Capítulo 12: Devastación.

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Josephine

Están sucediendo cosas extrañas con mi mente, con mis emociones, más bien con todo de mí.

En una clase de anatomía de mi primer semestre, el profesor Donald Perbentong menciono que nuestra nariz tiene memoria, por lo que, almacenamos si quiera 50.000 olores. Asimismo, la mujer tiene mejor olfato que el hombre. 

Lo curioso de esto, es que estoy pensando a creer que en realidad es cierto, ya que, no lo creía posible, por lo que, cuando el ambiente de mi habitación se encierra, creo percibir el aroma a sándalo.

Sándalo como Theodore Floyd y su fragancia sempiterna.

Tengo la sensación de querer contarle a alguien como he aceptado un trato demencial para cualquiera, pero, algo práctico para mí. 

Claro que, no tengo a nadie porque todos me están evitando como si tuviera la peste bubónica. ¡Dioses! Recordemos que acabo hace ya mucho tiempo, como que tuvo su desaparición en el siglo XIV.

Encima de todo, hoy tengo clases en el laboratorio con el profesor Guth de mi asignatura de Bacteriología. 

Apresuro mis pasos hacia mi salón de clases, mientras acomodo los libros de mi mochila. No quiero llegar tarde. 

Tan pronto, llegó, observo como está cerrado con candado la puerta del aula.

¿Debo esperar hasta que alguien más llegué? o simplemente irme.

—Disculpa, ¿no hay clases, hoy? —preguntan a mi lado. 

Alzo mi mirada encontrándome los ojos azules de mi flechazo de primer semestre de esta clase. Liam Howland está esperando una respuesta.

—Uhm... no sé, acabo de llegar y ya estaba así. —murmuro. 

Observo su bata blanca; le queda bien como siempre. Extrañamente no estoy enloqueciendo.

—Está bien... supongo que iré a preguntar. —me ofrece una sonrisa corta antes de marcharse, pero, lo detengo antes de que llegue más lejos.

—¿Me avisarías? —pregunto en un grito.

—¡Puedes venir!

Entonces, sí, me encamino con el chico de ojos azules hacia el ala de docentes universitarios. Ambos, ingresamos al tiempo en que llegamos.

El profesor Guth le da una sonrisa a Howland inclusive antes de acercarse, claro que a mí solo me tensa los labios tipo: "Tenía que ser Wilson". 

Por supuesto que nos informa que efectivamente no hay clases, y que podemos irnos; al parecer, no se encuentra bien para continuar en las instalaciones, y estaba por marcharse.

—Supongo que ahora quedamos como los dementes estudiantes de medicina que llevan bata sin clase a la que asistir. —comenta Howland, divertido.

—Debemos agradecer que no vestimos quirúrgicamente. —bromeo.

Me detengo al visualizar a Theo en el pasillo, entonces, me despido torpemente de Liam quién se queda mirándome sin entender nada. 

Correteo hasta ocupar sitio a lado del capitán del equipo de Hockey. Su presencia se detiene.

El aroma a sándalo rebasa mi olfato, enseguida. ¡Dioses!

Trae un gorrito de lana color naranja ocupando esconder alguno de sus mechones castaños, le hace resaltar entre todos los estudiantes, y cuando mi mirada pasa hacia su camisa, no reparo en empezar a hablar.

—Quiero robar tus camisas fabulosas, sinceramente, creo que ese podría ser mi pasatiempo favorito desde ahora, si me dejas. —pronuncio balanceando mis pies de un lado al otro.

«Todo lo que quiero» (GC #2)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora