«Todo lo que quiero» (GC #2)✔©

Capítulo 04: Pegatinas de colores.

Josephine

No me gustan las peleas; aborrezco las discusiones, y para nada me agrada la violencia, pero, justo ahora, no sé a qué más le temo, al hecho de que Bucky me está susurrando un "Te lo dije" o al hecho de que Theo Floyd está siendo arrastrado por el lugar por jugadores de su equipo; tiene su camisa manchada de sangre, esa bonita camisa de una banda de rock que me gusta. 

Su rostro es furia total, y sus manos están irreconocibles, más atrás, aparece un chico moreno a quien le ayudan en las escaleras, y más atrás, una chica pelinegra con mirada perdida, mientras la sostienen, y sus labios tiemblan.

—Solo terminemos el asunto, y vámonos de aquí. —pronuncio, cansada. Es así como nos encaminamos en busca de la novia de Deadshot.

🏒🩺

Mis manos se sienten entumecidas por la fuerza con las que estoy presionándolas contra la piel de mis palmas. 

Intento hacer desaparecer ese mal sabor en mi garganta, es como si estuviera asfixiándome, y no me gusta, detesto que eso suceda. 

Una vez le pregunté a Ross Hamilton que sentía en sus ataques de ansiedad, al parecer tenemos más cosas en común con ello que con lo demás. 

No son ataques completos, solo sensaciones de ahogo cuando estoy por explotar de estrés, por lo que, en este instante, cierro la puerta con fuerza. 

Espero que el ruido sordo de mi habitación funcione, pero, no lo hace, porque aún puedo escuchar los gritos.

No falta mucho para que mi hermano, Beau, aparezca tocando mi puerta pidiendo que solucione las cosas, o que al menos lo intenté, pero, lo ignoraré, porque no encuentro las fuerzas para bajar, plantearme delante de mis padres y escucharlos despotricar el uno contra el otro.

Suspiro con fuerza cuando los golpes en mi puerta empiezan, me deslizo sobre las sábanas, me coloco mis auriculares, sin embargo, eso no consigue acallar nada.

No tengo ánimos de salir.

Espero pacientemente a que acabe, me sé la rutina de memoria.

Mi padre llega de mal genio; suelta algún comentario idiota, mi mamá le responde porque la especialidad de ella son las palabras afiladas, y luego, se forma la discusión de siempre, dura al menos tres horas infernales en las que se echan culpas y trapos al sol viejos como la casa misma, entonces, Beau decide bajar, comienza a gritar con ellos, papá se encierra en su habitación y comienza a vociferar por lo menos media hora.

Cierro mis ojos unos segundos, y cuando los abro de nuevo, ya es de noche, y Beau ingresa a mi habitación malhumorado.

—Están empezando de nuevo. —farfulla, molesto. 

Un suspiro se escapa de mi boca.

—Cierra la puerta y duerme aquí está noche. —contesto. —¿Cenaste? —agrego.

—No tengo hambre. —miente fatal. 

Me preparo para escapar por la ventana para ir por la cena porque no creo salir viva si bajo con ellos. 

El fuego cruzado nunca me ha gustado.

—Mentiroso. —acuso, divertida.

🏒🩺

No conseguí dormir mucho. 

Beau ocupo toda la cama, así que, me pase resolviendo y adelantando algunas cuestiones de mis tareas en lo que esperaba el amanecer, a causa de ello, llevo maquillaje, mucho más de lo usual.