Capítulo 33: Only love can hurt like this.

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Josephine

Rememorar lo ocurrido hace días atrás no solo me da una prueba de lo maldita que soy, sino que, de cuánto quise besar a Theo, de que mi auto control se estaba acabando y si él hubiera dado el primer paso, luego, de mi estúpido tartamudeo, yo hubiera acabado con mis manos envueltas en su nuca y probando su boca hasta cansarme, y muy cómoda en sus brazos.

Además, he estado evitando cruzarme con él, y eso ni siquiera ha sido necesario porque ya no lo encuentro cómo antes; de forma inesperada y sorpresiva. Eso también parece haber acabado.

Muevo mis dedos por la fina línea del papel del libro mientras guardo las palabras dentro de mi mente; sé que debo devolverle sus cosas, pero, quiero ser egoísta un poco más y mantenerlas porque dentro de todo eso es una alivio para mí.

He colocado anotaciones en notas adhesivas que no voy a pegar en el libro porque eso me genera culpa.

Cierro el libro, soltando un suspiro cuándo siento la mirada de cierta persona en la esquina de la biblioteca, que me tiene nerviosa, y estoy contando los segundos en qué se apresure a mi mesa para soltar alguna chorrada sobre yo siendo una idiota, pero, no lo hace; Ada Floyd simplemente se limita a mirarme por unos cuántos minutos más y luego se retira del lugar dejándome un vació mucho más grande en el pecho porque su presencia aquí me ha hecho pensar en su hermano con mucho más fervor.

Hubiera soportado que me gritará, cualquier cosa que ella quisiese hacer por haber herido a su hermano, pero, que no haya hecho nada me ha dejado aún peor. Me ha dejado hecho polvo con su mirada inquisidora y sus brazos cruzados mientras me daba más de una repasada probablemente intentando descifrar que mierda ocurre con mi mente para haber terminado con Theo.

De todos, sé que ella no se lo cree ni un poco, y no quiero que meta ideas en la cabeza de Theo porque no soportaría verlo de frente, de nuevo, sin perder la compostura porque lo más certero es que me eche a llorar y a la vez intentaría articular algo que me saqué de esa penosa situación, como también de lanzarme a sus brazos y escalar a sus labios con mi boca. Sin duda, perdería más de mí con eso. Por ende, luego, de que ella se retira, decido hacer lo más sabio, y eso, es levantarme para ir a casa.

Después de lo ocurrido en el departamento de Ross, nadie ha hecho acto de presencia en las mesas de descanso, y hay un aire fúnebre entre Ross y McDuggents, al igual que, entre Maya, Bucky y yo, tanto que, ni siquiera hemos quedado para hablar sobre lo sucedido.

Mis pies marcan pasos hacia la salida, pero, una mano me detiene haciendo que suelte un grito de horror, y cuándo mis ojos se abren frente a mí; Ada Floyd me da una sonrisa tentativa.

—El hecho de que mi hermano y tú hayan terminado no quiere decir que dejes de ser mi amiga. —canturrea con una sonrisa que me deja temblando por el nerviosismo.

—Ada. Uhm... —me quedo en silencio.

—No digas nada, está bien. —habla ella y entrelaza su brazo con el mío.

Caminamos en silencio hasta que ella decide soltar una risita y la tensión se alivia.

—Parece que vas directo al matadero, Jo. —dice divertida y niego.

—Es que... pensaba que... ya sabes... no me hablarías después de que fuera una perra loca que terminará con tu hermano. —confieso avergonzada.

—Eres mi única perra loca favorita. —arrulla ella con una sonrisa.

—¿No vas a reclamarme nada? —pregunto.

—Josephine Wilson. Los problemas de mi hermano y tuyos son solo de ustedes. Lo que pase más allá de eso no me incumbe.

«Todo lo que quiero» (GC #2)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora