompe corazones de primera. Una noche Josephin...