Capítulo 11: El trato.

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Theodore

Un reportaje de Deporte y Vida menciono que 100 carcajadas son equivalentes a 15 minutos de ejercicio en una bicicleta estática. 

La Sociedad Española de Neurología se pronunció con teorizar que reír alarga la vida a cuatro años y medios de vida más. Sencillamente, los músculos de nuestros rostros son ejercitados al reír, ya que, al hacer esa acción, 400 músculos son desplazados en nuestro cuerpo, por lo que, lo mencionado con anterioridad es certero. 

Quizás, se debe a que las carcajadas despejan nuestro sentido olfatorio de la congestión resultando ser calmante, y de liberar endorfinas que expanden nuestros pulmones, corazón, y por arte de magia la piel se rejuvenece, entre otras cosas.

Josephine coloco a Muse en nuestro trayecto, así que, la melodía de Starlight inundo mi Jeep durante cuatro minutos. 

Escucharla cantar puede ser divertido. Ella lo hace fatal, enserio, que puede destrozarte el sentido auditivo con sus gallitos, pero, extrañamente, me gusta que lo haga.

La electricidad que le recorre el cuerpo al entonar la letra de la canción, y sus pasos de baile en el asiento del copiloto me motivan a acompañarla en su interpretación. 

Wilson mueve su cabeza de un lado al otro y aplaude, toquetea la ventanilla imitando el sonido de la batería dormida en el ritmo.

No me hace gracia adentrarme a una fiesta del equipo de fútbol americano, pero, Josephine Wilson lo vale todo y más.

—Recuerdas lo que me dijiste en Legends. —inquiere cuando una mueca se forma en mi rostro sin poder evitarlo.

—Dije muchas cosas, dulzura. —pico su costilla haciéndola reír un poco antes de que su mano atrape la mía sin advertencia.

—Tú dijiste: No es territorio enemigo. Me parece más como tú conociendo mi mundo. —repite mis palabras y siento que me he condenado un poco, pero, como dije, Josephine lo vale.

Ambos nos adentramos a la estrepitosa fiesta que se está desarrollando en la casa. 

Observo a muchas parejas enrollándose en el jardín delantero, y por dentro, es más de lo mismo, unos cuantos están bailando a un ritmo musical horroroso. 

No puedo evitar quejarme cuando hay muchas cosas que están fuera de mi zona.

—Tu mundo es muy movido, dulzura. —intento bromear, pero, la dulce rubia suelta una exhalación honda.

Reconozco a varias personas que estuvieron a su alrededor en la ocasión que me acerque a saludarla. Creo que eran sus amigos. 

Todos ellos están en una esquina sin prestar atención que acabamos de llegar.

—¿Quieres ir a saludar? —pregunto. 

Ella se gira hacia mí, y distingo timidez y algo de dolor en su mirada.

—No, por ahora, no. Uhm... dudo que encontremos bebidas si nos quedamos aquí. Vamos a la cocina.

Ella me empuja a su lado para encaminarnos a la cocina, directamente. 

No está bien; lo presiento y estoy visualizándolo. Wilson está nerviosa, tal vez, impaciente, y suelta mi mano de prisas para buscar bebidas en la cocina. 

Ella consigue una Dr. Pepper para mí, pero, esta vez no me acompaña en la filosofía de: "solo sodas", sino que, toma un trago de un vaso rojo con cerveza en su interior.

🏒🩺

No sé qué está pasando. No obstante, si puedo decir que estoy aburriéndome en esta fiesta que nada que ver con lo que suelo esperar de ellas, y Josephine me ha dejado solo desde hace media hora. 

«Todo lo que quiero» (GC #2)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora